Luego de las elecciones legislativas y las consultas presidenciales realizadas el pasado 13 de marzo, quedó en el ambiente la idea que entre Fico Gutiérrez y Gustavo Petro están la lucha por el próximo anfitrión de la Casa de Nariño, aunque varios contendientes que tienen grandes aspiraciones presidenciales siguen vigentes, solo que se ven opacados por la gran ola que comienza a abrazar a los dos aspirantes principales.
El centro y la derecha aún son bastiones fuertes a los que Fico pretende acercarse más y llegar fortalecido a primera vuelta, mientras que los partidos tradicionales, especialmente el liberalismo, son objetivos para Petro con el mismo fin.
Sin embargo, la población del común no es consciente de que el futuro del país ya se dibujó con nuestros nuevos congresistas. El Legislativo es tanto o más importante que el ejecutivo y el día que la mayoría de la población entienda eso se dejará de reelegir personajes con antecedentes delictivos que ostentan dichos fueros.
Dicho esto, la elección del nuevo presidente de la República es un acto importante en cualquier democracia, y de acuerdo a la conformación del nuevo Congreso, independientemente del nombre del primer mandatario, las cosas seguirán iguales. No se observan mayorías claras para izquierda, centro o derecha, cada partido político quiere pescar en rio revuelto en una sociedad colombiana que está hastiada de los de siempre, quiere un cambio de rumbo pero surge la incertidumbre. Si es por Petro se trae a colación los gobiernos de izquierda de nuestros vecinos; si es por Fico se trae a colación su poca experiencia, juventud y su cercanía con Uribe, directa o indirectamente el político más importante de este siglo en Colombia y principal autor de la situación actual del país.
En definitiva, sea Petro, Fico o cualquier otro nombre el nuevo presidente, tendrá apoyo y oposición grandes en el legislativo. No nos convertiremos en otra Venezuela (si es que ya no lo somos), casi seguro, eso no se lograría con la disposición del congreso actual. No se reactivaría la economía del ciudadano de a pie tan rápido, varios congresistas que ya han estado ahí no lograron mermar esa situación en el periodo actual ni en anteriores. ¿Podrá empeorar la situación? Tal vez, pero no será solo culpa del presidente de turno, sino también de la población que aún cree que el que manda en el país es solo quien gobierna desde la Casa de Nariño.
Por último, no se fije en la controversia y el debate bizantino entre los candidatos, en sacar los trapos sucios al sol, en las peinadas, más bien fíjese en los planes de gobierno, en las políticas de desarrollo, en los antecedentes reales de lo candidatos, no de las calumnias, chismes o cadenas de fake news. Hay que leer, lastimosamente aún le echamos la culpa de nuestros problemas a nuestros políticos, pero se olvida quienes los elegimos somos nosotros. Mas de la mitad de nuestro futuro ya se cocinó el pasado domingo.