"Si el establecimiento lo persigue, es porque Petro vale"

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En la historia han quedado plasmados los prolíficos y heterogéneos avatares que ha brindado con tenaz continuidad el espectáculo de la vida humana; avatares que unas veces le han conllevado al hombre –el propio protagonista de esa, su historia– bienestar y felicidad, otros por el contrario malestar y desdicha y otros se han sucedido cargados de un desapercibido y aligerado paso; estos últimos no registrados precisamente por su escasa relevancia. Los episodios humanos consignados en la historia son aquellos cuyo valor elevado los hacen merecedores de su cuño en las piedras, en los papiros, en los libros, o simplemente en la imborrable memoria colectiva de los pueblos, y que más allá de lo gratos o no que estos le representen, poseen un alto valor significativo para el espíritu humano y su paso por esta dimensión terrenal.

Prolíficos y heterogéneos escenarios como los de las costumbres de los pueblos, sus creencias, las guerras, la paz, sus hazañas, sus fracasos, la ciencia y el arte, entre muchísimos más y por supuesto el escenario de la política no podría escapar de ese inmenso conjunto.

"Quien no conoce su historia está condenado a repetirla", nos cuenta la experiencia y la sabiduría ancestral. El adagio se constata a diario y aplica tanto en el plano individual como colectivo de la especie humana.

Y es esa historia la que nos muestra que efectivamente el ser humano se equivoca en demasía, pero es también ella la que nos muestra los aspectos a corregir y el camino a tomar hacia la constante evolución humana, a esa obligada evolución, que por demás está decirlo.

Cabe recordar algunos grandes errores históricos a nivel del mundo entero y cómo no, los de nuestra propia sociedad: La esclavitud, la inquisición, el racismo, la homofobia, el machismo, la primera y segunda guerra mundial, la detonación de las bombas de Hiroshima y Nagasaki, la construcción del muro de Berlín, las invasiones a Irak o Afganistán, la disolución de la Gran Colombia, la masacre de las bananeras, la guerra entre guerrillas y Estado por más de medio siglo, el genocidio de la UP en Colombia, los asesinatos de Rafael Uribe, Gaitán, Pizarro, Galán, Pardo Leal, Jaramillo Ossa, Cepeda Vargas, Jaime Garzón y demás valiosos líderes, críticos y pensadores caídos por la cruenta y la larga violencia y/o inducidos por la intolerancia de ésta sociedad. Y la lista continúa...

Sigamos rememorando otros emblemáticos y tristes desaciertos como la falaz acusación y posterior asesinato de Jesús de Nazaret, el de la filósofa y matemática griega Hipatia, los de Giordano Bruno y Lucilio Vanini, (condenados a la hoguera por la inquisición), la persecución a Galileo, Copérnico, Darwin o a Marx, (por la iglesia católica y otros), la traición y persecución a Bolívar, el asesinato de la heroína Policarpa Salavarrieta, el de Luther King, o la injusta condena a Mandela entre muchísimos más, de hombres y mujeres ejemplares, transformadoras (es) , grandes y brillantes mentes que han sido objeto de persecución y en muchos casos de la desaparición física de sus inestimables vidas, debido a que han representado amenazas directas a personas o grupos poderosos que en nada les convenía la exposición y difusión de sus ideas entre los pueblos donde se proclamaban.

¡Crasos errores! La historia así lo confirma, ya que las tesis científicas, políticas y de cualquier índole dilucidadas, planteadas y expuestas por ellas y ellos durante sus hostigadas y difíciles vidas convulsionaron la sociedad de sus tiempos y fueron mal recibidas, atacadas, incomprendidas y hasta ridiculizadas en su momento. Ideas revolucionarias, modernas, vanguardistas, que nos han abierto nuevos horizontes en la comprensión del mundo y sus fenómenos naturales, pero que sólo hasta el sol de hoy las vemos y entendemos como tal.

