Nadie daba un peso por ellos. Eran más de diez años de diferencia, demasiados en el país del Sagrado Corazón. Ella, Kathy Saenz, virreina nacional de la belleza, casada con Sammy Bessudo, era madre de una niña y esperaba otro hijo. Él, Sebastián Martínez, uno de los hombres más deseados de Colombia y de los primeros ganadores del reality Protagonistas de Novela. Comprometido con Johana Bahamón. Ambos coincidieron en la novela Juegos prohibidos y entre escena y escena el amor fue creciendo. Era el año 2005, ella tenía 34, él 23 y no se decían nada, ni una sola palabra, ocho meses de miradas, de juegos, de coqueteos pero el beso nunca llegaba. Y entonces apareció la última escena que tenían que rodar, ella acostada sobre su pecho, la respiración cortada y Sebastián Martínez con las palabras agolpándose en la boca hasta que estalló “solamente tengo que decirte esto, porque necesito sacarlo o sino me voy a reventar. Yo no sé qué me pasa pero me vuelvo loco. La sensación que siento en el pecho es inimaginable. A mí se me va a salir el corazón. Siento que empiezo como a levitar solito. Me sobrepasa, te lo tenía que decir. Pero fresca, entierra esto que te estoy diciendo; te lo tenía que decir porque o sino me muero”. Cuando creía que una andanada de reproches, de recriminaciones caería sobre él ella sólo le respondió : “ a mi me pasa lo mismo”
El beso se hizo esperar pero cuando se dio fue uno de los más largos que una pareja pueda recordar. Duró tres horas, fue en un semáforo de la carrera 30, ella iba en un carro, él en una moto, se bajaron ambos y sin mediar palabra se rompieron el alma en ese beso. Desde ahí no hubo marcha atrás, Kathy habló con su marido, Sammy Bessudo entendió, cuando nació su hija Alana ya todo estaba roto y el amor entre ella y Sebastián se consolidaba, pero estaba lejos de ser felices.
Fueron el tema de conversación de los periodistas de farándula de la época. Se aislaron de las cámaras, no prendían la televisión, ni la radio. Siempre había un chismoso hablando de lo desleales que habían sido con sus parejas, de lo inmoral de Kathy Saenz, una señora casada, madre de dos hijos que se rendía ante un amor improbable, ante los caprichos del galancete de moda. Incluso llegaron a temer que nadie les volviera a dar trabajo porque la gente los odiaba. Pocos apostaban por ellos y sin embargo era amor de verdad.
Quince años después siguen mostrándose el mismo amor y no les da miedo hacerlo público. En el último diciembre pasaron, como siempre, vacaciones juntos y se tomaron esta foto:
Ella siempre ha aparecido en la televisión nacional y la última vez que lo hizo fue en la exitosa novela de Caracol La gloria de Lucho, él no se conforma con ser sólo una cara bonita y, aunque sigue protagonizando hits como Pa’quererte, la última novela con la que RCN piensa arrebatarle el liderazgo en el Rating a Caracol, es un activo de redes sociales políticamente incorrecto al que no le da miedo perder seguidores por decir lo que piensa. Campañas como esta, en donde quiere dar de baja al reggetón, le generan detractores y admiradores y además de una posición política que se reafirma en cada una de sus redes sociales.
