El título de este artículo está inspirado en la Reforma Laboral que el gobierno Petro radicó en Cámara el 17 de marzo para su discusión y posterior aprobación, y en las frases que el entonces presidente Álvaro Uribe Vélez incluyó en el discurso de uno de sus tan célebres Consejos Comunales, que fueron las siguientes: "a Colombia lo está matando la pereza, lo que tenemos que hacer es modificación de jornada de trabajo, es recortar la jornada de sueño, es recortar la jornada de vacaciones, es recortar la jornada de festivos" (sic).
Más allá de una expresión verbal, el mensaje que han dejado los mandatarios, entre ellos el cuestionado mentor del Centro Democrático, es que los intereses del empresariado están por encima del bienestar colectivo de los trabajadores colombianos que son vistos por la élite como mano de obra barata, muy limitada a recibir dinero a cambio de seguir instrucciones sin objetar o proponer ideas para mejorar el desempeño de las labores.
En países del tercer mundo como Colombia, es común identificar esta conducta de parte de los directivos y la clase política tradicional que se aprovechan de las afugias de miles de ciudadanos, de la falta de oportunidades laborales y de formación académica que ha llevado a grupos poblaciones de nivel socioeconómico bajo. A propósito, en varias ciudades del país es casi lejano ver el camino hacia la prosperidad, ya que hay pocas opciones de trabajo formal, por lo cual sus habitantes deben recurrir a la venta informal o, en algunos casos, a realizar actividades ilícitas.
La poca visión de futuro de muchos colombianos les impide romper las cadenas de miseria que por siglos les han impedido surgir en cualquier ámbito, son ciudadanos que se conforman con recibir 1 SMMLV a cambio de entregar su tiempo y fuerza física para lograr una mejor calidad de vida.
Dicho todo lo anterior, al país no sólo lo está acabando la cultura de pereza o de facilismo en sus ciudadanos, sino también la poca oferta de empleos, sobretodo en regiones apartadas como Pacífico, Amazonia y Orinoquia, y también la falta de voluntad política para llevar oportunidades de mejorar la calidad de vida en los habitantes de dichas zonas del territorio. Es por ello y mucho más que el Congreso deberá agilizar la aprobación de la reforma laboral que está proponiendo el gobierno del presidente Gustavo Petro Urrego, referente a la dignificación de los trabajadores y a los aspirantes a un empleo.