No obstante, el hombre pareciera estar condenado a la repetición de sus fallas. Y continuando la remembranza de aforismos populares: "El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra"… y hasta más, le añadiría yo. La sabia sentencia insiste en corroborarse en Colombia en variopintas formas y contextos y dentro de las cuales resalta el caso de Gustavo Francisco Petro Urrego: Un político, exmilitante del grupo guerrillero M-19, economista y actual representante del movimiento político Progresistas. Otro caso de incomprensión y persecución, otra repetición de un desacierto.

El de Petro, sin duda alguna, es un caso emblemático de la reiterada y nociva práctica de persecución política e ideológica por parte de las élites que manejan a un país. Quizá por lo avanzado de sus tesis (hemos visto cómo la mente humana teme a lo novedoso) o quizá por el absurdo cliché de creer que haber pertenecido a un grupo guerrillero implica la automática descalificación del individuo per se, y muy seguramente por la propaganda negra hacia el pensamiento diferente emanada desde los medios privados pertenecientes a la misma clase que controla el poder económico, político y estatal. Cabe subrayar que controlan la prensa, la cual se ha convertido en el cuarto poder de los estados [1].

Esa prensa privada –o mejor expresado: la voz de los poderosos– por supuesto ha contribuido enormemente a formar en el colombiano promedio una imagen errada de Petro. Una imagen denigrada y distorsionada en la que aparece como un 'improvisador', un 'inepto', un 'populista', un 'trasnochado comunista', ' un arrogante', un 'mal gerente', un 'egocéntrico y vanidoso', incluso –y descaradamente– como un 'corrupto' [2]. El desmedido temor que genera en esas élites una persona del tamaño intelectual, político e ideológico de Petro, no es para menos.

El modus operandi de esta pobre (en calidad) y aciaga prensa es la reiterada y conocida –y más intensificada en nuestro país– táctica de generar matrices de opinión de acuerdo a los intereses de sus dueños. La perversa táctica consiste en repetir mil veces, a cada instante y en todos los espacios, una mentira para que se convierta en verdad [3]. Y funciona muy bien, sobre todo en un país donde impera una casi nula cultura de la lectura y de la investigación [4] y que cree informarse con RCN, Caracol y demás filiales de estos.

Ya lo dijimos en anteriores oportunidades: "Ver y creer en estos canales solo es clavarse su propia puñalada porque no están hechos para informar sino para que el pueblo odie a sus verdaderos representantes y ame a sus verdugos" [5]. (Y los elija, desde luego).

Si a la evidente saña de la prensa en su contra, le adherimos la también evidente y continua saña de instituciones de todo tipo como la Procuraduría, la Contraloría, la personería, la CAR, la Superintendencia de Sociedades, la Superintendencia de Industria y Comercio, el CNE, la Cámara de Comercio de Bogotá, etc. [6], las cuales están controladas en casi su totalidad también por los mismos poderosos pertenecientes a las élites económicas y políticas del país, podemos entonces asegurar sin temor a equivocarnos que estamos ante un nuevo y grave error histórico que puede ser motivo de nuestro lamento (más exactamente el de nuestros hijos y nietos) en un futuro, sí no reaccionamos con prontitud.

A esta manguala de poderosos, a esta gavilla de los 'toconpe', todos contra Petro, para nada les importa los reconocimientos que por sus políticas ha recibido a nivel mundial de parte de entidades internacionales como el C40 (Al ser Bogotá líder mundial en adaptación al cambio climático), la nominación al premio Tarso en 2013 como mejor alcalde Iberoamérica, premio como el de la ONG Defenzoores, por la lucha por la defensa de los animales, la ubicación entre los 6 mejores alcaldes del mundo por el portal estadounidense The Huffington Post, las constantes invitaciones a exponer sus ideas en importantes universidades alrededor del mundo, la invitación al Vaticano para la conferencia mundial sobre cambio climático, la invitación a Harvard para exponer su admirado POT (valorado a nivel mundial pero atacado en Colombia) y un largo etcétera de eventos [7] que la prensa con angustiada celeridad ocultaba o minimizaba al máximo y por el contrario magnificaba las críticas (casi siempre sin fundamento).

