En estos tiempos de polarización muchos ciudadanos han salido a decir que ante la amenaza "castrochavista" si gana Petro se van del país y que una victoria de Petro convertiría a Colombia en una segunda Venezuela.
Sin embargo, existen candidatos que han aprovechado la polarización y las medidas impopulares del actual gobierno para hacer campaña, tal es el caso del candidato del Centro Democrático, Iván Duque. Este ha basado su campaña en tres propuestas, que de cumplirlas en su eventual gobierno convertirían a Colombia en una segunda Venezuela. Estas son: bajar impuestos, subir salarios y hacer cambios unilaterales a los acuerdos de paz.
La primera, la más popular o quizá populista, ha logrado hacer eco en los ciudadanos del común, que naturalmente quisieran tener una menor tasa impositiva. No obstante, aunque impopulares, los impuestos son necesarios. Especialmente, ante la coyuntura internacional, en la que los precios internacionales de petróleo han caído y, por lo tanto, los ingresos generados por la exportación del crudo también.
Actualmente Colombia presenta un déficit fiscal que ha generado un pronunciamiento de las calificadoras de riesgo. La primera, Standard's and Poor’s, rebajó la calificación de BBB+ a BBB-. La segunda, Moody's no rebajó la calificación, ya que Colombia ha sido muy cuidadoso con el manejo de la deuda externa, sin embargo sí rebajó su perspectiva a negativa. La tercera, Fitch, no se ha pronunciado al respecto, sin embargo advirtió que el próximo gobierno deberá seguir haciendo ajustes fiscales y que hará un pronunciamiento sobre la calificación de Colombia, una vez se conozca la política del próximo gobierno. Así mismo, esta última afirmó que una reducción de impuestos generaría una reducción en la calificación, poniendo en riesgo la inversión.
De igual manera, esta situación generaría un aumento en las tasas de interés, por lo que incremenataría el costo de endeudamiento, lo que a su vez genera una disminución en el consumo e inversión que puede desencadenar incluso en una recesión. En palabras más amigables, si no se manejan las finanzas con responsabilidad, la economía se puede ver seriamente afectada llegando incluso a una recesión y ahí sí nos podemos convertir en una "segunda Venezuela".
No obstante, Duque dice que esta reducción se puede hacer si se tiene un Estado eficiente, lo cual es verdad. Aunque el gobierno de Uribe no se caracterizó por la eficiencia, se caracterizó por escándalos de corrupción y obras interminables y con sobrecostos. Por otro lado, Duque nunca ha administrado nada, no tiene ninguna experiencia administrativa ni de liderazgo y por ende, es poco creíble que él pueda construir un Estado eficiente.
Pasando a la segunda propuesta, subir salarios de manera arbitraria puede generar grandes dificultades para las empresas. Anualmente, los salarios se aumentan de manera gradual, teniendo en cuenta la inflación como mínimo y se adiciona una pequeña proporción, para que exista un aumento real del salario. Aunque este aumento de salario muchas veces no le soluciona la situación económica a quienes viven de él y los diferentes sindicatos resultan insatisfechos, es necesario para la competitividad empresarial, ya que, un aumento excesivo del salario mínimo significa mayores costos a las empresas, especialmente las Pymes, que son las que tienen menores márgenes de utilidad y por ende, muchas podrían recurrir a disminuir su personal, para subsanar los costos en incluso algunas pueden caer en la quiebra. En palabras más concretas, un aumento arbitrario de los salarios, genera mayores costos para las empresas, por lo que, éstas disminuyen su personal o en su defecto, quiebran, aumentando así el desempleo y la informalidad laboral, tal y como ha ocurrido en Venezuela en los últimos años, en los que muchas empresas han cerrado por diferentes razones políticas y económicas.
Por último, aunque Duque es moderado en sus discursos y afirma que se le deben hacer cambios unilaterales a los acuerdos de paz, sin "hacerlos trizas", la realidad es que en su programa de gobierno plantea cambiar drásticamente el punto de participación política de las Farc, el cual es el eje fundamental del acuerdo junto con la reparación a las víctimas. Gracias al acuerdo de paz, el 2017 fue el año con menor tasa de homicidios en Colombia desde 1975, pasando de 66 homicidios por cada 100 mil habitantes en el 2009, cuando Uribe era presidente a 23.2. Sin embargo, cualquier modificación unilateral a los acuerdos, podría generar un aumento en las disidencias, por lo que se esperaría un aumento general de la violencia en Colombia. Es decir que si Duque cumple con su plan de gobierno, se esperaría un aumento de criminalidad e inseguridad, tal y como ha ocurrido en Venezuela en los últimos años.
Por estas tres simples razones es supremamente peligroso una presidencia de Iván Duque y de llegar a presentarse, más de uno debe prepararse para empacar maletas y salir del país lo antes posible.