Sin duda alguna, uno de los temas que ha acaparado la atención mediática del país y en especial el espectro político, han sido las declaraciones que dio el exgobernador de Córdoba, Benito Osorio ante la JEP, donde señala que el presidente de Fedegan, José Félix Lafaurie recurrió a Mancuso, para que este direccionará a los magistrados y votarán en la supuesta elección fraudulenta del Fiscal general, Mario Iguarán y que éste al final como retribución a los favores de Lafaurie, le brinde un cargo a María Fernanda Cabal, esposa del mencionado "intermediario".
Lafaurie respondió a estos señalamientos aseverandonos, que toda esta red de falacias que han querido tejer alrededor de su nombre, tiene como único fin enlodar la campaña política de la senadora Cabal, pues es ella la personificación de los valores democráticos y principios de derecha, por consiguiente esta en la mira de la izquierda, quienes además siempre ha profesado un profundo odio y discriminación sobre los ganaderos.
El presidente de la agremiación ganadera no titubeó en decir que lo dicho por Osorio carece de veracidad y que ese parloteo lo califica como algo "delirante", pues esté estaría padeciendo algún tipo de trastorno mental. Es irrisorio que casi 8 años después de la condena del exgobernador por participación en el despojo de tierras en Tulapas (Urabá), ahora se le dé por salir con un "discursito" de moral y arrepentimiento que no reposa en la verdad, después de haber cometido tantos vejámenes y atropellos contra esos campesinos, a los cuales nosotros en nuestra lucha incansable frente a la agremiación siempre hemos protegido.
Jose Félix puntualizó en que los enemigos de la democracia han buscado en varias ocasiones enlodar su honorabilidad, pero que a la fecha esto siempre ha tenido como base las falacias y nunca será soportado en la verdad. Es así como el otrora jefe paramilitar, Mancuso lo señaló de vínculos con las AUC, pero a la final la investigación y su honorabilidad salió bien librada.
Ahora bien, Lafaurie nos ilustra acerca del vínculo que existe entre Osorio y Mancuso, el primero testaferro de este último, al cual le ha jurado bandera. También es de carácter relevante traer a remembranza que en 2020, Timochenko y Mancuso se mostraron ante la JEP, además de arrepentidos sin consecuencias, como dos “nuevos mejores amigos”, y usted sabe que “los enemigos de mis amigos son mis enemigos”.
Atacar enemigos de su proyecto político es una tarea incansable de la izquierda, y el gremio ganadero es uno de ellos. Aquí el asunto no es Lafaurie, sino los ganaderos y su organización gremial, declarados durante décadas como objetivo militar por las guerrillas comunistas, perseguidos por los llamados grupos paramilitares y, hasta hoy, por la peste del narcoterrorismo. Los ganaderos hemos sido víctimas, no victimarios, como nos estigmatiza la izquierda y el comunismo progresista.
El país, que traga sin digerir las narrativas de la izquierda, identifica al ganadero con esos estigmas de paramilitarismo y despojo, pero cierra los ojos ante lo que fue un verdadero “genocidio ganadero”, que, a propósito, hizo visible María Fernanda Cabal desde la Fundación Colombia Ganadera, con su programa “Acabar con el Olvido”, que documentó más de 10.000 delitos contra ganaderos, incluidos más de 4.000 asesinatos. El país olvida que hoy somos más de 600.000 colombianos trabajando para producir carne y leche para Colombia y el mundo, la mayoría pequeños y medianos productores.
Y esto no para ahí, ese trasfondo político va más allá. Aquí el asunto es entre democracia y comunismo. Aquí está de por medio el derecho más preciado después de la vida misma: la libertad. Un régimen comunista es el objetivo de la izquierda para Colombia, y la izquierda no descansa.
El dirigente gremial no aclara también, que si conoció a Mancuso, dada sus obligaciones y visitas como presidente de Fedegan al departamento de Córdoba, siendo éste uno de los departamentos más relevantes en materia ganadera a nivel nacional y donde sostiene encuentros con ganaderos, en unos de esos encuentros y de manera fortuita logró ver a Mancuso, pero como los encuentros no eran orquestados, no había un para qué puntualiza José Félix.
De su relación con el exfiscal no dice que lo conocía por asunto de que alguna vez presentó una tutela ante la corte constitucional y este le ayudó, nuevamente se volvieron a encontrar en el gobierno Uribe, conservando una buena relación hasta el día de hoy, pero que muy poco o nada se ven.
Por último recalcó que el nombramiento de María Fernanda Cabal en la oficina de asuntos internacionales de la fiscalía no se debía al pago de un favor, sino a la meritocracia pues el currículum de la actual senadora la avalaba y hacía meritoria de la vacante.
Habiendo escuchado la versión de Lafaurie, la cual sustentó con seguridad y serenidad ante este servidor, no cabe duda del entramado que está tejiendo la izquierda para atrapar incautos y diseccionar a esta nación por el mismo destino que cursa Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Ojalá que no sea demasiado tarde para un despertar de patriotismo, para que se extingan las llamas dictatoriales y absolutista con las que pretenden calcinar a Colombia.