¡Seamos coherentes! ¿Cómo así que las Farc son “criminales” y los que nos han gobernado son “honorables políticos”? ¡O todos en la cama o todos en el suelo!
Los abucheos al partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común y el silencio ante la cantidad de candidatos vinculados a la corrupción que aspiran al Congreso de la República muestran que algo no está bien. Puesto que no es razonable adjudicarle a las Farc todos los graves problemas sociales que hacen de Colombia un Estado fallido.
Si bien los exguerrilleros tienen una responsabilidad innegable en los secuestros, muertes de policías, minas explosivas, entre otros. Ellos no son los culpables de la desnutrición extrema que sufre la Guajira o de los escándalos de corrupción como el caso Odebrecht.
Así que si abucheamos a la Farc debemos entonar un grito de protesta 10 veces más grande contra la clase política gobernante que aumenta los impuestos, nos roba y vive de nuestros recursos. Porque a ellos les hemos confiado el destino de nuestro país.
Seamos coherentes con el discurso. Los eufemismos solo enmascaran la realidad, la opacan, la distorsionan. Debemos llamar las cosas por su nombre si en realidad queremos evidenciarlas, y, por ende, transformarlas.