Señor, Jorge Eduardo Cock.
Columnista de Las2orillas
Respetado señor, de antemano agradezco tomarse el tiempo de leer. Afortunadamente, lo hizo para poder emitir su respuesta. Procederé a contestar punto por punto, en los siguientes términos, cada una de sus densas inquietudes:
PRIMERO: Las2Orillas fue un portal creado para que personas del común tuviesen la posibilidad de expresar sus puntos de vista, de manera clara, libre, respetuosa y concisa. Frente a su “inquietud” sobre la manera en que el medio permite la libre expresión de los ciudadanos, debo decirle que ha sido una labor muy útil, sobre todo, muy positiva por demás. Recuerde usted que ello hace parte de la democracia, pues a través de estos sagrados espacios es que construimos gran deliberación con la ciudadanía. Así que resulta desacertada por demás esa apreciación subjetiva según la cual el portal no debería abrir dicho espacio. Si está en contra de ello, me pregunto: ¿Qué clase de dirigente podría ser usted?, ¿cómo se atreve a discriminar estos actos democráticos?
SEGUNDO: Le aclaro que mi opinión es argumentada desde el punto de vista jurídico y académico. La sentencia de la Corte Suprema de Justicia sobre el caso del exministro Arias es a mi juicio errada, toda vez que consideramos que fue condenado por mera sospecha. Cuando desee, lo invito a que nos sentemos a analizar con rigor académico el expediente para observar a que conclusiones llegamos. Ya verá usted qué extrae.
TERCERO: Sostengo que negociaron la cabeza del exministro Arias porque para nadie es un secreto que bajo cuerda en la mesa del Habana, el grupo terrorista Farc efectuó presión para que el Gobierno Nacional exhortara a la justicia de Estados Unidos en la extradición del mismo, aun cuando no hay un tratado vigente. Revise usted cuántas extradiciones se han efectuado en este país en los últimos años bajo ese tratado inexistente; le aseguro que encontrará extradiciones fundamentadas en el Código de Procedimiento Penal, pero no por el tratado al que hace alusión el Gobierno. Además, recuerde también cuando hace unos años el señor Juan Manuel Santos sostuvo expresamente que entre Colombia y Estados Unidos no había tratado alguno. Entonces, ¿ahora por qué lo hay?
CUARTO: El fallo de la Corte Suprema de Justicia obedece a una persecución política. Al exministro lo condenaron por pura sospecha, vulnerando el principio de la duda razonable y, desestimando arbitrariamente las pruebas que de manera sensata aportó la defensa; la vulneración al debido proceso fue monumental y frente a ello no ha sucedido nada. Nuevamente, le reitero mi disposición para que nos reunamos a analizar dicha sentencia; particularmente lo he hecho tres veces.
QUINTO: Le pregunto, respetado señor: ¿por qué se atribuye el abuso de tildarme de mentiroso o peor aún, de anti-ético? Dígame, ¿quién es usted para hacerlo? ¿Acaso se considera un adalid de la ética y la moral? ¿Es usted el dueño de la verdad? ¿Ha sido usted un impoluto en el ejercicio de sus cargos? Ahí le dejo estos interrogantes, no para que me responda, sino para que reflexione sobre su vida, y evite opinar sobre la humanidad de personas que desconoce. No se atreva a mancillar mi honra y mi buen nombre cuando no tiene idea de qué clase de persona soy.
SEXTO: Le recuerdo que usted hizo parte de un gobierno nefasto que fue elegido por el narcotráfico. Ahora dígame, ¿ha manifestado usted su rechazo por ello? o ¿ha preferido, de manera hipócrita, guardar silencio? ¿Dónde está su ética? ¿Cuál es su verdad? ¿Cuál es su gente de bien?
