Este viernes 25 de enero de 2019 será sustentada en la Universidad de los Andes (departamento de Antropología, 2:00 -4:00 p.m.) la que quizás sea la primera investigación realizada en una zona de conflicto, durante el periodo de transición, tras los acuerdos de paz con las Farc-Ep.
Durante varios periodos de trabajo de campo la politóloga Keren Marín indagó en la Sierra de La Macarena la forma en que las comunidades campesinas vivieron las promesas de la paz y el actual periodo de posconflicto. El resultado de su trabajo es la tesis de maestría En la paz siento miedo. Violencia política y experiencia moral tras el fin de la guerra.
Este trabajo, dirigido por la profesora Mónica Espinosa, analiza desde la antropología de las moralidades las consecuencias íntimas que la guerra: la forma como las personas y las comunidades definen el sentido de valores desde el prisma de la violencia política. Es decir, el impacto de la guerra en el ethos comunitario.
Este análisis le permitió encontrar en veredas de La Macarena cómo, a pesar de la firma de los acuerdos y de las apuestas comprometidas de las comunidades para la construccion de paz, el fin de la confrontación no significó, ni el fin de la violencia, ni la superación de los parámetros que esta ha impuesto al orden de la vida diaria. El tema central de la autora se enfoca en las dificultades para lograr una transición en la mentalidad de numerosas personas y comunidades de la región; en el sentido que la guerra imprimió a sus valores.
Este tipo de lectura, si bien supone una crítica a la forma como fue definido el proceso de paz (pues la perspectiva desarrollista del mismo dejó de lado consideraciones para la reconstrucción social y simbólica de las comunidades) representa una aporte para la implementación de los acuerdos. Lo anterior en tanto que la tesis propone temas de discusion que han de ser considerados para lograr un mejor transito hacia la paz y reducir el espacio que nuevas violencias han ganado en tiempo reciente. La tesis plantea que hay una serie de efectos morales de la guerra y que uno de los retos se orienta a pensar en la forma de superar este impacto.
Por supuesto las comunidades de La Macarena no quieren seguir viviendo bajo el orden de la violencia, pero resulta paradójico que para muchas personas de la región la presencia de armados organizados signifique "tranquilidad". ¿En qué consiste?, ¿dónde reside la dificultad para imaginar el orden moral fuera de los parámetros de la violencia política?
Aunque esa pregunta no encuentra una respuesta directa en el trabajo de Marín, abre la puerta para formular otras cuestiones relevantes para este momento histórico: ¿Qué pueden hacer instituciones, funcionarios del estado, lideres sociales, representantes de ONG para reconstruir tejidos sociales, construir la confianza con el estado? ¿Cuál es el reto que nos espera como nación para reconocer nuestras diferencias y entendernos en lo fundamental?
Trabajos anteriores de la autora dan cuenta de los efectos de la forma como la guerra civil fue instrumentalizada por civiles y usada entre vecinos (victimización horizontal), la construcción de paz en escenarios de violencia y la forma como la implementación de los Espacios Veredales auguraban una normalización sin transición.
