A la salida de Santa Rosa hacia Villanueva, al lado izquierdo de la carretera, había hace tres años un barrio de invasión llamado El Paraíso, estaba instalado en un lote propiedad de las hermanas Alcázar, quienes a su vez lo habían heredado de su padre.
Ahí vivían 250 humildes familias campesinas, que fueron sacadas por la fuerza bruta del Esmad, por orden de Dumek Turbay y del alcalde del municipio de Santa Rosa José Luis Altamar, bajo una tormenta, en la noche del 31 de octubre de 2016. Esas 250 familias siguen esperando casi tres años después por una solución a su situación de emergencia humanitaria, no ha habido misericordia para ellas.
Ese lote estaba destinado para ser un hospital humano de tercer nivel, que cubriría todos los municipios de la línea, también se construiría en el lote la sede de la guardia ambiental, la sede de los bomberos, en este punto, es bueno que la opinión pública sepa, que en Santa Rosa de Lima, municipio del departamento de Bolívar, ese departamento cuya prensa declara que su gobernador es el mejor del país, la humilde casita donde funcionan los bomberos, es financiada en su alquiler y pago de servicios públicos, por el sueldo de los propios bomberos.
Pues bien, sacaron a 250 humildes familias brutalmente bajo la lluvia para hacer un hospital, una sede para los bomberos y para la guardia ambiental, en un lote de dos hectáreas y media. Y no hubo hospital, ni sede de la guardia ambiental, ni sede para los bomberos, lo que hubo fue una perrera de 250 metros cuadrados.
A ver, volvamos atrás, el lote era de un par de hermanas que a la vez lo habían heredado de su padre, ellas lo vendieron a la alcaldía de Santa Rosa por la suma de 154 millones, y el honorable concejo del municipio de Santa Rosa sesionó a su vez con el objetivo de ceder gratuitamente el lote para la gobernación.
El documento de esa sesión prueba varias cosas, primero, las malas intenciones que se han escondido en la gestación del guardián desde el principio, en esos papeles tratan a los perros y a los gatos de peligro público, de peligro para la salud humana, de problema social, y que para solucionar ese teórico e inexistente problema hay que donar el lote. No se habla en esos documentos oficiales en ningún momento de amarlos, de quererlos, de valorarlos, de protegerlos, de hacerlos felices, nada. No los ven como sujetos de derechos, ni como criaturas maravillosas, dignas de amor y cuidado, sino como basura, como desperdicio de nuestra decadente sociedad. Si quedasen dudas acerca de que ese lugar fue concebido como coso, zoonosis, matadero de mascotas, la sola lectura de ese documento sería suficiente para despejar dudas.
En segundo lugar el documento de cesión del lote del municipio de Santa Rosa a la Gobernación de Bolívar establece que es una donación gratuita. Cuando vamos a la notaría primera para escudriñar esa donación descubrimos que hubo un costo en la donación de 74 millones. ¿Quién recibió ese dinero? ¿Quién lo dio ese dinero? ¿Cómo se justifica? ¿En que se invirtió? ¿Lo tomó el alcalde José Luis Altamar para sí? ¡Ojo! No estoy acusando solo pregunto lo obvio.
Tres años después, 250 familias humildes siguen viviendo en condiciones infrahumanas sin que la Gobernación de Bolívar ni la alcaldía de Santa Rosa les resuelva de ninguna manera la situación.
Y claro que nuestra prioridad es el bienestar animal, pero observando este desolador panorama, solo podemos preguntar: un gobierno que trata así a los seres humanos, ¿tendrá alguna buena intención con los perros y los gatos desamparados? Me temo que no.
De las dos hectáreas y media del terreno donado, solo se han utilizado 250 metros y el resto pareciera que la gobernación, ilegal e inmoralmente, desea darte una destinación diferente y legalmente indebida.
Como indicio grave de que esto es así, baste anotar que desde hace dos años, la información de este lote está bloqueada en la oficina de instrumentos públicos de Cartagena, se las dejo por hoy hasta ahí, asimílenlo y mañana seguimos.
Posdata. Nos han bloqueado de comentar y publicar en las redes sociales de Dumek Turbay, alias el mejor gobernador del país. No soporta los cuestionamientos y rehúye el debate. Típico de él.