Ryszard Kapuscinski en su libro Los cínicos no sirven para este oficio dice que el buen periodismo, además de la descripción de un acontecimiento, tiene que dar también una explicación detallada del porqué de lo sucedido, que un mal periodismo, en cambio, solo hace una descripción, sin ninguna conexión o referencia al contexto histórico del hecho. Gabriel García Márquez, nuestro nobel literario, aseguraba con fervor y gran seguridad que este, el oficio de narrar los hechos de la realidad, es el mejor oficio del mundo. Por supuesto, pero… ¿bajo qué lineamientos o parámetros se debe hacer para hacer de la mejor labor del mundo una útil para la sociedad o la nación?
Kapuscinski ya nos daba una pincelada al inicio del texto de buen periodismo… en un contexto como el nuestro es vital el correcto ejercicio, porque como aquí y en la mayoría de las naciones del mundo este puede garantizar y velar por la democracia.
Por estos días, en la capital del departamento del Cauca y en otras regiones del país se llevan a cabo marchas de apoyo al paro nacional que está activo en Colombia por las políticas de financiamiento del Estado y una serie de atenuantes que tienen al gobierno Duque en muy mala estima de su pueblo (como lo muestran las recientes encuestas de aprobación del país). Lo anterior ha convertido a la Ciudad Blanca en uno de los principales puntos de protesta de Colombia. De hecho, los estudiantes de la universidad pública del Cauca, en compañía valiente de su rector, de docentes y de un sector ciudadano, han acompañado las acciones de reclamación pacífica. Actos protagónicos y tan importantes como la creación e instalación de campamento civil en el parque principal, El Caldas (y luego de su desalojo por parte del ESMAD), en la Facultad de Humanidades de su propia institución, huelgas de hambre y caminatas a sacrificio de Popayán a Bogotá.
Justo en este contexto revolcado, la capital del Cauca entró en una discusión de análisis de medios local, de su labor y forma de cubrimiento de hechos tan importantes como el que se ha descrito en el anterior párrafo. Y en momentos como estos en los que somos protagonistas como colectivo, debe de igual forma el periodismo estar a la par.
Dos docentes de instituciones de educación superior de la ciudad, a través de Facebook Live, iniciaron el debate con una serie de argumentos en contra de la labor del periodismo caucano, con aseveraciones que se escuchan a nivel nacional también como la conexión del cuarto poder y ciertas partes del Estado, de políticos y grandes engranajes económicos del país. De inmediato, la respuesta de los medios radiales y televisivos periodísticos de la ciudad fue en defensa de su labor diaria.
Es aquí donde se vislumbra entonces una necesidad de reflexión tan importante como el periodismo mismo, un llamado individual, de introspección, a todo aquel relacionado en él, desde la academia, con estudiantes y docentes, a los profesionales, que ejecutan su labor en el campo y la ciudad, el que cuenta y relata los hechos más importantes del territorio, una evaluación que clarifique el sendero de la narración y la búsqueda de la verdad en un contexto como este.
Es claro además que todas las generalizaciones son malas y así cómo hay periodistas perdidos en un limbo, también los hay con caminos claros y en excelente forma discursiva.
En esta oportunidad quiero centrarme en un solo concepto o elemento, fundamental para nuestra labor, y el cual siento está siendo abandonado por muchos profesionales y empíricos de la palabra, quizás, este ayude a dar un punto de partida a la reflexión que arriba cité.
La ética
De ella depende, en gran parte, la calidad profesional del periodista y (no solo del periodista y el comunicador sino de todas las labores). En esto coincidimos con Paulo Paz, ciudadano payanés vinculado a la academia por más de diez años, en investigación, impartiendo también, cátedra en comunicación digital, contexto y periodismo.
Convenimos entonces en que a partir de una apropiación correcta de la ética, las decisiones y acciones que desarrolle el informador consolidarán y serán el resultado de un buen ejercicio periodístico. Claro, si usted tiene un buen uso de la ética podrá decidir entonces consultar 3, 5, 7 o las fuentes que sean necesarias para clarificar y atender todos los puntos de vista de un hecho y no se limitará a una sola fuente por pereza o cualquier razón. Así mismo, podrá usted escribir una columna contrastada con información y datos para precisar y darle a su audiencia una información detallada y precisa, o en el caso en el que se le ofrezca dinero o algún intercambio por no publicar cierta información que vaya en contra de los intereses de alguien de alguien, podrá usted rechazarlo, porque usted tiene buena ética. Ser ágil pero también honesto y responsable publicando información no por el afán del momento, sino por la calidad de lo que diga ahí; sin mercantilizar su propio contenido o el de su medio o entidad donde trabaje, además de aseverar y confirmar sus discursos y puntos de vista con pruebas y argumentos sólidos.
Con una buena apropiación de este concepto podrá acercarse a cierta distancia a la objetividad que tanto perseguimos, se puede optimizar el discernimiento de los temas a cubrir y la forma en que se hace, con precauciones y estilos correctos en el trato de la información y las fuentes.
Entonces se deben retomar ciertos caminos éticos que garanticen el buen manejo de la información, volver a los códigos deontológicos ya hechos, marcados y recorridos, porque creo que los hemos estudiado tanto (quiero creer que es así) que los hemos obviado, a pesar de que ya conocemos estos elementos a primera vista obvios, pareciese que muchos aún los subvaloran. Debemos retomar y re leer de nuevo a referentes y autores tan importantes en la materia como Javier Darío Restrepo, ‘El Zumbido y el Moscardon’ libro de 2004 con aun pilares y cimientos claros. Comparto aquí una de las últimas entregas de este autor que podrán ayudarnos a encontrar caminos en el tema:
Ver: Ética periodística en la era digital
La academia
Sin duda con un papel importante para renovar y garantizar nuevas vertientes de contar y narrar a través de nuevas generaciones, el ejemplo docente, es sin duda una de las formas más claras de conectar a estas generaciones del periodismo con la realidad.
“A veces uno se vuelve muy flexible y permite ciertas actitudes y comportamientos irresponsables en el aula de clase, como entregar un trabajo escrito luego del tiempo pactado, y el mensaje a gran escala, es que la ética no sirve para nada”.
Con esta frase del docente Paulo, confirmamos que desde la formación con detalles pequeños, el ejemplo es fundamental para el comportamiento y futura acción laboral del estudiante de la Comunicación.
Entonces las nuevas generaciones están llamadas a que sí, que se preparen con todas las herramientas posibles, que se apropien a gran escala del mundo digital y de las nuevas formas de narrar pero que no dejen a un lado y que retomen los caminos éticos tan trabajados por generaciones de periodistas y escritores que han buscado una verdad y un buen ejercicio en nuestra profesión… la mejor del mundo.