Honorable senador:
Me animo a escribirle pues he sido seguidora de los debates que usted ha sostenido en el Congreso de la República a favor de los agricultores, los cafeteros, las empresas colombianas que están viviendo situaciones difíciles por el libre comercio, además de su lucha vehemente contra la corrupción, entre otros.
Por esta razón, me dirijo respetuosamente a usted con el fin de que conozca la situación que estamos viviendo muchos ciudadanos que estamos próximos a la edad de pensión y que nos encontramos afiliados a las Administradoras de Fondos Privados de Pensiones (AFP).
No quiero entrar en datos financieros ni estadísticos sobre la bomba pensional, ya desmentida por directores de Colpensiones. Quiero referirme a la bomba social generada por las AFP y a las consecuencias nefastas en la vida de los afectados. Es importante que cualquier discusión sobre pensiones tenga en cuenta al individuo próximo a pensionarse y a los ya pensionado por las AFP, la situación de ansiedad que enfrenta la persona y ante la cual se siente impotente cuando se entera de que su mesada pensional se reduce a un simple salario mínimo, cuando lo que le habían ofrecido eran mesadas muy por encima de ese monto. Sencillamente, nos estafaron.
Solo puedo decirle, señor senador, que la situación de tristeza, desconsuelo y desesperación es indescriptible y las preguntas son muchas. Nos preguntamos: ¿por qué me trasladé a un fondo privado? En mi caso y en el de muchos que están en la misma situación, nuestras empresas dejaron entrar a los asesores de estas entidades pues su creación estaba respaldada por el gobierno. Una vez comenzó a funcionar el sistema pensional, administrado por los fondos privados de pensiones, estos comenzaron a ejercer una publicidad muy agresiva por diferentes medios de comunicación y mediante visitas personales a las empresas. Los ofrecimientos que nos hicieron claramente resultaron falsos. Las AFP ganaron con nuestras afiliaciones a través de engaños y luego el monto de nuestra pensión no correspondió a la oferta y a las explicaciones que nos dieron.
Los asesores aseguraron que la pensión en ningún caso sería inferior a la del régimen de prima media, las explicaciones sobre el funcionamiento financiero de las AFP fueron insuficientes y parciales; insistían en que el régimen de prima media desaparecía pues estaba en quiebra y que nuestros aportes se iban a perder. Nada resultó verdad. Son unos mentirosos. Y ahora, este gobierno y los medios de comunicación promueven una propaganda feroz para impedir que recuperemos nuestros derechos; es decir, amparan la estafa de la que fuimos víctimas.
Por esta razón me dirijo a usted, como víctima de los fondos privados de pensiones, para solicitar su apoyo en nuestra lucha, ya que como todos los afectados sabemos toca el punto más sensible de los fondos privados de pensiones: nuestro dinero, trabajado de forma honrada durante muchos años con la esperanza de tener una vejez digna.
Le escribo desde la angustia y el dolor que muchas de las víctimas estamos viviendo, al ver cómo nos atacan las AFP, es decir, la gente más rica y poderosa de Colombia, y los medios de comunicación que defienden sus planteamientos, al no reconocer el engaño del que fuimos víctimas ni nuestros legítimos derechos. No somos cifras económicas presentadas por los farsantes de las AFP. Somos seres humanos víctimas de una confabulación en contra de los pensionados de este país, por parte de unos banqueros y un gobierno que ya demostraron que carecen de las calidades éticas para encargarse de un derecho tan importante como es el de la pensión. Como el engaño fue masivo e innegable, pocas veces ha sido tan evidente para los colombianos de a pie, el nivel de corrupción resultante del perverso maridaje entre el gran capital y el gobierno y los medios de comunicación a su servicio.
Espero, señor senador, con toda confianza, contar con su respaldo en nuestra lucha por el derecho a una pensión digna, después de muchos años de trabajo.