La visita de Fajardo a Medellín deja muchas inquietudes, sobre todo por sus ataques frontales a Daniel Quintero en el marco de una revocatoria fracasa y condenada a fenecer en los estrados judiciales por estar plagada de irregularidades.
No puede ser que un grupo económico y financiero, el GEA, se apropie de un mecanismo de participación ciudadana y mediante la irrigación de cuantiosos recursos consigan reunir 130.000 firmas, que no son representativas de nada.
Recordemos que la revocatoria solo aplica cuando se ha incumplido el programa de gobierno:
La denuncia de la corrupción en Hidroituango y la educación fueron sus dos principales promesas y las cumplió: recuperó 4 billones de pesos de Hidroituango, renovó la dirección de EPM e implementó la matrícula 0 con más de 20.000 millones de pesos adicionales para beneficiar a más de 24.000 estudiantes de Medellín, en su gran mayoría estratos 1,2,3.
Esto se llama justicia social, se llama defensa de lo público:
No ‘gobierno corporativo’, eufemismo para ocultar la puerta giratoria (Argos, Sura, Integral, Conconcreto) y la captura de EPM y de la ciudad, los destinos de los habitantes de Medellín por parte del sindicato antioqueño. Los mismo que nos llevaron a desastres como los de Hidroituango y malos negocios como los de Ponce III, Bonyic en Panamá, entre otros, donde estuvieron los ‘socios estratégicos’ Camargo y Correa, Conconcreto, Coninsa e Integral S. A, quienes ahora deberán pagar 800.000 millones de pesos del deducible del seguro de la represa.
Daniel Quintero tiene una excelente favorabilidad en la opinión, en las JAL, JAC y en general en las comunas de Medellín. No hay paros locales impulsados por la sociedad civil contra él y durante el paro nacional y el estallido social, Medellín no vivió la convulsión y agitación de Cali o Bogotá, incluso su secretario de juventud Alejandro Mata acompañó las movilizaciones. Además, su administración tiene importantes reconocimientos institucionales por el cumplimiento del plan de gobierno.
La revocatoria está infestada de serias irregularidades en su financiación, presunta compra de recolección de firmas y presunta falsificación de más de 3000 firmas y presunta suplantación de firmantes. Si alguna de estas denuncian prosperan, que es lo más seguro, la revocatoria está perdida para siempre.
Un revocatoria del mandato es un mecanismo de participación ciudadana protegido por la Constitución, no una herramienta privada de vindicta, revancha y venganza política de un pulpo económico y financiero que se vio perjudicado por las denuncias y diligencias realizadas por Quintero frente a Hidroituango y a de unos políticos que perdieron la bandera de la educación frente a la matrícula 0 y a los recursos aportados por Quintero para la educación superior.
Obras son amores…
Sergio…
¿El derrumbe de la Biblioteca España no es corrupción?
¿No es corrupto robarse el futuro y la esperanza de los miles de niños del Popular de Medellín? ¿No es corrupción vender falsas ilusiones y discursos de educación cuando una biblioteca construida en una comuna popular se derrumba y con ella sus sueños?
¿No es corrupción causarle un detrimento patrimonial a EPM, a Medellín y sus ciudadanos? ¿No es corrupción defender contratistas presuntamente corruptos responsables de irregularidades en la construcción y crisis de Hidroituango?
Gracias a la denuncia anticorrupción de Daniel Quintero y de su gestión, la ciudadanía ya no tendrá que pagarlos vía tarifa como descaradamente pretendía el GEA, sus contratistas y sus amigos políticos responsables de la catástrofe de la hidroeléctrica.
Es una verdadera lástima... que Sergio Fajardo haya preferido la alianza con el uribismo para derrotar a Petro. Y que los fajardistas hayan preferido el Pacto de Chuscalito en Medellín para derrotar a Quintero.
¿Acaso el uribismo no representa todas esas cosas horribles que Alonso Salazar, Sergio Fajardo dicen aborrecer y combatir en su trayectoria política?
¿No es acaso la alianza del fajardismo con los del ‘no a la paz’ la confluencia con la corrupción y con la guerra?