Serpientes, ¡por su buena reputación!

Serpientes, ¡por su buena reputación!

La estigmatización las ha convertido en víctimas de persecución. Sin embargo, no son seres malignos ni diabólicos, merecen ser protegidos

Por: Francisco Javier Flórez Oliveros
marzo 05, 2019
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Serpientes, ¡por su buena reputación!
Foto: Pixabay

El hombre y la serpiente

Desde el origen del hombre, a través de la evolución de las distintas culturas, las serpientes han sido objeto de múltiples y diversas leyendas y supersticiones. Por ejemplo, ha sido considerada como un animal dotado de poderes sobrenaturales, símbolo de la sabiduría, fuente de la salud, de beneficio de poder, como también de maleficio y engaño.

Las serpientes han sido víctimas del desconocimiento, la ignorancia ancestral y generalizada, fundamentada en las creencias religiosas de los humanos, ocasionando un incomprensible proceso de persecución y exterminio sin ningún tipo de consideración. Existe un temor mal infundado hacia ellas, pues se cree que cualquier tipo de ofidio es venenoso o perjudicial; no obstante, es necesario reevaluar este tema, ya que la mayoría de las especies han sido juzgadas con base a creencias populares, como hipnotizar a otros seres o danzar al ritmo de las flautas de los encantadores y de actos maleficios, o la serpiente que ofreció la temible manzana. Esto dificulta el desarraigo en las culturas de estas creencias milenarias populares (Roze 1970, Andreu 2000).

Así pues, cuando se mira la relación del hombre con la serpiente hay que considerar el aspecto biológico y sociocultural, sino también lo abstracto, lo psicológico y emocional, todo aquello relacionado con el simbolismo, la mitología, el folklore, la literatura, la poesía y el arte en general.

El curandero: Se define al curandero como aquella persona que sin ser médico ni pretender parecerlo, ejerce prácticas curativas empíricas o rituales. En el lenguaje popular se le conoce como la persona que sabe de remedios contra las picaduras de insectos ponzoñosos o mordeduras de serpientes.

El encantador de serpientes: y quiero ser enfático que no me refiero en este segmento a ningún tipo de político. Los antiguos encantadores de serpientes, eran llamados Psylles, por los romanos en la época de Catón.

En Egipto, en la India, en Burma, existen personas dedicadas al manejo de las cobras, con estas hacen espectáculos públicos y se ganan la vida.

Minton, quien convivió con algunos miembros de la tribu Jogi de la India, los describe así “llevan turbantes, camisas largas que llegan hasta las rodillas y ollas de barro en las cuales mantienen a las serpientes”.

La serpiente en la biblia: Cuando leemos Génesis, 3 Versículos 1-14 “Era empero, la serpiente el animal más astuto de todos en cuanto animales había hecho el Señor sobre la tierra” Nos damos cuenta que en ello se expresa un simbolismo de sabiduría o astucia, pues la serpiente conocedora del bien y del mal, logra inducir a Adán y Eva al error y en consecuencia al pecado.

La serpiente y la fertilidad: Dice Sperling que, de acuerdo con la mitología, en la antigüedad la serpiente representaba la vida, es decir el agua y la tierra, sin embargo, también la muerte y la destrucción, en otras palabras, lo que cura y lo que destruye. Era al mismo tiempo el símbolo fálico y de la fertilidad femenina, de la bisexualidad y la ambivalencia.

La serpiente en las curaciones: La serpiente por su muda periódica, simboliza el rejuvenecimiento y el renacer, el restablecimiento del equilibrio, la recuperación de la salud por parte de la persona enferma. La vara con nudos significa el báculo de Asclepio que le servía como punto de apoyo en sus fatigantes jornadas prodigando salud.

Biología y conservación

Dentro de los animales vertebrados se encuentran los ofidios o serpientes, se agrupan en 27 familias, con alrededor de 3450 especies en el mundo (Zaher et al. 2009, Vidal & Hedges 2009, Grazziotin et al. 2012, Pincheira-Donoso et al. 2013, Pyron et al. 2013, Uetz & Hošek 2013). Se encuentran en casi todos los continentes y mares, excepto en los polos. La distribución altitudinal de las serpientes se extiende desde el nivel del mar hasta los lugares cercanos al límite inferior de las nieves perpetuas, y a medida que se asciende en el gradiente de altura disminuye el número de especies e individuos que se pueden registrar. Las serpientes se encuentran desde los ecosistemas secos o desérticos hasta los bosques húmedos hiper-pluviales del planeta. La diversidad más alta del grupo se presenta en las regiones tropicales.

Ahora bien: es bien sabido que los ofidios tienen numerosos enemigos naturales, entre los cuales se cuentan las aves de rapiña, algunos mamíferos, y los gatos domésticos y los gatos ferales, entre otros. Los enemigos más singulares de las serpientes son, sin embargo, las llamadas culebras ofiófagas, que se alimentan de otras, tanto venenosas como inofensivas; ellas poseen inmunidad natural frente a los venenos de las serpientes ponzoñosas, que ingieren como alimento (Zug et al. 2001). Sin embargo, quizás, el enemigo más devastador de los ofidios es el hombre, quien consciente del peligro de algunas de ellas, extermina lo que encuentra en su camino sin conocimiento aparente de la importancia que éstas desempeñan en la dinámica de los ecosistemas (Mittermeier & Carr 1994).

Colombia cuenta con alrededor del 9% de las especies presentes en el mundo (Uetz & Hošek 2013), distribuidas en diez familias, con lo cual se cuenta con algo más del 37% de las familias del mundo y se ubica como uno de los cinco países más ricos en diversidad de serpientes.

