SiembraViva conecta a la ciudad con su comida. Es un concepto de cooperación entre lo rural y urbano que aprovecha la tecnología. Vincula una demanda creciente por comida saludable y fresca mediante el apoyo al campesino con técnicas agrícolas sostenibles y regenerativas, y la garantía de un buen precio por sus productos.
La importancia de la comida saludable, la redescubrieron en Francia sus fundadores, Diego Benítez y Ana Sofía Salazar, cuando estudiaban su maestría. Posteriormente, una visita a un cultivo de fresas en el oriente antioqueño le reforzó a Diego la inquietud. Descubrió que los campesinos no consumían las mismas fresas que vendían, porque esas tenían demasiados químicos. Al cumplir 30 años, decidió que era el momento para arriesgarse a montar su propio negocio, quería hacer algo que tuviera sentido para él, y sobre todo que tuviera impacto a su alrededor.
Diego que venía de trabajar en el sector financiero, donde gran parte de las ganancias se obtienen de la intermediación, analizó la gran cadena de intermediación por la que debe pasar un producto agricula. Su motivación surge de resolver esa intermediación y ayudarle al campesino, en quien recae todo el riesgo de la cadena. Como ocurre con todo emprendimiento o start-up, le tocó “pivotear” entre una idea y otra mediante ensayo y error, hasta que luego casi tres años, en enero de 2014, constituyeron SiembraViva.
La pareja vive en Santa Elena, zona medio rural en la ladera oriental de Medellín, de camino al oriente antioqueño donde están los agricultores con quienes trabaja. Diego no era del todo ajeno al campo, su madre trabajó como como comisionista de granos en la bolsa nacional agropecuaria y su padre, zootecnista, vendía concentrados en Pereira. Cuando inició su emprendimiento, Diego se fue a cultivar con los campesinos, necesitaba entender cómo la tecnología podría ayudarles a mitigar los riesgos en cantidad y calidad. La primera idea fue implementar una aplicación que permitiera comprar las verduras y las frutas. Contrataron la programación de una app muy sencilla, con solo cinco preguntas, nada de cálculos, solo para recolectar la información básica. Hoy venden en línea a través de www.siembraviva.com y con los datos que capturan de diferentes fuentes predicen la oferta y demanda.
Desarrollaron una unidad productiva, conformada por 17 familias campesinas del oriente antioqueño, a las cuales se les ayuda en su proceso productivo, básico para garantizar el permanente suministro. Se implementaron dos conceptos, el modelo de agricultura de precisión israelí con sistema de riego fértil por goteo, y la agricultura orgánica regenerativa, que se apoya a los procesos naturales para reponer nutrientes, agua y suelo, y así producir alimentos sanos y ricos en nutrientes. SiembraViva provee al campesino el abono especialmente producido para este fin. Se instalaron sensores en los cultivos (internet de las cosas) para detectar la situación real del cultivo y anticipar actividades; y se dotó a los campesinos de una tableta electrónica, que permite la permanente comunicación y conocimiento del cultivo.
SiembraViva tiene tres canales directos de comercialización: retail consumidor y restaurantes/hoteles, a los cuales se les garantiza una calidad que se consigue estandarizar en la pos cosecha. Además de los tres canales, el riesgo del mercado, lo confrontan aumentado su gama de productos y valor agregado, no solo venden la gama fresca (solo limpieza), sino también una tercera gama de producto preparado (sin hojas y empacado), una cuarta gama de producto procesado (paquetes de mezclas listas para el consumo) y algunos productos trozados para dar salida a la sobreoferta
Los campesinos trabajan bajo demanda, la empresa indica qué sembrar a partir de análisis históricos de las demandas de los clientes directos, rangos de consumos provistos por los clientes institucionales y contratos con el retail. Le entrega al campesino las plántulas y los insumos, asegurándole su posterior compra independiente de las fluctuaciones diarias de los precios.
La tecnología ha logrado facilitarle la vida al cliente, con un directo impacto en el crecimiento en las ventas. La tienda en línea opera hasta las 11:00 p.m. y se pueden usar diferentes medios de pago. Al día siguiente en horas de la mañana, se realiza el reparto en motocicletas, operadas por personal independiente con quienes se tiene acuerdos de distribución.
Las inversiones han sido grandes, actualmente la empresa posee 30 empleados, incluido el departamento de tecnología que trabaja en futuras mejoras como suscripciones, organización por zonas y bots para las preguntas más frecuentes. El apoyo financiero se consiguió a través de “ángeles inversionistas” (tres familias de Bogotá y una de Medellín) más el fondo de inversión social, Acumen Fund, que invierte en organizaciones en etapa temprana cuyos productos y servicios permitan transformar las vidas de los más vulnerables. SiembraViva es la primera inversión que Acumen realizó en Latinoamerica, donde posee alrededor del 30 % de la empresa.
Aunque todavía no llega a punto de equilibrio, el año pasado lograron ventas por $ 1.100 millones. Este año incursionaron en Bogotá con venta de retail en Carulla, a donde llegan a través de camiones refrigerados. Una vez alcancen una demanda de 20 toneladas mensuales como en Medellín, iniciarán la creación de una nueva unidad productiva en la Sabana. El modelo que es escalable, tiene en la mira a Lima y Santiago de Chile, ciudades que cumplen con las características de mercado y zonas productoras cercanas.
