Se termina 2021 en medio de luces y sombras. Las garras del gobierno Duque, que cada vez más se asemeja a una autocracia por no calificarla de dictadura, inicia su última recta antes de llegar al tan anhelado 7 de agosto de 2022.
La violación de derechos humanos contra las Primeras Líneas durante el elocuente Paro Nacional del 2021, el atentado a la libre prensa con la peligrosísima propuesta de mordaza en contra del periodismo y el hostigamiento de la Fiscalía gobiernista hacia Noticias Uno: la red independiente; la disparada del neoparamilitarismo y la constante eliminación de líderes sociales, la doble del gobierno Duque frente al Proceso de Paz (destruirlo desde sus cimientos a nivel interno y mentir afuera sobre su apoyo irrestricto, bajo la falacia de un “acuerdo sin impunidad”); la permisiva actitud frente a la cabalgante corrupción, el populismo barato respecto al salario mínimo de $ 1.000.000 de pesos (poco más de US$ 250), la peligrosa propaganda en contra de la oposición y la utilización del ministerio de Relaciones Exteriores para desprestigiar a los líderes más importantes de la oposición, específicamente contra Gustavo Petro; el hacerse el desentendido con los dineros de la mafia que le ayudaron a llegar a la desacreditada y enlodada Casa de Nariño, su responsabilidad política en el magnicidio de Jovenel Moïse, presidente de Haiti; la campaña de eliminación de jóvenes con las bombas del ejército de los colombianos, su estigmatización y calificación de “armas de guerra”; en fin, todo el lodo que tuvimos que tragar los colombianos durante este largo cuatrienio, está por terminar, en otras palabras, el finiquitar “de la horrible noche”
Todo esto puede cesar si se está a la altura como ciudadanos mayores de edad en el sentido kantiano al igual que los principales líderes, sobre todo, aquellos decididos a recuperar algo de la institucionalidad perdida durante estos últimos cuatro años.
Algunos analistas consideran que en política no hay enemigos, sino, contrincantes, lean en la Batalla por la Paz de Juan Manuel Santos, lo que el exmandatario opina al respecto; y si bien es una postura que buscaba desescalar la violencia y justificar un acuerdo con las FARC, es necesario considerar que, contrario a su posición, en Colombia si hay enemigos en política, ¿o si no cómo podríamos calificar a personajes tan burdos como la señora María Fernanda Cabal, o la acusación que contra FEDEGAN, liderado por el señor José Felix Lafaurie, se hace por paramilitarismo? Son acusados de ser defensores de los despojadores de tierras. No olvidemos que el exsenador del Partido de la U, Jorge Visbal Martelo, exdirector de esta entidad fue condenado por paramilitarismo, ya que tuvo nexos muy cercanos con el frente José Pablo Díaz del bloque norte de las AUC; y el actual, esposo de la siniestra señora Cabal, que tiene un dossier a enero de 2016 de 170 denuncias en su contra (La República, 18 de enero de 2016)[1].
Es claro entonces que sí existen enemigos en política, y para identificarlos debemos orientar nuestras miradas a aquellos que siguen concentrados en mantener a Colombia en estado de guerra. Dentro de estas agrupaciones delictivas también se debe nombrar a las disidencias y al ELN, a las bandas narcoterroristas del Clan del Golfo, y a los corruptos que mancillan el nombre de la Patria en el Congreso de Colombia y en las instituciones que sirven de base para el funcionamiento del Estado.
Al expresidente Santos se le recomienda no utilizar más eufemismos, pues todos los citados anteriormente, son enemigos que se deben combatir sin ninguna duda con las herramientas legales del Estado colombiano.
En el caso del ELN, es este un enemigo en el campo de batalla, cuando decida sentarse a dialogar, será contrincante, un rival discursivo, hay una transformación inmediata en el papel que estos tienen frente al país, y ello ocurre también en las extremas derechas del uribismo, por eso, quienes entre esta tendencia aúpan a las armas, es muy difícil verlos como contrincantes, pues, ellos, enemigos de la Paz estarán decididos a alzar su voz para que sus más férreos fanáticos disparen.
