Bastante controversia ha ocasionado el comentario de la Vicepresidenta Martha Lucia Ramirez, sobre la alta oferta por parte de las mujeres, para estudiar carreras universitarias como: psicología y sociología. Afirmó que hay saturación en el mercado de estas profesiones, situación que conlleva a desempleo o bajos salarios, y en seguida anotó, que se requieren mas mujeres estudiando carreras como Matemáticas e Ingenierías, porque representan el futuro de la sociedad moderna.
Señora vicepresidenta, permitame le agrego otras profesiones saturadas y con altas tasas de desempleo en recién graduados y graduados de vieja data, sin distinguir que la estudien hombres o mujeres empezando por: Derecho, Comunicación Social, Licenciaturas en Humanidades, Mercadeo, Publicidad, Diseño gráfico e industrial, Administración de Empresas, Trabajo Social, Ciencias Políticas, entre otros. Es totalmente posible que las personas que actualmente estén cursando, o con planes de cursar, estas carreras universitarias, tengan graves dificultades, luego de graduados, para conseguir empleo, llegando incluso a la posibilidad de no conseguir nunca.
Es menester que las niñas, niños, adolescentes y, adultos con ganas de estudiar, empiecen a mirar con mucho respeto las matemáticas y asignaturas académicas similares. Porque las profesiones con enfoque matemático, serán el único nicho donde se conseguirá empleo de calidad, pero lamentablemente esta ciencia es de las más impopulares entre los jóvenes. De esta manera, las universidades que se han vuelto entidades con ánimo de lucro, prefieren seguir abriendo facultades sin matemáticas, porque saben que el negocio es meter en un salón a 50 ingenuos adolescentes a enseñar temas que tienen nula demanda en el mercado laboral. Recordemos que es mas barato, para los dueños de las universidades, meter 50 chicos en un salón en vez de crear un laboratorio de altas calidades técnicas y científicas para carreras de números.
Señora vicepresidenta, usted y yo podemos tener diferencias éticas y de principios morales, pero en esta oportunidad le doy la razón. ¡Necesitamos mujeres de ciencia!
Los invito a recordar esta crónica que escribí hace un año y medio, evidenciando el crudo mundo laboral en el campo del derecho: