Son muy pocos los casos, por lo menos en nuestra sociedad colombiana, donde la calidad educativa no está directamente relacionada con el poder adquisitivo de la persona que sea responsable por nuestra educación. En este caso, la mayoría de veces, nuestros padres. Esto quiere decir que el mérito de ser aceptado en una universidad debe estar acompañado de una relación monetaria. El mérito del estudiante es ser admitido y cumplir con las materias exigidas, mientras que el mérito del responsable económico es tener un poder adquisitivo y/o una capacidad de endeudamiento amplia para costear una educación de calidad. Esto es una relación casi inseparable.
Ahora bien, si la educación no es solo una relación monetaria y se ofrecen becas, es porque existen programas como Ser pilo paga -- que ya va en su segundo año de implementación-- donde a jóvenes que no tienen los recursos para estudiar se les da la oportunidad de acceder a una educación superior de calidad. Aunque el programa a primera vista es una muy buena iniciativa -- incluso necesaria-- lo que ofrece son préstamos condonables. Cada semestre que pasa, los estudiantes acumulan una posible deuda con el Icetex que si, al finalizar el tiempo estipulado (en su mayoría ocho o diez semestres) ellos no han acabado con el pensum académico de su respectiva carrera, no hay condonación del préstamo y los estudiantes acarrean una deuda equivalente al número de matriculas, según el número de semestres cursados en la institución universitaria. Lo anterior se traduce en un muerte financiera para jóvenes de 16 ó 17 años que, si no finalizan su carrera en el tiempo estipulado, acumularían una deuda de entre 30 y 60 millones de pesos, según la universidad donde esté estudiando. Pero bueno, siempre va a ser mejor arriesgar a quedarse con los brazos cruzados viendo cómo el gobierno no ayuda ni impulsa la educación pública de calidad.
Solo basta con ver la disposición del Ministerio de Educación para seguir impulsando el programa Ser pilo paga, creando préstamos, cláusulas con el icetex y posibles deudas que pueden dañar la vida de los estudiantes, en vez de invertir e impulsar la universidad pública, siempre buscando el negocio y la ganancia sin dar oportunidades de estudio a muchos jóvenes, sobre todo con los que no son “pilos”. Incluso, estando dentro de este programa, muchos jóvenes se han visto en aprietos porque el dinero no les alcanza y tienen que pedir a sus amigos o familiares porque el gasto en la ciudad es muy elevado. Esto ha llevado a muchos estudiantes a aplazar semestres o prescindir de la “beca”, pues no tiene sentido estudiar cuando se está acumulando una deuda y no alcanza la comida al finalizar el mes.
Aunque el programa Ser pilo paga tenga ventajas y desventajas, también ha mostrado las falencias de lo que conocemos como educación de calidad, sobre todo en las universidades más costosas del país. En general, estas universidades buscan estudiantes con unas buenas bases en matemáticas, idiomas, lectura, escritura, etc., para así poder cumplir con las exigencias de la educación que brindan. La cuestión es que este programa ha hecho que las universidades tengan más énfasis en uno de los problemas de los estudiantes en general, no sólo los que hacen parte del programa “ser pilo paga”, y es que existen grandes falencias en la educación media en materias como matemáticas, inglés, lectura y escritura. Esta situación llevó a muchas universidades a reforzar espacios de mejoramiento académico. Incluso, se crearon materias y grupos de estudio para alumnos en sus primeros semestres de universidad, algunos llamados “programas piloto de ayuda”, para no decir que tenían cierto grado de improvisación ¿Pero para qué y hacia quién fueron creados estos espacios? ¿A quién, en el fondo, le es más fácil acceder a una educación de calidad en el país? Defenderé esta idea: si se proviene de colegios privados, bilingües y con nombres extranjeros, es más fácil la aceptación y mantenimiento en una universidad, pues la universidad de calidad, al seguir un modelo internacional de educación, también espera que sus estudiantes provengan de colegios que se creen internacionales. Y es así, llegas a la universidad con cierta clase de ventaja, al salir de un colegio “internacional”, o llegas a nivelar, durante toda la carrera, una pésima educación secundaria que es predominante en el país, y que también es una de las tantas razones de deserción en la educación superior.
@alejoramirezpe