Por ejemplo, no es el paramilitar Andrés Escobar un contrincante ni un rival, es un enemigo, y este adjetivo no parte de quienes son sus potenciales víctimas, se origina en sus actos demenciales al lado de agentes y generales de la Policía que cohonestaron con el pavoroso paramilitarismo urbano que se evidenció claramente en Cali, o ¿cómo ver a los asesinos de Lucas Villa Vásquez en manos al parecer de la banda delincuencial La Cordillera en supuesta alianza con agentes de la Policía Nacional, como contrincantes o rivales dialógicos?, ¿su cruel asesinato, acaso clasifica dentro de las herramientas democráticas que ven al otro como rival a vencer en las urnas?, ¿o cómo considerar a la Policía que masacró, de acuerdo con informes de la ONU, al menos a 28 jóvenes el paro pasado?
Por eso, en 2022, las cosas tienen que cambiar. Las dos campañas alternativas no pueden seguir elevando las probabilidades de victoria de quienes han masacrado a nuestros jóvenes. Se necesita una persona inteligente, democrática-demócrata y rodeada de líderes progresistas amigos del Acuerdo de Paz, de la Pacificación de la nación en términos dialógicos, de la posibilidad del encuentro entre enemigos que se convierten en contrincantes desde el discurso para hacer un pare absoluto a este río de sangre de quien es responsable el señor Iván Duque Márquez y toda la estructura mafiosa que lo rodea, debe ser un objetivo supremo para Colombia rescatarla de un narcogobierno que ha sembrado en su médula semillas de narcoestado.
Los intereses mezquinos deben quedar de lado, quienes votaron en blanco en 2018 deben renunciar a sus egos más inflados, reconocer sin ambages que uno de los grandes objetivos es encontrarnos en segunda vuelta, en caso tal de que una de las dos campañas quede fuera, entender que el uribismo es el rival a vencer, que éste se camufla en pro de un hombre como Fico Gutiérrez, tan papista como el papa, o que cualquier líder de derechas será llevado en hombros al solio de Bolívar no solo con la ayuda de los votos de ciudadanos adiestrados como perros rabiosos, sino, por la incoherencia de los movimientos alternativos que se sienten totalmente opuestos a este salvaje gobierno mutilador, asesino y cohonestador con la corrupción.
Sumemos a lo anterior la poca diafanidad del Registrador de bolsillo del Establecimiento que hará lo que sea por mantener en el poder a sus amigotes. Incluso, si esta desesperante mafiocracia tuviese que acudir al magnicidio lo hará, la historia lo ha demostrado y no sería nada extraño volver a esas oscuras épocas de pesadilla de la cercana historia de nuestro país.
Por eso es de aplaudir la invitación de Carlos Amaya al Pacto Histórico para bajarle a las agresiones[2] contra la Coalición de Centro Esperanza; por eso es loable la invitación de Gustavo Petro a Claudia López en revista Semana para iniciar una reconciliación; por eso es grato escuchar a un Ariel Ávila Martínez definirse a sí mismo como un puente de unión entre los alternativos, además de invitar a estas dos campañas de no seguir siendo los “idiotas útiles del uribismo” con sus divisiones[3].
Jorge Enrique Robledo, Sergio Fajardo y Gustavo Petro, son los líderes presidenciales de mayor reconocimiento en el grupo de divisionistas de una posible Gran Coalición de un Pacto de la Esperanza.
Son la parte álgida que dificulta una posible coalición de los Alternativos; ellos tienen un deber con Colombia, no son sus egos megalomaníacos los que van a salvar a esta nación. O sea, y de nuevo aludo a Ávila, no nos podemos seguir canibalizando entre los alternativos.
Otros precandidatos con menores posibilidades están en otra onda, Camilo Romero, Francia Márquez, Luis Fernando Velasco en el Pacto y Juan Fernando Cristo en la coalición de Centro al parecer mantienen la esperanza de ir unidos en la segunda vuelta, aunque tienen críticas moderadas hacia la coalición alternativa rival.
