Señor procurador:
Continuamente vemos sus apariciones en medios de comunicación, hablando de la lucha contra la corrupción y de todas las acciones que adelanta la entidad que usted lidera para combatir este flagelo que ha azotado a la democracia colombiana desde hace tantos años. Entendemos que, por la importancia del tema y la coyuntura del debate político, sean valiosos los esfuerzos que, desde todos los sectores, se realicen para contrarrestar este problema nacional. Sin embargo, sería conveniente que, antes de señalar la problemática en otras instituciones, revisara un poco lo que sucede al interior de la Procuraduría General de la Nación, la cual debe ser ejemplo de rectitud y de cumplimiento de la ley.
Como usted sabe, y es consciente de ese deber, sería mejor que fuera coherente con su discurso y frenara el clientelismo y el nepotismo provisional que carcome a la entidad. La carrera administrativa en la Procuraduría sigue siendo una ilusión para las miles de personas que superaron el concurso del año 2015 y mientras tanto, los encargados de manejar el tema, parecen manosear descaradamente la información de las vacantes y las plazas, con el propósito de mantener sus cuotas burocráticas de amistades, familiares y recomendados de todo tipo. Se dan casos de funcionarios provisionales con dos y hasta tres familiares nombrados de manera dudosa y de asesores de alto nivel recibiendo hojas de vida como si fuera una bolsa de empleo para unos cuantos privilegiados.
¿Qué debemos esperar entonces ante esta podredumbre de entidad si los encargados de defender los principios de igualdad, acceso al trabajo y al servicio civil se aprovechan de su posición para favorecer sus propios intereses? ¿Conoce el Procurador General de la Nación de estos manejos turbios? La entidad está dominada por una élite clientelista que posa y declara ante la opinión publica su preocupación por la crisis institucional, pero, hacia adentro, es la confirmación de que el poder publico se manipula en beneficio de unos pocos.
Las respuestas a las peticiones de información sobre la planta son una burla a los principios de transparencia y legalidad que usted dice defender. La mora y las dilaciones en el agotamiento de las listas de elegibles para suplir la totalidad de las vacantes son las maneras que sus asesores y subordinados emplean para favorecer a sus allegados con los nombramientos que deberían ser dados en razón del mérito cómo supongo usted debe conocer y promover. Se presenta un conflicto de intereses genuino y una posible violación al régimen de incompatibilidades e inhabilidades, puesto que los encargados de gestionar la planta y todo lo relacionado con los nombramientos de todo tipo, tienen familiares y allegados nombrados como provisionales y el agotamiento de las listas de elegibles perjudicaría la permanencia en sus cargos.
Adicionalmente, el proceso estuvo viciado desde su inicio, ya que no se ofertaron la totalidad de las vacantes existentes. Solo 739 cargos se sacaron a concurso, existiendo más de la mitad de vacantes ocupadas por provisionales, de una planta de más de 4000 cargos, en todo el país.
Procurador Carrillo, demuestre a la sociedad colombiana de qué está hecho y haga lo que la ley exige en cuanto al acceso a la carrera administrativa de la Procuraduría, que no quede solo en discursos y buenas intenciones su afán de protagonismo y de un real servicio al país.
Ya es hora de que se cumpla con la ley y se detengan los abusos de estos personajes. También, de que la entidad que representa supuestamente los intereses de la sociedad cambie sus políticas de administración de personal y cumpla con la carrera administrativa, dando la prioridad al merito, como esta llamada constitucional y legalmente.