El designado director de Centro Nacional de Memoria Histórica profesor Darío Acevedo C, se ha defendido en los medios de comunicación por sus opiniones sobre los largos años de confrontación armada en Colombia y sobre personas que él considera están en el extremo opuesto de su ideología.
Con relación al senador Iván Cepeda, por ejemplo, hizo una pregunta irónica para burlarse de su pinta “nada uribista” por supuesto “¿Si saben por qué este tipo es tan desaliñado? A manera de hipótesis: toda la mierda que habla la escupe pa´arriba y le cae en su pelo y en su rostro”
De otro intelectual, Rodrigo Uprimy, tal vez con iguales o más méritos académicos que el propio Acevedo aseguró que era un izquierdista por haber sido (sic) asesor del magistrado de la Corte Constitucional doctor Carlos Gaviria, lo cual no fue verdad. Claro, de haberlo sido eso para nada desdice de las calidades del doctor Uprimy, por el contrario, lo engrandecería.
En varias ocasiones, antes de que lo nombraran para el CNMH, Acevedo negó que en Colombia hubiera existido nunca un conflicto armado y a la manera de su mentor José Obdulio Gaviria se han empeñado en una actitud negacionista, que riñe con los tercos hechos.
En Blu radio aseguró que al llegar al Centro tendrá que actuar como funcionario público y acogerse a los estatutos de dicha entidad, que ya no podrá ser un libre opinador. Pero esto no deja tranquilo a nadie. Entre otras cosas porque cuando se le preguntó sobre sus ideas intentó en todo momento escabullirse de su pasado mamerto. “Yo no fui mamerto” aseguró Acevedo ladinamente, él debe saber muy bien que dicho apelativo se amplió a cualquier militante de izquierda hace muchos años y no sólo a los del Partido Comunista. Él, como José Obdulio, fue militante maoista pero no fue capaz de reconocerlo abierta y claramente en la entrevista.
Lo que el señor Acevedo asegura es que no se puede convertir en verdad oficial la existencia del conflicto; pero entonces ¿si podría existir como verdad oficial la no existencia del mismo e imponer una percepción ideológica (la de Acevedo/Gaviria) sobre hechos tan contundentes como 50 largos años de confrontación armada interna con la guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia –FARC-, 5 años de negociaciones con el gobierno que terminaron en la firma de un acuerdo de Paz y el acompañamiento de la ONU y de varias naciones del mundo?
Pero no es solo esto, el propio Álvaro Uribe aceptó que el gobierno de Santos incorporara cambios propuestos por el Centro Democrático al documento final del acuerdo de paz y fue lo que finalmente se firmó en Bogotá, ratificado por la Corte para elevarlo a rango constitucional.
En nuestro país ha habido y hay todavía por cuenta del ELN
un conflicto armado interno,
le guste o no señor Acevedo y señor José Obdulio
Negar el conflicto armado bajo la muy personal convicción ideológica de este intelectual no da ninguna garantía para la reconstrucción de la Memoria Histórica, así él diga que va a comportarse como un empleado público. ¿Qué querrá decir con esto? ¿Será que ahora la oficial será la ideología sobre la verdad? Eso es pura propaganda, como la que todavía se empeñan en argumentar algunos descocados fascistas que intentan contradecir la verdad histórica del genocidio. En nuestro país ha habido y hay todavía por cuenta del ELN un conflicto armado interno, le guste o no señor Acevedo y señor José Obdulio. De lo contrario díganle a su presidente Duque que no haga más avisos como el del miércoles después de su reunión con el presidente francés Frank-Walter Steinmeier cuando dijo que se podrían reanudar la negociación con el ELN (¿con el que tampoco hay conflicto?) bajo dos condiciones: cese de hostilidades y entrega de todos los secuestrados.
Les sugiero que mantengan sus ideas lejos de la labor profesional y ética del CNMH. Sigan con sus publicaciones académico/políticas; hasta podrían incluirlas como insumos en el CNMH pero no nos las quieran imponer a todo el país. Eso sí cuídense de los tuits, no vaya y le pase lo que a Ignacio Greiffenstein que de manera incomprensible ofendió a las mujeres con su frase: “¿Por qué habrá en Twitter tantas fanáticas petristas con pinta de putas?”, y tuvo que renunciar.
Lo que sí sería un peligro es que en su paso por el Centro de Memoria Histórica la verdad oficial la construyan este tipo de tuiteros con sus estúpidas opiniones. ¡Qué peligro el Twitter convertido en relator de la verdad!
Acevedo se ha ido lanza en ristre contra personajes en el otro extremo de su ideología como Iván Cepeda y Rodrigo Uprimy. Foto: Agencia de noticias de la Universidad Nacional