El viernes pasado fue la despedida de 6AM, el programa mañanero de Caracol Radio, del señor Darío Arizmendi. Este hecho ha sido motivo de tristeza para unos y alegría e incluso euforia para otros, lo que reafirma aún más la polarización que se come al país a pedazos.
Independientemente de la calidad periodística del señor Arizmendi, la cual no comparto y para mí deja algunos episodios para el olvido, hay que pensar que al igual que el poder político, el periodismo en Colombia ha sido también de herencias, aunque menos evidente, claro, porque no se hereda a familiares sino entre grupos económicos.
El programa informativo de Caracol Radio queda en manos de un director que a mi parecer es más objetivo o por lo menos no tan evidente en sus posturas, sin desmentir que tiene sus opiniones políticas claras. Vamos a ver qué tan bueno es el equipo de trabajo que conformará.
Es aquí donde me planteo si la "vieja guardia" del periodismo está en su apogeo profesional, ¿en manos de quién estamos quedando a la hora de recibir la información periodística?
En los últimos años, hemos visto algunos cambios en las direcciones de los programas radiales, pero estos reemplazos en mi opinión no han sido acertados, pues su parcialidad queda en entredicho y la objetividad no ha sido bandera de su conducción, por el contrario, siguen cultivando esos odios que solo dejan divisiones, en las que los únicos que sacan ventaja de este escenario son los corruptos que se atornillan al poder.
Una frase de Jaime Garzón a modo de sátira decía "señor periodista, hágase bachiller" y en cierto modo tenía razón. Muchos de los que están sentados solo se dedican a leer la información de otras agencias de noticias y, con todo respeto, les queda grande forjar verdaderos criterios de opinión sin caer en la trampa del sectarismo y desconociendo que los asuntos políticos siempre tendrán las dos caras de la moneda y deben ser igualmente debatidos y cuestionados sin importar que en su vida privada apoyen una u otra causa.
Aún quedan algunos "dinosaurios" del periodismo, figuras que también necesitan renovarse como en la política y dejar al mando a una buena generación de profesionales, entregando la información y la opinión; es claro que esta decisión está a cargo de los directivos del grupo económico dueño de la empresa de medios, pero para nadie es un secreto que sus influencias como directores sobre los directivos para recomendar a un sucesor son muy fuertes.
Tengamos claro que el rumbo de un país puede estar detrás de un arma, un escritorio, una pluma o un micrófono, lo importante es que quien esté a cargo de estas herramientas no esté allí amañado para proteger los intereses económicos o políticos de unos cuantos, a costa de un proletariado como nosotros que suficiente tiene con estar descontento, como para ahora estar desinformado.