Compatriotas, no pierdan más el tiempo, no se desgasten, no guarden ninguna expectativa ni ninguna esperanza respecto al proceder de la justicia, o más bien de la injusticia colombiana respecto al caso Álvaro Uribe Vélez. Él es intocable y es quien manda en Colombia. Es más, todas las ramas del poder público y las fuerzas del orden parecen estar a su disposición. Es hora de que ustedes tomen conciencia de que la lucha hay que darla ante la comunidad internacional. En primer lugar, solicitando un pronunciamiento de las principales democracias del mundo ante la inoperancia de nuestra justicia. Al mismo tiempo, y paso a paso, gestionar ante la Corte Penal Internacional todas las denuncias que tiene Álvaro Uribe Vélez por su presunta responsabilidad en crímenes de lesa humanidad y por otras graves denuncias y procesos judiciales que jamás prosperarán en nuestro país.
Desde hace algún tiempo he iniciado una lucha solitaria con el ánimo de que esa Corte Penal Internacional escuche mis demandas. Soy consciente de que sin la cooperación de importantes instituciones internacionales defensoras de los derechos humanos mi solicitud tampoco prosperará. Pero soy un hombre paciente y mi determinación es inquebrantable y no me dejo intimidar y mucho menos desmoralizar por la actitud de los propios colombianos frente a mi lucha en la búsqueda de un mínimo de justicia. Es también hora de darle las inmensas gracias a Las2orillas, el único medio de comunicación que me ha dado voz, después de que otros importantes medios de mi país me cerraron las puertas. Por otra parte, hay idiotas útiles tanto de la extrema derecha como de la extrema izquierda que intentan desprestigiar a Las2orillas con afrentas y calumnias. Sin embargo, es gracias a este importante medio de comunicación que mis denuncias han llegado a instancias internacionales. Afortunadamente mis columnas son muy bien leídas, muchas de ellas se han hecho virales y de esta forma han trascendido fronteras. Paciencia: todo es un proceso y todo tiene su momento y su lugar.
Es importante aclarar que ningún político o personalidad de la política colombiana, ni ningún partido político, ya de izquierda, o de centro izquierda, o del denominado centro-centro se ha solidarizado con mi causa. Es el maldito egoísmo de siempre, la maldita indiferencia de siempre, porque cada cual piensa en sus propios intereses, y en figurar y recibir aplausos y homenajes y ambicionar riqueza y poder, mientras el pueblo sufre injusticia, se hunde en la miseria y padece un genocidio a cuenta gotas. Ya veremos si esos egos se bajan de sus prepotentes pedestales y me dan una mano. Bueno, que aporten algo, ya que la división y ese egoísmo es lo que le da poder al señor Álvaro Uribe Vélez.
Por último, al expresidente algunos incautos han llegado a la ridiculez de darle el título de héroe de la patria. Pero si este personaje tuviera un mínimo de dignidad, una milésima parte de lo que hace de un ser humano un verdadero héroe nos diría al menos la verdad del conflicto colombiano. Como exvíctima me conformaría con esa verdad que evitaría quizás miles de muertes violentas. Pero ya saben, no se le pueden pedir peras al olmo.