Señores militantes, líderes, actores políticos, concejales, congresistas y presidente, es momento de reconocer que han fracasado. El modelo de país que llevan impulsando hace más de veinte años nos ha traído a un punto de pobreza, miseria, desempleo, violencia y desorden social insostenible. Ustedes señores del Centro Democrático, de centro nada tienen, en tanto que sus posturas ideológicas y políticas son muy claras y evidentes: negación de los derechos reproductivos de las mujeres; oposición a los acuerdos de paz (política de guerra); promoción de prácticas mineras y de explotación de materias primas que destruyen el medio ambiente; estigmatización y persecución de la oposición política; y precarización laboral a partir de contratos de prestación de servicios y contratación por horas, solo para mencionar algunas de ella.
Además, de democrático tampoco tiene nada: basta ver el anhelo obsesivo de poder de su máximo líder, quien se resiste a la posibilidad de abrirle espacios de participación a nuevas propuestas políticas y que se empeña, una y otra vez, en aferrarse a la presidencia; y la forma en que ustedes se han hecho con los organismos de control como la Fiscalía y la Procuraduría —nombrando arbitrariamente simpatizantes políticos—, todo esto en una clara afrenta al principio democrático de participación y representatividad. Así pues, prosigo, ustedes han fracasado en su propuesta de país y es necesario reconocerlo.
En veinte años de gobierno, Colombia se ha convertido en un país profundamente desigual, en donde abunda el desempleo; los jóvenes no tienen plataformas laborales; no hay inversión en ciencia, tecnología o arte; y las personas se mueren esperando la autorización de una valoración o procedimiento médico. Además, han convertido a Colombia en un país con hambre y sin oportunidades, en donde millares de compatriotas se han visto en la obligación de salir a otras patrias a buscar nuevos y mejores horizontes. Su propuesta de país nos tiene hoy en una confrontación civil sin precedentes —una que muchas generaciones no habían presenciado—, en donde, aparte de lo anterior, las ciudades sufren el desabastecimiento de víveres y combustible. Eso es lo que ha hecho de Colombia su política. Es momento de reconocerlo y dejar de lado las culpas. No es Maduro, no es Chávez, no es Castro, no es la ONU, no es el Foro de São Paulo, no es Soros, no es Petro, no es Bill Gates, no es Joe Biden, no son las Farc, no es el ELN, ni mucho menos es la pandemia. Son y han sido ustedes quienes después de gobernar durante tanto tiempo han hecho de Colombia el proyecto fallido que hoy es, en donde se sobrevive con poco y se muere por nada.
Los anhelos de guerra que otrora confrontaron a la sociedad colombiana van quedando poco a poco en el olvido. Las nuevas generaciones no le apuestan a eso, para ellos las divisiones partidistas e ideológicas que destruían familias y confrontaban poblaciones resultan absurdas, caprichosas. No, la generación de ahora se da la mano en la diferencia y rechaza, de lado y lado, cualquier forma de violencia. Por todo esto, señores del Centro Democrático, es momento de dar un paso al costado, de reconocer su fracaso y de permitir en silencio que nuevos liderazgos políticos aparezcan con fuerza en la escena nacional, aportando soluciones a la actual crisis y en beneficio de la construcción de una mejor sociedad a futuro. Su máximo líder hoy no es más que un lamentable seguidor de teorías de conspiración y movimientos neonazi y cada palabra que pronuncia la paga en vidas la población colombiana. Por todo esto, les pido como ciudadano que se retiren.
¡Retírense y permítanle a Colombia florecer!
