La hermosa tierra de La Guajira ve hoy morir personas y animales de sed, sed producto de la falta de previsión gubernamental, de medidas que nunca llegaron, pero ante todo de la ineficiencia de una voraz clase política que acaba de cobrar miles de votos para seguir haciendo promesas durante 4 años.
En las recientes elecciones al Congreso en La Guajira 221.633 sufragantes ejercieron su divino derecho constitucional, en las presidenciales en segunda vuelta hubo un total de 171.136 votantes que nuevamente corrieron a las urnas gracias a las maquinarias de siempre.
El panorama es desastroso, La Guajira muestra el abandono pero más que nada, lo que hace una clase politiquera que pide maneja miles de millones de regalías pero poco las ejecuta en provecho de los guajiros. Y es aquí donde aparece el fantasma de la compra de votos ese que se hace de frente y que maneja valores que van desde los 30 mil hasta 80 mil pesos acompañados de trago, gaseosas y uno que otro sancocho, sin embargo los guajiros que los recibieron sólo lloran sus muertos y sus pérdidas pero no el haber vendido el alma y el futuro de las próximas generaciones.
La pregunta es: ¿seguirán los guajiros vendiendo su voto? Yo creo que si y además seguirán lamentablemente muriendo miles de sed, de hambre y muchos otros males a los que su clase política los ha condenado y que ellos han aceptado con resignación cada nueva temporada electoral.
PD/ ¿Dónde están los líderes cívicos guajiros y los movimientos independientes?