A esa manguala tampoco le importaba el hecho de que un hombre le apostaba a poner su capacidad mental en beneficio de la ciudad, en beneficio del pueblo; capacidad intelectual que lo obligaba a ser promovido a los siguientes grados escolares sin terminar el periodo y que lo ubicó como el segundo mejor ICFES de Colombia, graduado y becado de su colegio y universidad [8], tampoco el hecho de que haya sido uno de los congresistas con mejor currículo académico, ni su desempeño en esa corporación, ni les importa su visión de país enfocada en el progreso, en el planteamiento de la disminución de la pobreza y en la adaptación del país al cambio climático, teniendo en cuenta que éste fenómeno puede ser el artífice del declive de la vida en el planeta incluyendo la vida de nuestros hijos y demás descendientes o la de sus propias familias (¿quién, por más rico que sea, puede vivir sin aire o sin agua?), ni sus ideas sobre la equidad socio-económica y la inclusión de los tradicionalmente excluidos, o que Colombia aproveche sus propios y copiosos recursos naturales y humanos para salir del tercermundismo, que se desarrolle la industria y el aparato productivo para no seguir dependiendo del petróleo y del carbón y así no caer en una crisis como la venezolana o que la educación de calidad e incluyente y sus redes interconectadas de conocimiento sean el pilar y la fuerza de una nueva sociedad como él lo plantea. ¡No, en lo absoluto!

Lo único que les interesa es continuar con la aplicación del neoliberalismo como la única, facilista y más salvaje forma de enriquecerse de manera insaciable. Insaciable ya que a la avaricia no la colma nada.

"Solo falta que me peguen un tiro en la cabeza", decía Petro muy acertadamente [9]. Y es que esa aseveración es una incuestionable verdad: Su muerte física es la única que aún no hace presencia; ya le han matado políticamente (Inhabilidad para ejercer cargos públicos por 15 años), ya le han matado su buen nombre e imagen a través de la prensa privada, ya le han matado económicamente (hasta su salario fue objeto de embargo) [10], ya le han matado de todas las maneras posibles a excepción de la física.

El funesto escenario que representaría la desaparición física de manera violenta de su persona no es un asunto imaginario o paranoico, es un hecho sustentado y muy probable. Las amenazas que le han llevado a ser uno de los hombres más custodiados de Colombia, el destierro al cual han condenado a su familia, las constantes amenazas que se tornan cotidianas contra su persona y los suyos, los seguimientos ilegales (chuzaDAS), las estrafalarias multas, entre otros tipos de persecución e intimidación [11], son la cuenta de cobro pasada por parte de los sectores políticos, oligárquicos y mafiosos del país que para nada son indistintos los unos de los otros sino un sólo y peligroso 'coctel'.

Es que hechos valientemente llevados a cabo como los del destape del paramilitarismo y su simbiosis con la política (parapolítica) en pleno Congreso de la República en directo por televisión [12] y en el que el gobierno de Uribe Vélez estaba untado hasta la coronilla, así como la denuncia pública del cartel de la contratación de Bogotá con el gobierno de Moreno Rojas (uno de los motivos que suscitó su salida del Polo Democrático) [13], el del genocidio de los eufemísticamente llamados 'falsos positivos', o sus debates de control político entre otros, eran muestra de su gran valor humano y político pero que conllevaban inmensos riesgos y sufrimientos producto de la venganza de aquellos a quienes pisaba los callos.

