Contrario a lo que se piensa, el pueblo colombiano ya ha adquirido conciencia y pleno conocimiento del engaño del que ha venido siendo víctima. De manera sistemática y consuetudinaria ha sido objeto y receptor de lo protervo y lo perverso. No se puede engañar todo el tiempo, a todo el mundo sin causar una reacción ni que lo anterior no tenga consecuencias para los que lo causan. El engaño deliberado más temprano que tarde se revienta. ¡¡Basta ya!!
Engañaron con el plebiscito y aunque triunfaron pírricamente, innegablemente triunfaron, engañaron inoculando mentiras y lograron elegir un presidente títere. Dijeron todas las mentiras del mundo sobre la lógica y razonable consulta anticorrupción y lograron que la gente no saliera a votarla masivamente. ¿Vamos a seguir en las mismas?
Ahora que estamos ante el mayor escándalo de corrupción de la historia (el caso Odebrecht) quieren engañarnos dirigiendo el foco hacia Gustavo Petro, con un video de hace quince años. De nuevo el engaño la manipulación y el manejo. Se necesitaba urgentemente desviar la atención del debate al fiscal Néstor Humberto Martínez, se necesitaba opacar lo importante y dejar patinando en la memoria colectiva lo pueril, lo vacuo y lo nimio. Lo que no ha caído en cuenta la ultraderecha es que sus engaños rebosaron la copa y se tornaron insoportables a los ojos de la opinión pública. Los colombianos ya no soportan más sus engaños que son un insulto a la inteligencia, los colombianos ya tomaron conciencia del papel de tontos útiles que sus pretensiones desean y solo les ofrece réditos a una caterva de corruptos y bandidos, agrupados en una secta política.
La ultraderecha no escarmienta ni aprende lecciones, son torpes y burdos: en su loco afán de eliminar políticamente a Gustavo Petro han diseñado un oscuro procedimiento que se les devolverá como un bumerán, entre más persecución política le hagan, viniendo de donde viene, entre más lo asedien con tramoyas, más se les crecerá y más solidaridad despertara. Es el escenario perfecto, donde Gustavo Petro se mueve muy bien, para crecer y victimizarse, porque realmente es una víctima de una despiadada persecución política. ¡¡Pierden su tiempo!!
Este tipo de persecuciones son un deja vú, son algo que se repite cíclicamente en esta inequitativa sociedad. Ya pasó con el general Uribe Uribe, Gaitán, Luis Carlos Galán,Lara Bonilla y ¿ahora la quieren repetir con Petro? Hoy el método es más sutil, pero no menos peligroso: la eliminación vía judicial. Ya alistan baterías para prefabricarle un proceso penal. Consientes que por vía administrativa no pudieron, imponiendo impagables multas, ahora buscan por la vía penal, buscan una sentencia condenatoria con falsos testimonios de grupos al margen de la ley
¿Quién cree eso? ¡¡Mamola, no pasará!!
