Con la suspensión provisional del alcalde de Medellín, la procuradora uribista, funcionaria de bolsillo del presidente de la República y desvergonzadamente cínica a la hora de tomar sus decisiones, ha puesto la soga en el cuello del candidato de sus preferencias, Federico Gutiérrez.
Si su intención era favorecerlo, se equivocó de cabo a rabo frente a un electorado al que hoy le queda más claro el abuso de que están siendo objeto las instituciones de la democracia durante este gobierno, al que por fortuna le quedan pocos meses.
El sesgo descarado de la decisión reafirma la idea de que es necesaria una renovación de la clase política y de quienes han tenido a su amaño la estructura y funcionalidad del Estado, puestas al arbitrio y los intereses políticos e ideológicos de los (as) funcionarios (as) de turno.
De manera que es la oposición y en este caso el Pacto Histórico en cabeza de Gustavo Petro el que sale fortalecido, como única alternativa que existe frente al estado de postración al que han sido llevadas las instituciones de la democracia en Colombia.
Fue evidente el abuso que hace de su posición de poder la señora procuradora, cuando han sido muchos los funcionarios, empezando por el presidente de la República y el comandante del ejército, general Eduardo Zapateiro, los que han incurrido en la misma falta que hoy se le imputa al mandatario paisa, sin que hayan merecido siquiera un llamado de atención de parte de la hoy "diligente" guardiana de la función y la ética pública.
Las instituciones de la democracia no serán más que un cascarón vacío si no están en cabeza de quienes tengan la estatura ética requerida y estén imbuidos de pensamiento y valores democráticos. Desde luego que no son los que están y tampoco están los que son.
La tarea hoy es más clara que nunca, hay que renovar la corrupta dirigencia que hasta ahora y luego de más de doscientos se ha mantenido en el poder.
El próximo 29 de mayo puede ser el momento de cambio o el punto de no retorno que nos seguirá condenando a seguir en manos de los que hasta ahora nos han desastrado, nos tienen en manos de los grupos violentos y han hecho de las instituciones la alcantarilla de sus cuestionables actitudes y sus excreciones cerebrales.
Le saldrá el tiro por la culata a la señora procuradora.
*Economista-Magister en Estudios políticos