Con la llegada a la Alcaldía de Bogotá –la gran plataforma a la Presidencia de la República– la oligarquía y grupos mafiosos de todo tipo, desde 'honorables' empresarios asociados con la cocaína y el desfalco a la ciudad, hasta los de los entes de control, avizoraban temerosos lo que Petro representa para ellos: Un hombre brillante y honesto de talla presidencial que con su con su muy probable llegada a esa primera magistratura del país sus 'transparentes negocios' se podrían ver afectados [14].

Llegaron –torpemente– a imponer incluso su muerte política a través de la destitución e inhabilidad por 15 años –por un problema menor– que era el modelo de la recolección de las basuras (Ley emanada por la Corte Constitucional y que pese a ello pretendieron mostrar como una decisión ilegal y arbitraria). Y digo menor porque fueron 2 días que –por el demostrado complot en contra de su administración– no se recogieron las basuras [15]. Un pretexto pequeño aunque 'perfecto' para el objetivo del Procurador y su combo: sacar a Petro del escenario político a como diera lugar.

El pánico a que sus negociados se vean afectados por políticas transparentes, inclusivas y democráticas es básicamente el motivo de la animadversión y guerra hacia Petro por parte del establecimiento.

La justicia internacional, en este caso la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, le dio la razón (CIDH). De manera unánime los jueces fallaron a su favor y le otorgaron medidas cautelares protegiendo sus Derechos Políticos que son Derechos Fundamentales ante el evidente atropello emanado desde la Procuraduría. No obstante, el presidente Juan Manuel Santos, el Nobel de 'paz' (Paz entrecomillada, porque no puede hablar de paz quien es cómplice y partícipe de persecución política), las rechazó y no las acató pese a que se constituyen en medidas obligatorias de acuerdo al Pacto de San José en la Convención Americana sobre Derechos Humanos en 1969, ratificado por Colombia en 1973 y del que es signataria [16]. Después de una tutela interpuesta ante el Consejo de Estado, éste mantuvo dichas medidas cautelares en favor de Petro. Pasados 4 años dicho organismo anuló la destitución y le restituyó sus derechos políticos [17].

El hombre surgido del pueblo y fiel a este, elegido Concejal del municipio de Zipaquirá, el mismo que construyó a sus escasos 20 años un barrio para su comunidad, el político hecho militante de la guerrilla del M-19 en un acto de rebeldía e indignación por las trampas a favor de la elección presidencial de Misael pastrana Borrero en 1970; apresado por el delito de porte ilegal de armas (ningún otro), torturado por efectivos de las FF.MM. de la época, hacedor de un proceso de paz entre el M-19 y el Estado Colombiano; el que 'no se ha arrodillado ante los poderosos' [18] como lo exclamó con impavidez estoica en el discurso de balcón de la alcaldía el día de su destitución e inhabilitación al tiempo que llamaba 'organizar la indignación para no generar violencia' [19], el continuamente perseguido, afrentado, amenazado y visionario aunque incomprendido (por la carencia en Colombia de una educación masiva y de calidad que permita entenderlo), al que ni el potente microscopio del aparato estatal ha logrado encontrarle algún caso de corrupción por minúsculo que sea, decidió llevar su lucha con magnifico ardor por los más necesitados del país por la vía de los votos al recinto del Congreso de la República, al del Palacio de Liévano y probablemente al del Palacio de Nariño [20].

De nuevo la historia nos confronta y nos revela una patente persecución política hacia una persona incómoda para sectores poderosos. Aunque en distintas épocas y lugares, los hechos son innegables y los atraviesan marcadas similitudes. A la historia debemos volver la mirada para recordar que no podemos permitirnos la eliminación de una persona como Gustavo Petro o que no se le dé la oportunidad de mejorar ésta sufrida y atrasada patria colombiana. No nos podemos permitir ese mismo equívoco ya trazado en eras pasadas. De todos los contendientes por la presidencia, ha sido el más perseguido, atropellado y combatido por el establecimiento colombiano. Esto ya nos debe decir algo, nos debe decir mucho, porque a quien más se ataca desde un Estado plagado de vicios como el colombiano, debe ser al que más éste le teme, el que más vale.

