Literalmente la gran mayoría de cosas desde computadores, teléfonos celulares, ropa y hasta objetos de decoración que tenemos en nuestras casas son made in China. Los números son contundentes. de cada cien artículos que se exportan en el mundo, al menos diez son chinos, lo cual convierte a este país en el mayor exportador del mundo. Para que se haga una idea, con lo que ganaron el año pasado exportando (10 trillones de pesos), el gobierno de Colombia podría tener cubierto su presupuesto de los próximos 37 años.
Sumado a la admiración por el poder de su economía, generalmente nosotros los colombianos sentimos un aprecio por su cultura. Por ejemplo, en el colegio nos enseñaron que ellos inventaron el papel y la pólvora. También la relacionamos con osos panda, palitos chinos, comida china, Kung-Fu, en fin, han hecho muy bien la tarea de no solo exportar sino de vender su imagen ante nosotros.
Pero como pasa con muchos temas de la actualidad la gente en general, y los jóvenes (millennials) no tienen un contexto de la historia, porque aquellos que nos la cuentan la vuelven selectiva, y omiten partes importantes, por ejemplo omiten que gracias al liderazgo de Mao Zedong y el comunismo, en China murieron entre 1957 y 1970 alrededor de 70 millones de chinos, ya fuera por hambre o por ejecuciones.
Y es que China actualmente es un país con un gobierno comunista en el sentido estricto de la palabra, es decir allá no existe libertad de opinar, de expresarse o de pensar diferente, tampoco existe libertad política, ni libertad de cultos. Allá solo existe un partido (el partido comunista), que hace las veces de dios sobre su población, es tal su nivel de represión que dominan el internet y regulan hasta qué ven o no ven sus ciudadanos.
Manteniéndose fiel al legado del comunismo que solo produce muertes, gracias al partido comunista chino liderado por el presidente Xi Jinping ronda ahora entre nosotros el coronavirus. Es innegable cómo de manera descarada le han ocultado información al mundo. Primero, silenciando a doctores como Li Wenliang, quien en diciembre ya advertía al mundo de la gravedad del asunto. Luego, en enero 14, la OMS publicaba que fruto de las investigaciones hechas por las autoridades chinas se podía concluir que el virus no se transmitía entre personas y ahora vemos todos los días que ya no tienen muertos y que sus contagios son importados. Si comenzaron mintiendo, ¿qué les impide seguir?
A pesar de esto, causa asombro cómo los noticieros colombianos y en general los occidentales se refieren al papel que ha desempeñado el gobierno chino, siendo poco críticos, sin señalar su responsabilidad, mostrando imágenes de las ayudas que envían al mundo y de cómo se reducen los contagios en su territorio, sirviendo así de caja de resonancia para la elaborada y manipulada propaganda china.
Por eso la invitación, es que en medio de esta pandemia tenga cuidado con lo que oye y ve, porque de pronto usted está siendo una víctima más de los cuentos chinos.