Nunca antes una temporada de La Voz había tenido un resultado tan bajo. 11,9 puntos de rating fue el promedio que marcó el programa cuyo final fue el pasado viernes 17 de mayo. Esta es la octava vez consecutiva que Caracol produce el formato La Voz, contando sus diferentes versiones. El canal produjo la versión adulta en 2012 y 2013. Entre 2014 y 2019 hubo cuatro temporadas de la versión kids. Solo en 2016 se realizó la versión adolescente. Si tenemos en cuenta que la versión más exitosa de las ocho realizadas fue la de 2014, que tuvo un promedio de 16,6 puntos de rating, los 11,9 que marcó la de 2019 dejan claro que la gente está aburrida de ver año tras años el mismo programa.
La versión de 2019 llegó al extremo de ser superada por El Bronx y La gloria de Lucho, dos series del mismo canal, y peor aún, Betty La Fea, la producción más vista del agonizante RCN, llegó a rozarle los talones en ciertos días. No es posible que una telenovela de hace 20 años, que ha sido repetida más de cinco veces, cuya historia todos conocemos de memoria, haga tambalear a uno de los formatos predilectos de Caracol. Es verdad que el molusco no tiene competencia alguna pero no por eso puede evitar cualquier esfuerzo que implique un poco de creatividad por ofrecer algo de calidad a sus televidentes.
La Voz Kids ya no es un programa de calidad porque es producto de la pereza mental de los realizadores de Caracol, encabezados por Juan Esteban Sampedro. Año tras año vemos a los mismos niños con la misma historia ante el mismo jurado haciendo la misma cosa; la escena donde un pequeño descresta a Fanny Lu, Cepeda y Yatra con su potente voz y estos se pelean por tenerlo en su equipo es algo que ya hemos visto año tras año. El programa nos tiene tan saturados que se volvió aburrido porque ya es predecible. Uno sabe lo que va a pasar sin necesidad de verlo. No hay sorpresa alguna.
Por si fuera poco, el programa se aprovecha de los sueños de estos inocentes pequeños para generarle al canal millonarias cifras en publicidad. Al televidente no le consta que los participantes reciban algún tipo de asesoría psicológica para enfrentar el rechazo que todos –salvo el ganador- tarde o temprano terminan recibiendo. Esta temporada, en especial, estuvo cargada de estereotipos; Fanny Lu y Laura Tobón representaban a la Barbie, Yatra y Alejandro Palacio a los niños necios, y Cepeda al papa de la familia.
Ojalá que para el próximo año Caracol dejara descansar el formato de La Voz y se arriesgara con una propuesta completamente novedosa que de verdad sorprenda. Ojalá que la audiencia del canal se debiera a que llena el prime time colombiano con calidad televisiva y no a que hay un canal al borde de la quiebra que alguna vez fue su competencia. Sin embargo, dudo que ocurra. No es casualidad que esta misma noche se estrene la temporada número 15 de otro formato aún más gastado que el anterior.