En inmediaciones de la serranía de San Lucas, formación montañosa de extraordinaria belleza que despunta en el corazón del nordeste antioqueño, hogar del oso de anteojos y el mono araña, se realizó entre el 14 y 17 de junio el tercer campamento Siembra tu árbol por la paz. Tercera edición de una actividad que desde 2017 se viene realizando en la vereda Carrizal (Remedios) y que a la fecha ha representado la siembra de 6.500 árboles en uno de los territorios más deforestados y amenazados del país. Siembra tu árbol también es una actividad de encuentro que rescata la importancia de apostarle a la reconciliación en uno de los municipios más azotados por la violencia, al punto de encontrarse priorizado en los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial y como zona más afectada por el conflicto. Desde la vereda Carrizal, donde se ubica uno de los cuatro Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR) que perviven en Antioquia, se ha venido promoviendo Siembra tu árbol como una oportunidad de encuentro entre las comunidades campesinas, mineras, víctimas, Naciones Unidas y colectivos artísticos en torno a la defensa del medioambiente y la continuidad del ETCR ya que a partir de agosto podría ser suprimido por el gobierno nacional.
Es precisamente sobre la continuidad del ETCR donde se concentraron gran parte de las actividades académicas y culturales de la tercera versión de Siembra. Continuidad que se ve amenaza por la dificultad que tienen los excombatientes que todavía habitan en el espacio para diseñar y ejecutar un proyecto productivo asociativo que les pueda garantizar la sostenibilidad socioeconómica en el mediano y largo plazo. Esto se debe a que el ETCR se encuentra ubicado en una zona de reserva forestal, es decir, está en jurisdicción de la Ley 2 de 1958 que determina las siete áreas de reserva forestal del país y la protección de los suelos, las aguas y la vida silvestre. Esta realidad jurídica torna inviable el diseño de proyectos productivos que requieren de tierra para su ejecución como ganadería o proyectos agropecuarios. Algo similar pasó en el ETCR de Gallo en Tierralta, motivo por el cual la gran mayoría de los excombatientes que habían concluido la fase de desarme se desplazaron a la vereda La Fortuna de Mutatá e impulsaron su propio proceso de reincorporación territorial. Acaso, los excombatientes que actualmente viven en Carrizal, ¿No tendrán más alternativa que desplazarse como les tocó a los de Gallo?, ¿Qué tipo de alternativas plantea el gobierno?, ¿Deben continuar los ETCR como espacios de capacitación?
Resulta muy importante entender que los ETCR no son exclusivamente lugares donde habitan los excombatientes, son espacios donde las comunidades cercanas confluyen en procesos asociativos de reconciliación, productividad y formación. Con el Consejo Nacional de Reincorporación (instancia creada en el Acuerdo donde participan delegados de Farc y el gobierno) se diseñó un documento Conpes que estableció toda una ruta colectiva y comunitaria de reincorporación; ruta en la cual las comunidades aledañas a los ETCR son fundamentales en la ejecución de los proyectos productivos. Por eso, es clave comprender que estos lugares deben continuar como espacios de desarrollo local donde los excombatientes son un actor más en un tejido social que se está reconstruyendo luego del conflicto. Los ETCR no son lugares donde se “guardan armas” o se “cultiva coca” como ha insinuado Uribe en recientes declaraciones que solo buscan atizar el odio y la estigmatización. A él lo invito a quedarse por algunos días en uno de ellos para que comprenda su importancia en la construcción de la paz territorial y en la estabilización socioeconómica de los excombatientes (al menos, suele repetir que se interesa por la base de exguerrilleros).
Con la siembra de cientos de árboles y un llamado a preservar el ETCR de Carrizal concluyó el tercer campamento Siembra tu árbol por la paz. Ahora, lo que sigue es hacer un llamado a la opinión pública para cerrar filas en torno a su continuidad y la necesidad (política y social) de adelantar un proceso de sustracción (a cargo del Ministerio de Medioambiente) que dada la utilidad pública y el interés social de ese territorio permita la ejecución de las iniciativas productivas y de protección del medioambiente que los excombatientes y las comunidades tanto añoran. Desde Carrizal y con 6.500 árboles sembrados hacemos ese llamado.