Mientras el mundo está afectado por una de las pandemias más contagiosas de los últimos tiempos es cuando deberíamos sacar lo mejor que tenemos como seres humanos: la solidaridad, la unión y ese espíritu bondadoso que caracteriza a los colombianos, que es lo que debería primar.
En las últimas semanas hemos sido testigos de los esfuerzos que se han hecho desde el gobierno nacional, departamental y municipal dejando a un lado ideologías, pensamientos y preferencias en cuanto a partidos políticos, y aun sabiendo que este virus no distingue raza, género, nacionalidad ni credo.
Desde inicios del mes de abril en Medellín se vienen realizando una serie de estudios de caracterización, los cuales están encaminados a brindar un alivio para las personas que consideren que lo requieren (vendedores ambulantes, adultos mayor, madres cabeza de hogar, entre otros). Sabemos que no ha sido suficiente pero no podemos desconocer que desde la gestión local se han hecho todos los esfuerzos posibles.
El día 12 de abril de 2020 se realizó una donatón con el fin de recaudar dinero y mercados para las personas que lo necesitan. Se recogieron cerca de 13.316.200.932 de pesos y más de 100.435 paquetes alimenticios donados por empresas, artistas y personas que de corazón quisieron donar. La inversión de los pagos a los impuestos municipales se está devolviendo a los ciudadanos en acción social, con planes y beneficios para mitigar el impacto del coronavirus.
Sin embargo no queremos dejar a un lado que las condiciones de pobreza, desempleo y falta de oportunidades en algunos barrios y comunas de las periferias complican más esta situación, pero cabe resaltar que esto no justifica los actos de violencia y vandalismo que se presentaron al momento de hacer efectiva la entregar estas ayudas, esto no nos enorgullece y no nos representa, por el contrario nos hace cuestionarnos sobre qué es lo que verdaderamente nos mueve.
Malo si dan, malo si no dan, unos se quejan porque se hace esta gestión, otros ni siquiera la reciben o dicen que es muy poco, cuando el único sentimiento que debería existir es el de agradecer.
A muchos ciudadanos nos llena de indignación saber que hay gente que no está satisfecha con nada, no podemos entregarle toda la responsabilidad al alcalde, ni al gobierno, porque estas personas y empresas donaron lo que estuvo a su consideración.
Qué fácil es decir que el gobierno tiene la culpa, piden que se hagan más pruebas de detección, que consigan más respiradores, que den más bonos y que repartan tapabocas e implementos de protección personal; lo único que las personas deben hacer es practicar el autocuidado, no salir de casa a menos de que sea estrictamente necesario y evitar las aglomeraciones en los sitios donde está permitido estar.
Esta situación también nos invita a replantearnos como sociedad a que en vez de criticar, nos unamos, a que en vez de comparar que les dieron a los demás, pensar que estoy aportando o que puedo aportar como persona en todos los sentidos.
No nos quedemos siendo parte del problema, aportamos más siendo parte de la solución.
Recordemos que más que un lavado de manos, la sociedad necesita un lavado de corazón, alma, mente, conciencia y espíritu.