Mientras el fin de semana pasado nuevamente éramos informados que el Alcalde de Sincelejo ocupaba uno de los puestos en el ranking de los 10 peores alcaldes en toda Colombia; por otro lado aún, seguíamos celebrando con alegría y orgullo la noticia del premio “Construcción de Paz” otorgado a la organización social Sembrando Paz por parte de World Vision. Un reconocimiento más que merecido a 20 años de labor incansable y esfuerzo fructífero para hacer de la región de los Montes de María un escenario de reconciliación y perdón.
De World Vision
Es una organización creada a mediados del siglo pasado; de carácter cristiano y humanista con una amplia experiencia en trabajo social, especialmente con niños – niñas y familias en general; hoy se encuentra en más de 100 países de todos los continentes. Su espíritu ultraísta no tiene fronteras y su intención de transformar vidas humanas los ha llevado a ser reconocidos mundialmente como una de las organizaciones de mayor credibilidad. Como ellos mismos lo expresan, los mueve la fe en Dios y en lo que hacen, y la esperanza de creer en un mundo mejor. Desde los inicios de su creación de la mano de Bob Pierce, ha sido una organización preocupada por las necesidades de los más desarraigados, especialmente niños y niñas; y aunque en algunas ocasiones ha sido fuertemente criticada, nadie niega que el trabajo que realizan en todo el mundo ha ayudado altamente en el mejoramiento de las condiciones de vida de sus beneficiarios. Desde el 2009 World Vision otorga el Premio Internacional de Paz como una manera de estimular y reconocer el trabajo de otras organizaciones a nivel mundial en todo lo relacionado con procesos de paz, reconciliación y convivencia. Por primera vez en la historia el premio es otorgado a una organización de América Latina, nada más y nada menos que a una organización criolla, nuestra, de la región sabanera, de este ladito del mundo, de los Montes de María: La Organización SEMBRANDO PAZ.
Sobre la Organización Sembrando Paz
Quienes hemos tenido la oportunidad de conocer la forma cómo trabaja ésta organización a nivel local y regional, no tenemos duda que se trata de una de las iniciativas más nobles y bien intencionada que aún viven con luz propia en los Montes de María. Mientras muchas organizaciones de la sociedad civil, entidades de cooperación internacional, organismos de apoyo no gubernamentales, y entes del sector público ya han dejado de ver a Montes de María como una prioridad, Sembrando Paz continúa asumiendo con ahínco y compromiso su trabajo por ayudar y facilitar procesos de reconciliación, convivencia y paz en una región que aún no supera el horror de la guerra y el conflicto.
Ingresando a su portal virtual www.sembrandopaz.org nos podemos hacer una idea global de la labor que realiza esta organización; quizás la misma labor que aparentemente llevan a cabo otras, sin embargo algo de especial tiene aquella que la hizo acreedora de tan loable reconocimiento. Efectivamente sí existe algo, más bien alguien o “alguienes”, que permite visualizar el grado de intencionalidad y la pureza con la cual obra Sembrando Paz a la hora de realizar su trabajo en medio de las diversas comunidades. Mientras otras organizaciones se sumergen en el tecnicismo moderno del desarrollo, Sembrando Paz con la humildad y sencillez que la caracterizan sigue en su arduo trabajo apostándole a la verdadera transformación, al reconocimiento de la dignidad humana y al ofrecimiento de un servicio totalmente desinteresado. Mientras las otras organizaciones llegan a las comunidades oprimidas con sus suntuosas camionetas, con el afán redentorista, con su modelo de intervencionismo anacrónico, con su falta de conocimiento del contexto y alguna cuota de colonialismo centralista, los integrantes de Sembrando Paz hacen presencia de manera humilde sin la parafernalia de un evento, mucho menos la presión de unos resultados que mostrar.
Lo más especial de todo es que las personas de la región valoran la entrega permanente, y reconocen en la Organización como en las personas que las representan una gestión de admirar y una entrega que admite una sola lectura: trabajo por los más necesitados en pro del mejoramiento de sus condiciones de vida a través de la búsqueda incansable de la paz, la reconciliación y el perdón.
Seguramente el premio otorgado por World Vision los llena de orgullo, como a todos, pero también es un llamado a la continuidad en la labor por demostrar que con poco es mucho lo que se hace, y con humildad, sencillez y espíritu de servicio es demasiado lo que se consigue. Ojalá nuestro Alcalde como los 15 otros alcaldes de la región Montemariana, tomen nota (más bien cojan ejemplo) y se den cuenta que a veces no es necesario tener “la gran cantidad de recursos” para hacer lo que corresponde, y entiendan que cuando existe sensibilidad social y preocupación por el pueblo eso es suficiente para hacer lo que a veces la razón no contempla.
No cabe duda que el premio es un reconocimiento al compromiso que la sociedad civil tiene frente a lo urgente, y un llamado de atención al sector público en reconocer que siendo ellos los primeros responsables de brindar mejores condiciones de vida a los ciudadanos, a veces se pierden en el bosque de la incompetencia para terminar en la selva de la corrupción.