Como era de esperarse, preocupado por la economía y por los ingresos de sus amigos empresarios, el presidente Iván Duque intenta por todos los medios levantar la cuarentena.
Algunos medios, que no gozan de mucha credibilidad en este preciso momento por su mordaza a los mejores columnistas, han informado que la curva del contagio empieza a aplanarse; escenario perfecto para que se sugieran las más macondianas formas de levantar la cuarentena para que la economía se reactive, independientemente del riesgo a la salud que esto acarrea.
Para ello, el presidente sugirió una “cuarentena inteligente”, para así normalizar y continuar con nuestra cotidianidad. La propuesta generó escepticismo en la sociedad por el adjetivo “inteligente”, generando suspicacias y zozobras.
No obstante, me siento confiado en tal medida y creo que el país está lo suficientemente preparado para cualquier desafío que incluya lo de “inteligente”; un país con los resultados nuestros en las pruebas Pisa no debería temer a ninguna contingencia que deba apelar a su inteligencia.
Nuestras prácticas del pasado auguran una buena cuarentena inteligente. Si la medida aún genera desconfianza, traigo a colación algunos episodios que garantizan un feliz futuro:
- Somos el país en el cual Pachito Santos sugiere electrocutar muchachos con un táser para poder después proceder a su captura. Una medida correcta para aplicar con todos esos vándalos que pelean por una educación gratuita y de calidad.
- Somos el país que acertadamente votó en el plebiscito “no” a la paz. Excelente decisión porque se sabía que de haber ganado el “sí” se nos iba a imponer la ideología de género y el matrimonio homosexual, y se iba a entregar el país al castrochavismo.
- Somos el país en el cual personajes de bien como Ordóñez (que fue sacado de su cargo por corrupción) y el difunto Velásquez Vásquez promovieron una marcha en contra de la corrupción. Tales próceres epónimos merecen todo nuestro apoyo en contra de los corruptos de izquierda que quieren todo regalado.
- Somos el país en el que nuestra senadora nos pone en guardia en contra de Auron Play, Luisito Comunica y Dross, peligrosísimos elementos de la guerrilla colombiana que promovieron el paro hace poco tiempo. El mismo paro que inició con un ritual satánico, como bien nos demostró el esposo de la susodicha senadora.
- Somos el país en el cual un procurador quema como acto pedagógico.
- Somos el país que en plena cuarentena se va de paseo a Anapoima o a Villa de Leyva.
- Somos el país en el cual una alcaldesa encargada de una ciudad capital (Yopal para ser más exactos) entrega las llaves de la ciudad a Jesucristo. No sé si el salvador acudiría a la entrega, pero de hacerlo espero que haya salido bien librado.
- Somos el país que aplaude a los médicos por su titánica labor en contra de la pandemia, pero a la vez les exige que no aborden el transporte público, los multa cuando salen a la calle y les pide que no ingresen a sus conjuntos residenciales.
Podría seguir, pero considero que ya son pruebas más que suficientes para descubrir que nuestro país se encuentra preparado para el desafío de la cuarentena inteligente. Muy bien por mi presidente y sus alocuciones diarias que copan el prime time y nos deban ver su chaqueta y su termo del agua debidamente marcados, como hacíamos en la escuela para que no nos robaran. Suerte en la cuarentena, inteligente.