Los simpatizantes de Petro y del Pacto Histórico ya andan lanzando voladores, quemando pólvora y ensillando el caballo sin comprarlo. En fin, están celebrando el triunfo de su líder cuando faltan todavía catorce meses para las elecciones presidenciales del 2022.
¿Pero quieren que les diga algo? La reciente encuesta del polémico medio de comunicación dirigido por la no menos polémica periodista Vicky Dávila me parece nada más y nada menos que una manzana envenenada. Tiene el olor de lo mefistofélico, y puede ser fruto del desespero y de la angustia porque la hegemonía de dos décadas del uribismo está en inminente peligro.
No se extrañen de lo que se ve venir: una serie de maniobras del Centro Democrático y de los fieles a Uribe para intentar salvar ese barco que se hunde en medio de un tormentoso naufragio. Sin embargo, ojo-cuidado-peligro, porque ellos conocen la idiosincrasia del pueblo colombiano. Es decir, el idiota exitismo y el triunfalismo de siempre.
El juego podría consistir, por ejemplo, en poner por las nubes a determinado candidato, para que en cierto momento se dé el efecto contrario, más exactamente cuando la contienda electoral esté en todo su furor. Es un tema de lenguaje de comunicación muy difícil de explicar en una breve columna de opinión. Asuntos de la comunicación, de lingüística y semiótica.
En lo que a mí respecta, aprendí a la brava y después de muchos golpes a desconfiar de las dádivas. No nos crean tan pendejos: “de eso tan bueno no dan tanto”. Tengan la certeza de que las próximas elecciones presidenciales van a ser las más complejas, difíciles e importantes en toda la historia de nuestro país. Será una lucha de la vida contra la muerte, y de la desesperación contra la esperanza.
Por otra parte, ningún candidato la tendrá fácil. Ninguno, y menos Gustavo Petro. Falta año y pedazo como para anticipar victorias. Así que desmonten la yegua y bájense del bus de la victoria para que no se les moje la pólvora. Nada me alegraría tanto como una derrota estruendosa del uribismo en las próximas elecciones.
Que gane cualquiera, pero alguien que no tenga el más leve contacto con el uribismo. Así que respecto a esa encuesta reciente de la revista Semana: gracias por la dádiva, gracias por el dato, pero a otra Caperucita con esa manzana envenenada.
