La mayoría de los gerentes, presidentes o jefes de empresas luchan por conseguir los mejores talentos del mercado o aquellos que se creen son unas “estrellas”, ofreciendo incluso a cambio de su trabajo beneficios adicionales que hagan más llamativa su propuesta, oficinas idóneas, contratos especiales, bonificaciones o cualquier otro incentivo, creyendo no solo en la maravillosa hoja de vida si no que son unos convencidos que los procesos empresariales mejoraran significativamente con el ingreso de este nuevo y mejor elemento, resultados que raramente son medidos en razón de desempeño.
La investigación El alto riesgo de Contratar Estrellas, realizada por Boris Ashish Nanda Groysberg y Nohria Nitin para la Revista Harvard Business Review, identificó que los empleados de alto desempeño rápidamente se desvanecen cuando dejan una empresa por otra, pues el desempeño se desploma y el trabajo en equipo no es el esperado.
Y este resultado no es casualidad, las organizaciones deberían enfocar sus esfuerzos en hacer estrellas dentro de su empresa, y no traerlas del mercado externo, pues lo que ocurre cuando se realizan este tipo de contrataciones es que el brillo de la estrella contratada se opaca, y esto no es porque la persona haya perdido sus capacidades: la razón básica es porque su desempeño no depende solo de sus competencias, depende también de las condiciones laborales y de la cultura corporativa. De esta manera es importante aclarar que la estrella contratada no se traslada a la nueva empresa con toda la constelación suministrada en su anterior empleo y eso incluye el equipo de trabajo. A razón de ello, la adaptación al nuevo sistema puede tardar muchos años, esto sumado a la resistencia de los demás colaboradores que obstaculizan el normal funcionamiento de los procesos.
Los altos mandos se preguntan ¿por qué no se logran los objetivos institucionales?, fácil responder. El desempeño del grupo disminuye porque la nueva contratación daña la moral de los demás empleados, deteriora las relaciones laborales y la comunicación, pues las diferencias en las condiciones laborales generan mal ambiente, y no solo es por los recursos, hablando económicamente, sino por el hecho de traer un externo cuando la empresa ha podido desarrollar a una estrella interna.
El valor de mercado de la empresa disminuye y con ello su reconocimiento, pues cuando el nivel laboral baja, el desempeño cambia y empiezan los procesos de renuncia en las organizaciones y las labores que realizan los empleados para el posicionamiento de la imagen corporativa ya no se realizan con la misma intensidad.
El desempeño no depende solo de las competencias del individuo, sino también de todos los factores organizacionales que coadyuven al logro de los resultados, incluso hasta en un 70%. Entonces son las competencias específicas de una empresa las que impulsan el desempeño de una estrella, siendo los siguientes factores claves para este fin: los Recursos y Capacidades --en referencia a la reputación de la empresa, sus recursos humanos y financieros--; los Sistemas y Procesos --que no son más que todos los procedimientos y rutinas de la empresa--; el Liderazgo --determinado por la autonomía dada al colaborador, los recursos asignados, la estabilidad laboral y la estabilidad en la gerencia--; las Redes Internas --que son todas aquellas relaciones interfuncionales e interdisciplinarias que se permiten establecer--; la Capacitación --como todos aquellos programas de formación requeridos para generar valor agregado a los empleados--; los Equipos --que hacen referencia a la calidad de los compañeros de trabajo, la inteligencia, el estímulo y el compromiso de los mismos--.
Las estrellas hechas en casa no solo tienden a desempeñarse mejor que las importadas, sino que también son más leales, superando a sus rivales. Sin embargo, es la organización quien debe cuidarlas pues estas se vuelven codiciadas por otras organizaciones. La mayoría de las empresas contratan personas que trabajan duro, pero no invierte demasiado en desarrollarlas o conservarlas, sino que se concentra en retener a las estrellas de alto nivel traídas desde fuera. Algunas empresas contratan a personas inteligentes y convierten a algunas de ellas en estrellas, sabiendo que pueden perderlas a manos de la competencia. Solo algunas empresas reclutan personas brillantes, las convierten en estrellas y hacen todo lo posible por retenerlas.
