“Si Pinochet estuviera vivo, votaría por mí”. Líder del Partido Republicano, 55 años, nacido en Santiago de Chile y de enorme habilidad dialéctica, a José Antonio Kast Rist no le tiembla la voz. Ni hoy, ni en la campaña presidencial del 2017 cuando pronunció esa frase de amplia recordación. Le dicen el Bolsonaro chileno o el Trump chileno. Pero más allá de los rótulos, Kast es el candidato de la extrema derecha que a siete semanas de las presidenciales desbarató el tablero electoral en Chile y se colocó en el segundo lugar por encima de Sebastián Sichel, el abanderado del presidente Sebastián Piñera, quien hoy tiene en entredicho su paso a la segunda vuelta.
Polémico en Twitter, JAK también lo es en iniciativas como construir una enorme zanja en el norte de Chile para detener la inmigración o quitar las rejas de las casas para usarlas en las cárceles, o al exhibir su foto con Jair Bolsonaro y la camiseta roja de la selección chilena de fútbol, o en el debate televisivo enfrentando duramente al rival, Gabriel Boric, el diputado del Frente Amplio que aspira a gobernar desde marzo próximo en alianza con el Partido Comunista, y quien puntea holgadamente los sondeos.
Tres encuestas casi simultáneas al comenzar este mes reflejaron el poderoso avance de Kast en la carrera presidencial. La de Cadem lo colocó con 15 % después del 22 % de Boric, en el tercer lugar quedó Sichel con 12 % empatado con la candidata de centroizquierda Yasna Prevoste. Las de Data Influye y el centro de investigación Criteria no difieren mucho de estas cifras y apuntan diferencias de unos nueve puntos entre primero y segundo, todas coinciden en el alto grado de indecisión de los electores, como casi nunca se había dado.
Con su discurso dirigido contra la supremacía de la izquierda en todos los terrenos, Kast ha decidido cerrar la brecha de los sondeos enfatizando la cercanía de Boric con el Partido Comunista, mientras azuza a la oposición que considera laxa. “No hay nadie que le haya hecho más daño a este gobierno que la derecha light”, ha dicho en las redes sociales que maneja hábilmente. Los analistas sostienen que su desafiante lema de campaña “Atrévete con Kast” ha surtido efecto al conquistar el electorado de la derecha tradicional de la Unión Demócrata Independiente -UDI- que le está dando la espalda a la candidatura oficialista de Sichel porque ahora apunta a los sectores de centro.
Kast no es un recién llegado a la política. Precisamente en la UDI empezó la carrera política desde concejal, diputado, jefe de bancada y miembro del Congreso. Fue candidato independiente a la presidencia, en las elecciones del 2017 en las que consiguió el 7,93 % de los votos en la primera vuelta de la elección que en segunda ganó Piñera. Formó entonces el Movimiento Acción Republicana que antecedió a este Partido Republicano de Chile con el que espera llegar al Palacio de la Moneda en marzo del año entrante.
JAK ha sido ante todo un político y esa vena es de familia. Sus orígenes están en el viejo continente. Encabezada por su padre, Michel Kast Schindele, oficial en las fuerzas armadas de la Alemania nazi, Wermacht, y la madre Olga Rist, la pareja, que tuvo nueve hijos, llegó a Chile en 1950. Miguel, su hermano mayor, fue ministro de Augusto Pinochet, director del banco central y uno de los Chicago Boys; Bárbara, su sobrina, ha sido concejala de Paine desde el 2012; Felipe ha sido senador y Pablo diputado. Ambos también son sus sobrinos.
Está casado con la abogada Pía Adriadola con quien tiene nueve hijos, ocho de los cuales aún viven en la casa paterna de Buin, a las afueras de Santiago. El que tiene un rol importante es el mayor, llamado también José Antonio y como su padre es abogado de la Universidad Católica, político y director de la fundación Influyamos, ligada al padre-candidato a quien acompaña en las giras y le maneja la agenda. Todos sus hermanos participaron en la campaña política del 2017, de la que todavía se recuerdan los jingles en coro al estilo de la familia Trapp. Por estos días han vuelto a través de las redes sociales, algunos con el entusiasmo de los partidarios y desde la orilla opositora, en forma de memes.
La campaña de Kast en esta oportunidad tiene otro estilo. El estilo gerencial que le ha impreso Julio Feres, el jefe de campaña con quien JAK se conoce desde hace 36 años cuando ambos hacían parte el movimiento gremial, y Feres optó por el mundo empresarial donde estuvo hasta hace diez años cuando fundó su propio e-commerce: sucasa.cl. Feres maneja los equipos programáticos, territoriales y creativos que apoyan el candidato. El llamado círculo de hierro es un sólido grupo que lleva trabajando varios años juntos y en el cual están con Feres la periodista Carolina Araya que estuvo en el equipo de las presidenciales de 2017, el abogado Ignacio Dulger que coordina los candidatos a diputado. Además, el abogado Cristian Valenzuela que coordina el área programática, los debates y las cuñas es también un viejo amigo que viene desde la UDI. Y un numeroso grupo de profesionales de renombre en todas las áreas económicas y sociales, suficientes como para hacer un gabinete en la sombra. El programa de gobierno proviene de la Fundación Jaime Guzmán que trabajó dos años en él. El programa de gobierno proviene de la Fundación Jaime Guzmán que trabajó dos años en él.
Las elecciones se celebrarán con el fantasma de una crisis institucional originada en la vinculación del presidente Piñera a los Pandora Papers que ha dado lugar a una investigación penal abierta por la Fiscalía y el proceso que acaba de abrir el Congreso para su destitución. En el entretanto, los candidatos entran en la recta final de la campaña hasta los comicios del 21 de noviembre.
Si en el 2017 el foco de JAK estuvo en evangélicos y militares, esta vez el espectro se ha ampliado a todos y la manera de llegar al electorado ha dado un giro hacia las redes sociales, hacia Twitter donde está el mundo político, y hacia Instagram y Tik Tok para llegar a los jóvenes. Desde las redes el Kast anuncia que es el primero en número de aportantes, con 2.000, rechaza el aborto, manifiesta su admiración por Trump, Bolsonaro y los logros de Santiago Abascal con Vox en España. Desde allí se opuso al plebiscito de la constituyente en octubre del año pasado. Y ha lanzado una pregunta que parece clave en esta elección. “Dicen que soy extremo. ¿Extremo en qué? En amar la Patria. En amar la Nación y los símbolos patrios. En defender a los amigos. En proteger al emprendedor. ¿En que soy extremo?”.
Le podría interesar