En época decembrina el país asiste entre múltiple asuntos, a la negociación del salario mínimo legal.
Esta negociación se desarrolla en la Comisión de Concertación entre gobierno, empresarios y trabajadores quienes pujan cada uno en defensa de sus intereses.
En los 21 años de vigencia solo hubo acuerdo en 6 oportunidades. En las demás, un decreto unilateral del gobierno con aumentos siempre al lado de las propuestas de los empresarios y por supuesto, lejos de las de los trabajadores.
En este año hay varios aspectos, de cuyo desenvolvimiento dependerá un resultado final favorable o no a los trabajadores.
El primero tiene que ver con las promesas de campaña del hoy presidente Iván Duque, que en las vallas consignó que reduciría los impuestos y aumentaría el salario mínimo.
Con la aprobación en las comisiones económicas de la ley de financiamiento Duque le cumple a los empresarios reduciendo en $7 billones sus impuestos que terminan pagando los trabajadores y el ciudadano de a pie vía ampliación del 33 % al 39 % los impuestos a los ingresos del trabajo y pendiente el IVA plurifásico a las gaseosas y cervezas.
Quedamos a la espera de que el gobierno en la negociación del salario mínimo fije su propuesta que la ministra de Trabajo Dra. Alicia Arango se comprometió a hacerlo. ¿Será un real aumento sustancial o un solo reajuste como en los últimos años cerca siempre de la propuesta empresarial? Eso está por verse.
El segundo aspecto está en el proyecto de ley que presentó el partido de gobierno el Centro Democrático en cabeza del senador Álvaro Uribe Vélez, consistente en una prima equivalente a medio salario mínimo (SMLV) para los trabajadores que devenguen hasta tres SMLV, pagaderos por mitades en marzo y septiembre, sin incidencia prestacional.
Dicho proyecto ya fue aprobado en primer debate en la comisión VII del Senado. Frente a este proyecto el Ministro de Hacienda no ha dado su opinión, requiriendo su aval, y los empresarios han solicitado aplazar el segundo debate para el año entrante, aduciendo su inconveniencia pues como siempre lo dicen, genera desempleo los aumentos salariales.
Ya empiezan a hablar los empresarios de que la prima
del proyecto Uribe
salga de los parafiscales de las cajas se compensación familiar
Ya empiezan a hablar los empresarios de que esa prima salga de las parafiscales de las cajas se compensación familiar, hecho absurdo puede significaría colgarle una responsabilidad más a las cajas y para los trabajadores que ellos mismos se paguen la prima de sus mismos recursos. Con ello acabarían con los parafiscales de las cajas. Es decir, se puede constituir en un nuevo engaño del senador Uribe, similar al fracasado proyecto presentado por él para establecer un incremento extraordinario del SMLV con facultades al presidente presentado en la antesala de la consulta popular anticorrupción.
El tercer aspecto tiene que ver con medidas encaminadas a reactivar la decaída economía colombiana, que a pesar siempre de las proyecciones optimistas del gobierno nunca se cumplen. Los empresarios respaldan la nueva receta de la ley de financiamiento pues reduce sus impuestos a la renta y al IVA de los bienes y equipos importados en $7 billones como se dijo, sosteniendo que eso generará empleo. Sin embargo, las otras medidas reducirán el consumo afectando la producción y el empleo. Por consiguiente, se debe reafirmar que una manera de reactivar la economía es incrementando los salarios y en especial un aumento sustancial en el SMLV, pues con ello se demandarían más bienes y servicios estimulando el consumo, la producción y el empleo. Ese es el círculo virtuoso de los aumentos salariales a la que siempre se oponen los empresarios, pues su insaciable voracidad no les permite ya ni pensar, incluso contra sus propios intereses de mejorar su realización empresarial.
Para la OIT, el trabajo decente empieza con un trabajo formal con ingresos dignos. Nuestro SMLV es el más bajo de los países de la OCDE, club de ricos al que acabamos de ingresar sin cumplir ninguno de los estándares laborales exigibles, entre otros el de los ingresos. La canasta familiar vale cerca de $1,9 millones y el SMLV está en solo $781 242. Una brecha que debe ir cerrándose con incrementos sustanciales al SMLV.
Colombia es el segundo país más desigual de América y el sexto en el mundo, y con lo aprobado de la ley de financiamiento seguirá una mayor desigualdad, incubándose
así un descontento social creciente como el visto en los últimos dos meses con los universitarios y los trabajadores.
El ritual de la negociación del SMLV no nos puede llevar nuevamente a un fracaso que contribuya a un mayor escepticismo sobre el diálogo social y el inútil accionar de la Comisión de Concertación. Esta es una oportunidad para significativos aumentos en el SMLV si de verdad se quiere hacer una cosa diferente que obtenga resultados distintos a los que el gobierno y los empresarios nos tienen ya acostumbrados. El 12 % sería un hecho notable para los trabajadores y las expectativas de crecimiento de la economía. Significaría $93 000 pesos más que no resuelve las dificultades de las familias de bajos ingresos pero sí, un alivio a sus desesperanzas diarias.