En el debate presidencial transmitido por el canal RCN el pasado 19 de junio, el candidato del Centro Democrático, Iván Duque, aseguró que para prevenir el alto número de embarazos adolescentes en Colombia es necesario “ofrecerles a esas niñas desde edad temprana oportunidades de empleo, oportunidades de emprendimiento… para que el tiempo ocioso no las afecte”.
La afirmación de Duque es ridícula por sí misma, pero si no comprende el por qué, voy a desglosarla por partes para que visualice el problema más claramente. Para comenzar, la Organización Mundial de la Salud establece la adolescencia entre los 10 y 19 años, pero la ley en Colombia ubica la adolescencia entre los 12 y 18 años. Entonces cuando el candidato hace referencia a “esas niñas”, está hablando en su totalidad de menores de edad.
Además, el artículo 20 del Código de Infancia y Adolescencia colombiano señala entre los derechos de protección: “El trabajo que por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva a cabo es probable que pueda afectar la salud, la integridad y la seguridad o impedir el derecho a la educación”. Hay que hacer énfasis en ese derecho a la educación, pues si Duque pretende ofrecer empleo a las niñas, se sobreentiende que será una actividad de 48 horas semanales, lo que impacta en el tiempo disponible para estudiar. Así que “ofrecerles a esas niñas desde edad temprana oportunidades de empleo” es ilegal.
La mayoría de las estudiantes entre 12 y 18 años están en los colegios. Si los colegios cumplen con el Decreto 1850 de 2002 sobre la jornada escolar, sus alumnas asisten a clase 6 horas diarias de lunes a viernes. Suponiendo que la niña duerma las 8 horas mínimas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud, solo le restarían 10 horas para hacer lo que guste en ese tiempo libre. Si agregamos las 2 horas promedio en las que hace sus deberes en casa, serían solo 8 horas de ocio al día.
Iván Duque propone “ofrecer a esas niñas desde edad temprana oportunidades de empleo, oportunidades de emprendimiento… para que el tiempo ocioso no las afecte”. Reducir aún más el tiempo libre de las niñas para que vayan a trabajar, significaría quitarles las 8 horas diarias de ocio y aún así quedarían debiendo tiempo de trabajo entre semana. Pues deberían trabajar 9.8 horas al día de lunes a viernes, pero como no tienen tiempo, supone uno que deberán pagarlo trabajando el sábado.
Señor Duque, el embarazo adolescente no va a disminuir mandando a las niñas a trabajar. Eso solo va a generar que las adolescentes no puedan desarrollar sus habilidades artísticas, deportivas e intelectuales que se potencian en el tiempo de ocio. No les arrebate la posibilidad a las niñas de sacar una “especialización en negocios de la Universidad de Harvard” como usted, que la sacó en tan solo cinco días gracias a que tuvo tiempo libre.