Son evidentes, en todo caso, las diferencias ideológicas e incluso físicas entre los movimientos alternativos. En el Pacto se nota mayor representatividad de la población colombiana en sus precandidatos, aunque en dos se denota falta de preparación; en la Coalición de Centro, solo encontramos hombres “blancos” pertenecientes todos a una pequeña y gran burguesía, y consentidos del Establecimiento de una u otra manera; aún así, no hay enemigos a la izquierda, en la derecha muchos tampoco lo son, ¿o quien puede negar que, por ejemplo, el H.R. Gabriel Santos es un joven líder sensato y maduro en argumentos a pesar de andar en el Centro Democrático? Definitivamente un delfín de mar navegando en un charco impúdico y fangoso.
A esos liderazgos alternativos es a quien se les llama para construir, para mirar hacia adelante, y sin olvidar el pasado con sus crasos errores, ser proactivos, darle un empujón a la posibilidad de encontrarnos en un gran compromiso político.
Liderazgos y nuevas ciudadanías con un fin, vencer a los violadores de derechos humanos que por veinte años gobernaron a Colombia. No nos volvamos a equivocar, entendamos el papel protagónico que tiene cada líder y ciudadano que quiere ver en el uribismo y sus secuaces un mal momento de la historia de Colombia. Borrón y nación nueva con una administración cristalina y democrática.
2022 será un año para romper el cuello al continuismo desastroso que nos secuestró al Estado o para mantener el estado de cosas en el mismo sitial, el de la vergüenza y la indignidad.
En marzo, mi voto en la consulta será por Francia Márquez Mena, del Pacto Histórico; ando analizando candidatos para senado y cámara de los movimientos alternativos, siento que Ariel Ávila y Katherine Miranda, podrían ser excelentes opciones aunque aún no me decido, hay tiempo, como el del resto de la ciudadanía para elegir sus opciones, todas ellas, por supuesto dentro de los movimientos alternativos, si queremos dar un viraje real al país; para la presidencia apoyar al candidato o candidata que venza en la consulta del Pacto Histórico, y si en caso tal, de no pasar a segunda vuelta los dos alternativos, unirnos mancomunadamente para asir con mucha más fuerza las banderas de la dignidad nacional, la de recuperar al Estado de la perversa mafia narcoestatal que sume hoy por hoy a Colombia en un cenagal profundo y oscuro.
Adenda:
Estuve de viaje la semana pasada por tierras de Santander. En Barichara, al llegar a un hotel con mi niña de 7 años y varios amigos, nos alojamos en un hotel. Dicho hotel que utiliza energía con paneles solares nos generó un comentario que terminó en un peligroso debate. Una de las compañeras aseveró que esa era una de las propuestas de Petro. El empleado del hotel manifestó que ese señor no podía ser presidente, nosotros dimos nuestros argumentos de por qué sí nos beneficiaría a los colombianos.
El empleado se puso nervioso, aseveraba que Petro era un comunista y nos iba a expropiar hasta los calzoncillos, como en Venezuela. Explicamos que en Bogotá nunca había expropiado nada como alcalde y que eso era solo una campaña de desprestigio. El hombre nos preguntó a qué nos dedicábamos en Bogotá. Respondimos que maestros. Bajó la mirada, suspiró e hizo un movimiento negativo con su cabeza: “No puede ser presidente -manifestó-, lo que tenemos lo hemos luchado con todo nuestro esfuerzo, si ese señor llega al poder y nos expropia, yo soy capaz de ponerme una bomba y estallarla para acabar con todo”. Quedamos estupefactos. Lo que puede llevar el fanatismo y el terror promovido desde las extremas derechas. Salimos pronto del hotel, volver allí, poco probable.
REFERENCIAS
[1] John Guzmán Pinilla. “Cinco parásitos en la historia del gremio ganadero” en diario La República. https://www.larepublica.co/economia/cinco-parasitos-en-la-historia-del-gremio-ganadero-2341491
[2]Juan Sebastián Lombo: “ ‘Al Pacto Histórico: bájenles a las agresiones’: Carlos Amaya”. (El Espectador, 15 de diciembre de 2021) https://www.elespectador.com/politica/al-pacto-historico-bajenles-a-las-agresionescarlos-amaya/
[3] Ariel Ávila: "Con las divisiones, los alternativos son los idiotas útiles del uribismo" | Semana TV (30 de noviembre de 2021). https://www.youtube.com/watch?v=zHdeif5fo3k