Se siente en el aire, la gente está tensa, sobre todo la gente pobre que es mayoría en este país. Es muy fácil ser un ídolo millonario como Falcao y recomendarle a la gente no volver a la calle mientras esté en emergencia. Pero ¿qué hacemos con los cinco millones de colombianos desempleados y los otros veinte que no tienen trabajo fijo y se la rebuscan’ es una bomba social que ya amenazan con esta máxima: “Señor presidente, yo prefiero morir de coronavirus a que mi familia se muera de hambre”. Es así, nada qué hacer. Y la gente se va a revelar y tendrán toda la razón.
La voluntad del presidente se nota, la preocupación se evidencia en su cara. Pero eso no quiere decir que esté haciendo las cosas bien. Acá hay gente que sale a la calle no de paseo sino porque tiene que alimentar a su familia. El aislamiento que nos manda el gobierno debe estar acompañado, sin duda, de un subsidio a las familias que no puedan salir. Si no lo hacen es un completo disparate y una ingenuidad absoluta creer que no habrá una respuesta violenta por parte de la gente si sigue pasando hambre en sus casas.
Por ahora la policía reprime a todo vendedor que esté en la calle. ¿De qué va a vivir la gente?