Armando Montenegro, ex director de Planeación Nacional en el gobierno de Cesar Gaviria quien junto con Rudolf Hommes, el entonces Ministro de hacienda, lideraron la apertura económica y la privatizacion de muchas entidades del Estado, conversa con Juan Manuel Ospina sobre los nuevos desafíos y ajustes que plantea la pandemia, en el que el rol del estado será distinto.
Juan Manuel Ospina: Esta crisis desatada por la Pandemia nos da un sacudón y nos recordó la importancia del Estado, algo que había estado aletargado en los últimos 25 años ¿Regresa el Estado a tomar las políticas de seguridad, de salud?
Armando Montenegro: El estado, en todo el mundo, está protegiendo a muchas empresas que se están quebrando, y aumentando transferencias a las personas, no es suficiente, pero hay un esfuerzo muy grande de atender a la población. El Estado subió la intervención por medio de políticas de gasto que se plantean en reformas muy grandes que serán necesarias. Colombia va a implementar más impuesto para pagar la deuda del estado y vendrán reformas que no se han hecho, como las laborales, pensionales, tributarias. Ojalá que tengamos un Estado más fuerte y efectivo.
Juan Manuel Ospina: Recuerdo una frase de Galán que decía que en Colombia hay más territorio que Estado, el Estado en Colombia ha sido ineficiente. Por eso este es el reino de la paraestatilidad y de ahí surge la violencia, de esa ausencia de Estado. En esta crisis se volvió más claro que hay temas de seguridad alimentaria que deben estar garantizados. Esto obliga a replantear la agricultura. Apoyar a los pequeños productores. ¿Cómo ves eso? ¿Podemos seguir como veníamos?
Armando Montenegro: En las discusiones agrícolas priman lo que piensan los grandes productores. Hace unos años la gente de Fedesarrollo analizó el tema del arroz que tiene el arancel del 80% y le pusieron un arancel menor y así salían de la pobreza 500 mil personas. Puede causar problemas para los productores pero esta es una discusión que no tienen en cuenta, los intereses de los consumidores y si lo de los gremios grandes que controlan los ministerios por eso hay un discurso nacionalista que no favorece a la gente del común sino a los grandes productores.
Hay cosas que podemos producir eficientemente sin atentar contra el bolsillo de la gente pero hay otras que no. Es que no podemos prohibir la producción de trigo y decimos que vamos a producir trigo en Boyacá y Nariño y eso sería un caos y se dispararía el precio. Si queremos comer pan a un precio razonable toca importar trigo. El intercambio comercial es razonable. Hay discusiones sobre el tema pero hay que balancear el sistema común con estos temas de la gente.
J.M.O: La producción depende de la capacidad de los individuos de armar sus proyectos y del entorno en el que se van a realizar. Yo no estoy defendiendo a los productores. Es que producir es complejo. Usted tiene unas líneas las logra exportar pero es más sencillo importar
A. M: Tienes razón. Le he escuchado a los economistas es que hay que empezar por lo básico. La gente no tiene garantía. Los temas de la tierra todavía no están aceptados. No tienes protección en muchas partes de Colombia, si tienes un conflicto con los vecinos y la justicia no funciona. Es que el Estado no ha construido ni siquiera las vías, el campesino no tiene las garantías, los servicios básicos para producir.
J.M.O: Eso se ha visto con la sustitución de cultivos de coca. El campesino empieza a cultivar otra cosa y llega el gorgojo y se lo come. La construcción se tiene que hacer desde la región, hay que acercar el Estado a las necesidades de la gente. Hay construcción de base que no se ha hecho. Seguimos como en el siglo XIX. ¿Cómo ves eso?
A.M: El tema del Estado en los territorios es que, en el corredor del Pacífico, La Costa, las Fronteras, son regiones atrasadas donde el Estado no ha llegado. Allí no hay servicios. No hemos sido capaces, hemos fracasado en su traída al desarrollo. Allí llegaron la coca, los paras, la guerrilla, hay un control paraestatal, un estado paralelo a donde no llega esa Colombia moderna
J.M.O: Si algo caracteriza el mundo rural colombiano son esas formas de paraestalidad por lo menos desde comienzos del Siglo XX cuando empieza a integrarse este país. Esa paraestatalidad congela el proceso y captura las poblaciones. Como sucede con los cultivos de coca
A.M: Mira Tumaco. Uribe pacificó buena parte de Colombia con su Seguridad Democrática pero esa zona quedó igual, lo mismo pasó con el Proceso de Paz de Santos. La violencia siguió igual, se retiró las Farc pero llegó el ELN y Bandas Criminales. El narcotráfico sigue siendo el orden natural de las cosas.
J.M.O: Es que hacer presencia de Estado no es mandar tropas. Esa incapacidad de hacer acciones de concordancia lo que hace que el Estado no llegue. Acá no hace falta ejército sino Estado
A.M: Cuando se fueron las Farc no llegó la policía, ni nadie, para tomar el territorio, necesitamos una nueva forma de ocupar los territorios, que llegue de la mano de la Fuerza Pública las Notarias, la Salud, los Jueces. En ese caso no llegó nadie, por eso volvimos a perder esos territorios.
