Hace días he estado pensando cómo pedimos paz cuando no nos detenemos a pensar siquiera un minuto en lo que estamos haciendo, en las personas a las cuales hemos escogido para dirigir Colombia. Resulta que nuestro presidente cuenta con uno de los más grandes reconocimientos, el Nobel de la paz, pero dónde está esa paz; esa paz con la que solo cuentan unos pocos, para tristeza de nuestro país. Por favor, que alguien me corrija si es que estoy equivocada, pero este lindo país, Colombia, tiene 32 departamentos, los cuales cuentan con diversos municipios y corregimientos, que también son Colombia. Entonces, ¿por qué la paz de Colombia no hace parte de la totalidad del país?
¿Cómo vienen a hablarnos de paz cuando uno de los municipios que más se ha visto afectado por tanta violencia a lo largo de su existencia como es El Bagre, perteneciente al bajo Cauca antioqueño, continúa sumido en el terror de los dirigentes ciegos? El Bagre también es Colombia. Sin embargo, lastimosamente entre nosotros prima el miedo de ser sometidos, incluso de aguantar hambre a causa de los paros a los que nos obligan los grupos al margen de la ley. Son los inocentes quienes pagan por esto, como es el caso de un profesor que en la noche del 16 del presente mes fue agredido a disparos por la policía del municipio a raíz de un atentado contra el comando policial. Muchas personas hablan y se quejan, fui testigo de esa situación el mismo día (16). Habían “líderes políticos” que decían que nuestros dirigentes actuales no habían hecho nada por la comunidad y casi inmediatamente hablaban de sus intereses al momento de elegir a una persona para que se encargue de gobernar lo que nos pertenece.
Lo que más tristeza me causó fue oír cómo nombraban las cosas que podrían pedir por un voto; de hecho, en ningún momento del diálogo escuché que dijeran algo en beneficio de la comunidad en general. Siempre prima el bien de ellos. Y luego se quejan de que aunque los jóvenes tenemos más posibilidades de posesionar un presidente o cambiar el país no nos involucramos en las situaciones que abarcan nuestro país. Quizá, solo quizá, estamos hartos de tanta hipocresía, pues queremos un cambio, pero la realidad es que también a los jóvenes nos compran porque no somos tomados en cuenta. Además, como muchos queremos superarnos y se nos dificulta por diversas razones, muchos políticos lo ven como una salida para usarnos a su favor. ¿No creen que sería más fácil y mejor para nuestro bien (hablo del país en general) que nos educaran como realmente lo merecemos?
Y es que hablo de una educación completa, sin impedimentos ni tapujos, una educación en la que se nos muestre el país con sus problemas como realmente son. Hablo, creo, que en nombre de la mayoría, cuando digo ya basta, estamos hartos de las farsas, queremos una Colombia brillante y libre, pero libre de verdad; pues tampoco es justo que los colombianos seamos sometidos a otras entidades y personas. ¿Por qué lo digo? Porque a Colombia llegan personas de todas partes del mundo y algunas de ellas hacen fiesta con lo nuestro; mientras que para que uno de nuestros compatriotas ingrese a un país que no sea el nuestro le piden casi hasta registro del color de sus heces fecales y es que para que pase no creo que haya que esperar mucho.
Amo mi país y es por eso que pido un cambio, no solo en los líderes con los que contamos sino en mis amigos, familia y en todos y cada uno de aquellos que tenemos la fortuna de ser llamados colombianos. Colombia somos todos, no solo un presidente con su cúpula; pues así como esa persona obtuvo ese puesto por nosotros, si no está siendo útil para nuestra nación nosotros mismo lo podemos bajar de ese poder.¡Analiza Colombia! ¿O es que acaso no quieres progresar?
La imagen de abajo es un meme hecho posiblemente con gracia, pero que muestra la realidad de mi municipio en los últimos días, donde a raíz del pánico no se puede ni salir a transitar nuestras maltratadas y viejas calles.