Las serpientes en Colombia exceden las 270 especies de ellas 30 son elápidos (corales) y 19 vipéridos (cascabel & talla equis). En Colombia las serpientes están distribuidas en casi todo del territorio, excepto en las aguas del Caribe y en las tierras altas (por encima de los 3500 metros). Estos animales son cruciales para el buen funcionamiento del ecosistema, pero sufren mucho por las actividades humanas. Aunque la mayoría de la gente piensa que las serpientes son sus enemigos la verdadera perspectiva es que nosotros, la mayoría de las veces somos los enemigos de las serpientes. Las especies "venenosas" (en comillas porque hay especies con toxinas fuertes y otras con toxinas de poco impacto) tienen glándulas que producen enzimas digestivas.

Exceptuando las tierras muy altas (por encima de los 3500 metros) y las aguas del Caribe, se pueden encontrar serpientes en todas las zonas de Colombia.

Generalidades de las serpientes venenosas: (a) Cabeza de forma triangular, con numerosas escamas pequeñas. (b) Dos fosas u orificios entre el ojo y la nariz, fosetas termoreceptoras. (c) Cuerpo robusto y cola pequeña Boca grande y colmillos muy largos. (d) manchas o bandas cruzadas, que asemejan el sustrato donde permanecen. (e) Ojos grandes pupila vertical, escama supraocular grande y aplanado algo proyectada sobre el ojo.

Problemáticas y conservación de las serpientes 

Los factores que contribuyen a la disminución de poblaciones de serpientes son complejos, pero casi todos son mediados por humano e implican la introducción de especies exóticas, incluyendo depredadores (p.ej., gatos y ratas) y ungulados (cabras, cerdos) que degradan sus hábitats y/o destruyen sus poblaciones (Tolson & Henderson 2006).

Las transformaciones en los ecosistemas tropicales, repercuten en los elementos asociados a ellos; hoy día en Colombia han sido diezmados innumerable cantidad de hábitats por el uso de la tierra en actividades agrícolas y ganaderas, así como actividades de sobreexplotación que junto a la expansión de los asentamientos humanos han reducido y fragmentado su cobertura vegetal y reducido alarmantemente a las poblaciones naturales en el país (Rangel 2000).

Los diversos y complejos sistemas ecológicos que presenta Colombia contienen un alto número de ofidios, elementos faunísticos acondicionados a las dinámicas propias de cada sistema biológico de forma directa, con el que han generado una interacción particular con el medio biótico circundante; la alta diversidad de climas y ecosistemas permite una diversa y abundante ofidiofauna que depende directa o indirectamente de los ciclos del ecosistema para sobrevivir o completar sus ciclos de vida, sin embargo esta fauna también contribuye al funcionamiento y estabilidad del sistema (Redford 1997), ya que las serpientes interactúan de múltiples formas dentro de las comunidades, ya sea como depredadores, consumidores, presas y/o competidores con un amplio número de organismos.

Iniciativas de conservación

Desde Medellín, Antioquia, el colectivo Serpientes y Culebras del Valle de Aburrá, liderado por biólogos de la Universidad de Antioquia, realiza actividades de educación ambiental y de investigación sobre estos individuos de la fauna silvestre. Son innumerables las publicaciones sobre los individuos fotografiados, si son o no venenosos, sobre las características del veneno, y generalidades que las personas de Antioquia y de Colombia, consultan a diario allí.

En una publicación realizada el día 4 de marzo de los corrientes un usuario de este grupo en Facebook, llamado David Marín del Municipio de San Rafael, Antioquia en el Oriente de este Departamento publica:

“Hola, les cuento q esta belleza (una mapaná, rabo de chucha o talla x) mordió a mi papá, aún sigue hospitalizado desde el viernes”.

“Mi papá estaba como a una hora de la carretera principal estaba trabajando en la finca, fue mordido, y llamo a alguien para que le ayudara como a las dos horas de la mordedura le dieron asistencia técnica”.

“Si, que falla que las personas tengan siempre un mal concepto de las serpientes, de matarlas cada vez que ven una, por eso los campesinos están siempre a la defensiva”.

Innumerables muestras de solidaridad se presentaron en este foro, además de preguntas sobre el tipo de veneno, la especie que lo mordió, las especies que son y no son venenosas en el departamento, cómo atender un accidente ofídico, etc. Esta fue una valiosa muestra de la ciencia ciudadana y de que el conocimiento colectivo se construye a través de la experiencia que se gesta desde nuestras regiones y con la participación de los diferentes actores. Quizás esa sea la clave del éxito en la conservación de nuestras serpientes en Colombia.

Datos curiosos

  1. Existen unas 2.500 especies distintas. Un tercio de ellas son venenosas.
  2. Una parte del veneno paraliza a la presa mientras que la otra la descompone para facilitar su digestión.
  3. Su lengua tiene dos puntas (bífida) para detectar mejor los olores.
  4. La mayoría son tranquilas salvo si se sienten amenazadas o acorraladas.
  5. Al no tener párpados no pueden cerrar los ojos ni para dormir.Tienen una escama transparente que se los protege.
  6. Algunas se alimentan únicamente de otras serpientes.
  7. Pueden desencajar la mandíbula para tragar presas muy grandes.

La rana y la serpiente

Érase una rana

montada en un palo,

cazando alimañas,

a orillas de un lago.

Llegó una serpiente

y le reprochó

“No mates los bichos

que los hizo Dios”.

Y saltó sobre ella

y se la trago.

 

Néstor Castro Torrijos

 

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