Luego de enterarme de lo ocurrido en la Escuela General Santander, decidí revisar en redes las diversas opiniones e hipótesis sobre el fatídico atentado. Entre toda la basura que puede generar un hecho de estos, proveniente de todas las corrientes políticas e ideológicas, encontré una joya en el Facebook de la periodista Andrea Aldana que creo que vale la pena compartir: es un análisis, con una argumentación perspicaz y bases sólidas, sobre lo que puede haber detrás del trágico carro bomba.
Si el Eln es el autor del atentado, lo va a reconocer. Reconoció el explosivo en La Macarena de Bogotá puesto el 19 de febrero de 2017, y reconoció el atentado con explosivos a la estación de policía de Barranquilla hecho el 27 de enero de 2018. El primero perpetrado por un comando urbano que al interior de esa guerrilla conocen como "La Diego", y el segundo por el Frente de Guerra Urbano Nacional (que creo es la misma Diego pero articulada a nivel nacional). Así que repito: si esa guerrilla es responsable del atentado, no lo ocultará. La razón es simple: ellos se consideran ejército pero irregular, por lo tanto, no leen la guerra como nosotros —los civiles—, para ellos estos hechos son acciones que deben reportarse como partes militares, algo así como los mismos partes militares que emite la fuerza pública cada vez que bombardea un campamento o da de baja a un guerrillero. Lo que nosotros leemos como "atentado" o "bombardeo", ambos "ejércitos", regular e irregular, suelen leerlo como "victoria militar". Lo anterior lo explico porque en cuanto a crisis, guerras y coyunturas tendemos al análisis impulsado por deseos y pasiones y dejamos de lado lo más importante: datos, variables, antecedentes y, especialmente, contextos de los actores, tal vez porque nos son conceptual o moralmente incomprensibles. Ahora bien, también hago esta pequeña introducción porque quiero señalar que, si por el contrario, el Eln es acusado del atentado pero ellos no confirman su autoría, la acusación de la Fiscalía —o del gobierno— debe leerse con beneficio de inventario. En julio de 2002, previo a la posesión de Álvaro Uribe Vélez, oficiales del Ejército hoy condenados organizaron 7 atentados en Bogota que incluían una casa bomba, un camión bomba y 3 carros bomba más; solo uno de estos últimos estalló —matando a un civil y dejando a varios soldados heridos—, el resto fueron desactivados y entregados como decomisos positivos de la fuerza pública (falsos positivos). De estos hechos se sindicó inicialmente a las Farc y solo hasta 2006, cuatro años después, supimos que fue el Ejército el autor. Por eso concluyo: si la guerrilla del Eln es responsable del reciente atentado o masacre de Bogotá, es probable que lo confirme pronto; si el autor de esta masacre es la fuerza pública o cualquier personaje de extrema derecha, es en años —o quizás jamás— que lo vamos a saber. No obstante, y después de comparar fechas y modos de operar, una cosa se puede decir: ambos bandos tienen patrones repetitivos y debilidad por los explosivos.