Al respecto, debo decir que en su origen cumplían al menos estas funciones: afiliar a los habitantes al sistema de salud; recaudar las cotizaciones del régimen contributivo por delegación del gobierno; administrar las UPC de los dos regímenes; definir un modelo de atención que gestione el riesgo y garantice la atención a los afiliados mediante la estructuración de redes integradas en salud y realizar el pago a los prestadores que las conforman; reducir las asimetrías de la información entre prestadores y usuarios a través de procesos de auditorías de calidad, clínica, de cuentas y autorizaciones de servicios y; atender los reclamos y quejas de los usuarios.
A hoy, dos de estas funciones (afiliación y recaudo de cotizaciones) ya no las realizan de forma directa, y el pago a prestadores cada vez lo hacen menos dado el giro directo que se está haciendo desde la ADRES. Es decir de intermediarias financieras ya les queda poco. Las restantes las continúan realizando.
Por tanto, si se eliminan las EPS se necesitaría definir qué instituciones asumirían las funciones que aún cumplen. De no hacerlo el perjuicio al derecho a la salud sería inmenso.
Es por ello que el debate debe ser menos ideologizado, más abierto a escuchar las posiciones y argumentos de todos los actores.
Y como resultado, acordar si las EPS deben o no continuar y si la decisión es afirmativa, establecer cuáles modificaciones se les debe hacer.
¡Mucho por reflexionar!