Saludos para tuiticos en Colombia, les comparto mis reflexiones desde Nueva York.
Me llama mucho la atención que el COVID-19 nos ha planteado un acertijo muy interesante, de esta salimos todos como especie, o no salimos. Este no es un problema de países, ni de ricos, ni pobres, es de toda la especie humana en su conjunto, trataré de explicarlo de la manera más sencilla, párenme bolas:
El contagio generalizado produce nuevas cepas, en realidad estamos en una carrera contra el virus, si no vacunamos a toda la humanidad lo más rápido posible, entonces surgirán más cepas del virus que acelerarán el contagio, la mortalidad o incluso pueden burlar las mismas vacunas. Si esto llega a pasar, entonces pese a las vacunas, volverán las cuarentenas, el desempleo, la mortandad, las UCI colapsadas y lo peor, habrá que comenzar de cero, mejorar las vacunas y volver a vacunar a la humanidad entera. Así como leen sus mercedes.
Dicho de otro modo, de nada sirve que Israel vacune a su población en tiempo récord si no vacuna a los palestinos; de nada sirve que Canadá ya haya comprado vacunas para cinco veces su población, si Haití, Honduras o El Salvador terminan vacunándose por allá en 2023 o, ¿de qué servirá que se vacune a todo Estados Unidos en 2021, si igualmente nos se vacuna a todo México y Sudamérica?
Ninguno de los tremendos esfuerzos que hoy hacen los países con más dinero por vacunar servirán si los países pobres o de ingresos medios tienen que arreglárselas solos con el virus. Si esto pasa, pues surgirán nuevas cepas que tarde o temprano llegarán a todo el mundo. ¿Me hago entender? Este es un problema planetario, no de países.
Es más, así los países ricos cerraran sus fronteras por meses, incluso años, ya la experiencia nos ha enseñado que el virus llega de algún modo. Pero, además, ¿ustedes saben cuánto cuesta vacunar al 75% de la población de ingresos medios y bajos del mundo?, 30.000 millones de dólares (USD 10 por vacuna), ¿y saben cuánto ha costado esta pandemia a las economías del mundo, hasta noviembre de 2020? Un billón de dólares, es decir, es ¡¡300 veces más barato vacunar a todo el mundo!!
Por todo esto es tan absurdo que los gobiernos de países del llamado primer mundo (1.230 millones de personas) ya hayan comprado 4.198 millones de vacunas, mientras los 3.500 millones que personas que viven en los llamados países del tercer mundo hayan encargado solo 713 millones, más 1.100 millones de la iniciativa Covax (Centro Duke de Innovación en Salud Pública).
Tampoco puedo dejar de mencionar la absurda e injusta exclusión de la vacunación de las personas afro, indígenas y latinas dentro de los mismos países llamados ricos, ¿de qué sirve este cuasi apartheid de "dejar a los negros, indígenas y latinos para el final" si es justamente entre ellos donde el contagio crece más, donde mueren más y donde más surgen las nuevas cepas?
Permítanme insistir, esto es un problema, global, planetario que amenaza a toda la humanidad, no se solucionará por clases sociales, razas, países, ni siquiera de continentes, si no salimos juntos de esta, pues no salimos.
Es curioso, el COVID-19 pareciera que nos empuja por primera vez en la historia de la humanidad a vernos y actuar como una sola especie. Esto me hace recordar al Ubuntu que difundió Mandela y Desmond Tutu, y que es uno de los principios que profesamos en el movimiento Encanto Colombia: “yo soy porque todos somos”, “si todos ganan, tú ganas”, "el bien común es el bien propio".
¿No será que pese a esta dolorosa tragedia, el COVID-19 ha venido a enseñarnos a afrontar juntos este desafío para que como una sola especie resolvamos otros mayores, como el cambio climático o la amenaza nuclear?
Como decían mis viejos, “los mejores remedios son los más amargos”.