Toda mi vida he sido sedentario, si tomo el parámetro de ejercicio mínimo de treinta minutos, tres veces a la semana. Pero soy activo. Luego de NN años me siento bien, saludable, en forma. Aparento menos edad de la que tengo, no lo digo yo, hasta la funcionaria de la Dian no creyó que estaba en tercera edad hasta que lo comprobó en la cédula. Soy un feliz "sedentario". Los intentos por hacer deporte han sido fracaso absoluto, desastre. Ciclismo, natación, gimnasio, aun con el incentivo de bellas mujeres, todos esos intentos acabaron en menos de tres meses. Ni siquiera "ellas" lograron que permaneciera en el deporte.
Ya tenía en mente esta columna cuando asistí a un congreso de cardiología escuchando con complacencia como comienzan a aparecer publicaciones científicas que muestran que estar activo en el trabajo —la vida—, sin hacer ejercicio programado, es tan útil como el deporte que predican los cánones médicos. Recomiendan ir al baño más lejano de la oficina o subir escaleras un piso en vez del ascensor, llevar los papeles en vez de enviar a la secretaria. Caminar las pocas cuadras hacia el restaurante con paso firme o las famosas "pausas activas". Todo contribuye a adquirir capacidad física, lo cual es la forma de medir si una persona está físicamente bien y manteniendo su cuerpo saludable. Ser activo, dar diez mil pasos al día es el nuevo parámetro. Esta actividad se mide en METS o equivalentes metabólicos que determinan si la persona hace algo positivo por su salud o por su enfermedad, diabetes, hipertensión, artritis, cáncer.
No todos queremos hacer ejercicio, pero sí mantener el bienestar y esto se logra teniendo el cuerpo en movimiento periódico. No conozco animal que diga: "ahora es tiempo de ejercitarse", ellos permanecen en movimiento; claro, no tienen el ipad donde escribo, ni la televisión.
La tasa de sedentarismo en la población general varía entre el 60 % y el 80 %, más cercano a este último que al primero; por tanto, somos muchos los sedentarios, pero no los inactivos. Dudo que un trabajador de construcción sea "sedentario" por no practicar deporte, al igual que un empleado de una fábrica o el mensajero, por más moto que use. Ojalá cambiemos la forma de medir a la persona con hábitos físicamente saludables, ojalá dejemos de centrar la salud y la prevención únicamente en el ejercicio deportivo. Con solo salir a la calle o ver documentales encontraremos personas ancianas que han sido tachados de sedentarios y que alcanzan más de noventa años activos. Mi primera suegra lo es.
Por otro lado, nos asombra cuando una persona joven muere súbitamente y ha sido deportista, tuvo una alimentación sin azúcar, ni harinas, cero chatarra, (tampoco creo que lo anterior sea sinónimo de "sana", otro objeto comercial que nos tratan de inculcar), además de ausencia de licor, etcétera, etcétera. La salud no está condicionada al deporte obsesivo, la enfermedad sí. El corazón puede quedar sin oxigeno e infartar ante un ejercicio extremo así la persona no tenga ateroesclerosis. También ha sucedido con la persona caminando por un centro comercial, mostrando la autopsia la ausencia de enfermedad.
La salud se construye y mantiene viviendo a plenitud. Por eso soy sedentario feliz, con una vida activa, gozando de los placeres mundanos, respetuoso de las señales de mi cuerpo, entregado a la reflexión personal, a movilizar emociones y crear un ambiente intelectual motivante, sin tener que recurrir al ejercicio impuesto.