Searca una compañía de aerotaxis fundada en 1992 especializada en vuelos charters y traslados privados con propósitos específicos, será la encargada de moer las vacunas Pfizer que exigen alta refrigeración por el territorio nacional.
Vacunas destino Sincelejo y Montería. @MinSaludCol @infopresidencia #YoMeVacuno pic.twitter.com/cXM1aYwoyu
— Fernando Ruiz (@Fruizgomez) February 16, 2021
Fue Searca la encargada de transportar a la comisión negociadora de las FARC, encabezada por Timochenko, desde La Habana a la Guajira en septiembre del 2016 para la celebración de la “Décima Conferencia Nacional Guerrillera”, lo que causó revuelo en Colombia pues para ese momento aún no se habían firmado ni ratificado los acuerdos de paz.
Durante la cuarentena, se ocupó de transportar equipos médicos y personal médico de Bogotá a Leticia y de realizar vuelos humanitarios por diferente índole y hasta donaciones con bolsas de mercado. La aerolínea, fue la única que creció durante los cinco meses de cierre de la cuarentena drásticas del año pasado. Sus 32 aviones, con capacidad de hasta 19 pasajeros, nunca pararon de volar.
Esta es la flota de Searca:
El historial de Searca S.A (acrónimo de Servicio Aereo de Capurganá) es realmente ejemplar: 270.000 horas de vuelo sin ningún accidente que lamentar, con una flota que hoy le dan el título de ser la segunda compañía aérea más grande de Colombia.
Hoy, sus clientes, que van desde compañías como Bavaria, Argos, Exxon Mobil, hasta entidades tan importantes como el Ejército Nacional, la Policía, la Cruz Roja y clubes deportivos tan reconocidos como el Deportivo Cali, Millonarios y Nacional, solo deben hacer un par de llamadas y consignaciones para tener a su disposición un avión listo para volar desde y hacia donde ellos necesiten. Pero no hace falta hacer parte de este exclusivo grupo para utilizar sus servicios que se extienden a las necesidades de cualquier empresa o persona natural que tenga la capacidad de pagar desde $24 millones de pesos por un vuelo privado de Barranquilla a Bogotá, opción que ha sido un salvavidas para el gobierno, empresas y familias colombianas durante la emergencia que se vive en Colombia desde marzo del 2020.
Su actual presidente y fundador, Jorge Campillo, decidió desde niño hacer una vida al lado de los aviones. Fue tanta su determinación que cumplido los 19 años ya era piloto profesional de la firma aérea Lira. Decidido a no trabajar en compañías grandes por la falta de contacto con los clientes, Campillo decidió emprender varios años después. Empezó soñando una empresa charter que llegara a las costas del Pacifico y Urabá y por eso nació en Capurganá teniendo solo dos aviones, dos empleados y dos clientes: Hotel Almar y el Seguro Social. Pero fue su dedicación y disciplina lo que llevo a multiplicar el poder de la compañía exponencialmente que anualmente factura entre 35 y 45 millones de dólares.
Su red de destinos no discrimina ningún aeropuerto colombiano y, en épocas de no pandemia, sus aviones pueden hacer vuelos transoceánicos sin ningún problema.
