Debo confesar que no sabía quien era Liss Pereira hasta que mi hermana me la presentó en Youtube. Al principio fui indulgente y dije, bueno, si yo le muestro los mismos videos de siempre de los Rolling Stones, porque no soportar un monólogo de ocho minutos. Debo admitir que me gustó tanto que fui al Astor Plaza el viernes pasado, al estreno de Démonos un tiempo. Seguía teniendo mis dudas. Los que la escuchan desde la época de Radioactiva decían que la muchacha se estaba quemando. Además yo nunca he visto un solo programa de esos comediantes de la noche. A mi ese tal Riaño y el Quevedo ese difícilmente me sacan una sonrisa. Bastaron unos pocos segundos para que Liss derrumbara mis aspavientos.
A veces ordinaria, frentera, pero siempre sincera, el monólogo de Liss roza por momentos la sociología. Por eso todo el Astor Plaza se reventaba de la risa. Lo que queda claro es que los hombres no tenemos idea de las mujeres y, por eso, todo aquel que se precie de ser buen amante no es más que un embustero.
Muchachos, si quieren acabar su autoestima vayan al Astor Plaza este próximo viernes. Por más que lo intenten van a partirse en dos de la risa. Por primera vez tengo que darle la razón a mi hermana: Liss Pereira es una princesa del humor