Me dan risa los hinchas de Nacional. Cuando el joven Marlos Moreno debutó eso lo trataban como si fuera el nuevo Tino Asprilla. Me acuerdo de un partido que jugó en Bolivia con la selección Colombia. Hizo un pase a Cardona para la victoria en La Paz y el periodismo lo vendió como si fuera Mbappé. La inflada sirvió: Marlos fue vendido al Manchester United por más de USD$ 10 millones. Apenas lo vio Guardiola se dio cuenta que le habían metido otro gol al jeque. Lo mandaron al Deportivo La Coruña en donde fracasó rotundamente. Creo que ningún gol hizo. De ahí pasó al Girona en donde chupa banca de lo lindo.
Con Sebastián Pérez sucedió lo mismo. Decían que era el nuevo Steve Gerard y hasta intentaron venderlo al Arsenal pero que va, Sebastian Pérez era un jugador de primeros tiempos, con cierto despliegue físico, sacrificio y presencia técnica. El Arsenal no le interesó. En Inglaterra hay cientos de jugadores como Pérez. Lo devolvieron a Nacional. Seguía teniendo mercado porque es bonito. En la mediocridad del futbol actual ser bonito pega. Si no miren a James. Lo vendieron a Boca y nunca se afianzó. Decían que iba a ser el reemplazo de Gago. No pegó. Se lesionó. Apareció otro colombiano, de los que no venden, y hoy en día va camino de ser ídolo bostero: Wilmar Barrios.
Hoy Boca le ha bajado el pulgar a Sebastián Pérez. Lo van a ubicar en otro equipo. Volverá a Nacional en donde si le tienen paciencia. Sus rodillas son de cristal, su vida útil limitada. Yo quisiera tener detrás de mí un aparato publicitario como el que tiene Nacional, un equipo tan poderoso que puede convencer a otros equipos de que Sebastián Pérez y Marlos Moreno son cracks cuando no se acercan a eso.