Seguramente y dadas las pruebas a su favor la sociedad colombiana comprenderá la inquinada campaña negra contra su imagen y condenará a sus perpetradores. La historia lo absolverá.

Adenda:

–Relevantes figuras de la política nacional autodenominadas independientes y que en su ejercicio público han asegurado estar con los menos favorecidos han optado por apartar a Petro de sus coaliciones y de una subsecuente consulta popular que elija al o la representante de la misma. El notable favoritismo del líder progresista dentro de los círculos intelectuales y críticos de la sociedad como en buena parte de ella pareciera ser una amenaza para ellos; en vez de analizar esto como un fortaleza en pro de lograr por fin –en más de dos siglos de arcaica hegemonía politiquera– una fuerza electoral fuerte que sea capaz de arrebatarles el poder y ponerlo al servicio del pueblo, prefieren ceder a las vacuas mieles de la vanidad en la fugaz figuración en unos mandatos gubernamentales inalcanzables si insisten en ir solos. Sus discursos sobre quitarle el poder a 'los mismos con las mismas' se han tornado nada más que en un bello eslogan de una campaña política cualquiera y que un corto tiempo basta para desvanecer la ilusión de su impresión primera. Pero las encuestas favorecen a Petro a pesar de la campaña negra de los medios privados. Ojalá esta competencia se dé en franca lid, ya que como sabemos, Colombia es uno de los países más corruptos y clientelistas del planeta [21].

–La dignificación del ser humano, comprobada en su periodo de alcalde con la inclusión de la comunidad recicladora proveyéndoles de salario y demás prestaciones de ley, así como con otros abandonados sectores de la población como los médicos preventivos, las madres comunitarias, jardines infantiles, colegios, universidades del distrito, la red hospitalaria, políticas para los menos favorecidos como la del mínimo vital del agua (Replicada en Colombia), la defensa del medio ambiente y el ecosistema, la defensa y crecimiento de empresas públicas como la ETB, aguas de Bogotá o la asistencia a niños en sectores de la sociedad capitalina que entre otras cosas eliminaron la tasa de muertes por inanición (hambre), POT (exaltado y premiado a nivel mundial), la atención a drogo-dependientes con métodos de vanguardia (CAMAD), que paliaban la ansiedad de los enfermos por los tóxicos (métodos científicos importados de países pioneros en combatir el flagelo de la drogadicción), o el incentivo uso de transportes alternativos NO contaminantes, la inclusión de sectores poblacionales tradicionalmente excluidos como la comunidad LGBTI, entre otras, son políticas invisibles históricamente en Colombia, pero NO por eso menos urgentes [22].

–Uno de tantos ejemplos que de manera anecdótica retrata la persecución en su contra y la doble moral de la prensa privada colombiana es el del periodista Darío Arizmendi, director de Caracol Radio, quien hizo eco de forma especialmente retumbante de que un concuñado de Petro aparecía en los Panamá Papers. A escasos días el propio periodista figuraba junto a su familia en la misma lista. Lógicamente este último no fue motivo de noticia para aquellos medios [23].

–El metro de Bogotá, una obra que los Bogotanos veían como un sueño irrealizable, por fin en el gobierno de Bogotá Humana pudo lograrse su concreción y financiamiento. Sin embargo la administración de Peñalosa en conjunto con Santos y Vargas Lleras botaron al piso los costosos estudios y lo cambiaron por uno de menor calidad (elevado) y han priorizado la creación de más troncales de Transmilenio beneficiando así a operadores privados de este caduco sistema, lo que no solucionará el grave problema de movilidad de la capital y por supuesto, el beneficio será para pocos y para los mismos de siempre. Para Santos y Vargas Lleras una mega obra de tal magnitud como el Metro capitalino no podía tener el sello del hombre de Ciénaga de Oro-Córdoba [24].