Desde el cambio del Sistema General de Regalías (SGR) a partir del 1° de enero de 2012, que estableció un nuevo marco legal para la redistribución de los recursos que ingresan por la producción minero-energética, algunas cosas que se financiaban directamente con el pasado régimen quedaron en el aire. Tal es la situación de la famosa ordenanza para la gratuidad de la educación superior en La Guajira. Se vive cada año la crisis que genera la falta de recursos para el funcionamiento de la Universidad de La Guajira.
En el periodo 2012-2018 la gobernación le giró aproximadamente, a la universidad en millones de pesos: por ley 30, 102.000, por matrícula 74.000, por embargos 54.000, por indexación 38.000 y por estampillas 110.000; más unos 11.000 por otros conceptos, para un gran total de $389.000 millones. Lo que ha significado una gran carga para la administración departamental que, independiente quién sea el gobernador, ha tenido que sortear grandes dificultades para poder contener las protestas de los estamentos universitarios, que entre otras cosas, solo se movilizan para coaccionar la consignación de esos recursos, sacados de una iliquidez extrema.
Ante esto ha habido mucha desinformación. He escuchado a largo de ese periplo a estudiantes indignados decir que el gobernador tiene la plata y no la quiere consignar o que el Estado manda el dinero y la gobernación la retiene. En esencia, muchos de los estudiantes que salen a las calles a protestar no tienen una visión clara sobre la situación y cuál es la lucha que hay que dar, exponiéndose a la represión de un escuadrón de trogloditas entrenados para el combate y que han generado muchas lesiones, algunas muy graves como la ocurrida recientemente.
Con la centralización del manejo de las regalías ha debido de darse también la de la universidad. Es obvio que es lo mejor que le puede pasar al alma mater, pues al no haber los recursos en el departamento el Estado debería responder. No es muy claro el deseo del cálculo político regional de esa nacionalización por la supuesta pérdida del control, tanto de los recursos como del poder electoral que se le ha imprimido al centro de educación, el que desafortunadamente se convirtió en un bastión más de la politiquería.
Por otro lado, ¿qué ha pasado con la universidad en los últimos años? Ha habido un crecimiento desbordado, donde ha fallado la planeación financiera, la proyección de ingresos y las fuentes de financiación ante la falta de las regalías; lo que al parecer ha llevado a perder su rumbo misional. El presente y futuro de La Guajira está anclado a la educación. La crisis de hoy es una muestra de lo que pasa en La Guajira y afecta la calidad de vida de todos.
La Uuniversidad debe hacerse visible en la función social de asesora del Estado en los órdenes científico, técnico y social. Pero no, la nuestra se convirtió en una entidad expedidora de títulos sin mucho rigor ni exigencia académica. Todo el que entra, muchas veces por recomendación política, sale a los cinco años, con tesis de grado o sin ella. Pues ese requisito que existía, se convirtió en un negocio para algunos docentes de planta que sin ningún tipo de escrúpulos venden las investigaciones a sus pupilos ante los ojos de todos.
Ahora están de moda los diplomados con opción de grado. La investigación se ha desestimulado en la alma mater, comenzando porque ciertos docentes, “doctores”, que no producen ni media cuartilla al año, llegan al extremo de pagar para ser incluidos en producciones bibliográficas donde ni siquiera han aportado una coma, solo con el objetivo de incrementar las categorías de los grupos de investigación y de paso sus salarios. Es urgente regresar la dignidad a ese centro universitario que ha caído en bajos niveles de desempeño y prestigio.
La revista Dinero en su edición 566 del 31 de mayo de 2019 (pág.56) publicó el ranking de las mejores universidades del país de acuerdo con los resultados de las pruebas estatales Saber Pro, que miden las competencias claves de cada grupo de referencia. Estos rankings no solo valoran el esfuerzo de la institución educativa, sino de sus estudiantes. En efecto, clasifican a las instituciones por el promedio global obtenido por todos sus alumnos que presentan la prueba. Si bien hay estudiantes brillantes en todas las universidades, en este escalafón sobresalen las que tienen grupos completos de alumnos destacados
Como en años anteriores, las universidades de Los Andes y Nacional disputan por la mayor cantidad de primeros lugares en los 20 grupos de referencia que establece el Icfes para unir carreras similares. Los Andes lideran en administración y afines, arquitectura y urbanismo, ciencias naturales y exactas, derecho, economía e ingeniería. La Nacional, por su parte, lo hace en contaduría, enfermería, humanidades, psicología y salud. Ocupó el tercer lugar este año la Universidad de Antioquia, que tuvo el primer puesto en dos grupos de referencia: ciencias agropecuarias y educación.
Nuestra Universidad de La Guajira ocupó lugares muy preocupantes en casi todas las facultades que se evaluaron. En el área de Administración y afines de 201 programas medidos, ocupó un puesto donde hay 179 mejor posicionada que ella; en Ciencias Naturales y exactas de 57 programas medidos, hay 56 por encima; en Contaduría y afines de 136 programas evaluados, hay 119 mejor posicionados y por último en Ingeniería de 180 programas evaluados, hay 113 en mejores posiciones. Siendo este último resultado lo menos malo alcanzado en este ranking estatal.
Hay que salvaguardar el proyecto Universidad de La Guajira como el propósito político- social más serio que existe hoy en La Guajira y tener en cuenta que la triada educación, innovación e investigación es la autopista hacia el desarrollo regional. Nuestra universidad es el medio trascendental para el progreso del capital humano de este tan agobiado departamento, porque a través de la investigación, extensión y docencia se deben promover la generación de ideas científicas tecnológicas, que contribuyan con el desarrollo económico y social de la sociedad en general.
Se hace necesario que la universidad pública se ponga al frente de su misión, que se permita el diálogo y la confrontación de ideas; es decir, la universalidad del conocimiento. Sus procesos deben apuntarle al desarrollo del entorno para que sean más provechosos para el desarrollo económico, social y cultural de los diferentes grupos sociales guajiros; en especial de los más vulnerables. Esto solo se puede conseguir mejorando la capacidad, formación y nivel académico de sus docentes y discentes. Tarea inaplazable y obligatoria..