Hay gente que no tiene oficio. Resulta que unos muchachitos de Colombia y México se pusieron a organizar un día de urbanismo táctico a favor de la bicicleta, en todo el mundo. ¿Cómo así que en todo el mundo, se preguntará usted? Pues sí, a estos locos les dio por que el 22 de septiembre, iban a invitar gente en los cinco continentes, para que le dieran regalos creativos a su ciudad en simultánea. ¡Cojan oficio!
Activistas pintando mensajes simbólicos en el “Túnel Verde”, Envigado.
Me pidieron ayuda para movilizar gente en otros lugares, y me tocó morderme la lengua para decirles que yo estoy dedicado a proyectos muy distintos. Por ejemplo, ahorita estoy feliz porque ya vamos a tener un cajero automático para retirar lingotes de oro en Medellín. ¡Eso sí es progreso! ¿Se imaginan a todos esos jeques árabes viniendo aquí cuando les implote su triste y sintético desierto emiratí? Me sobrecoge la felicidad de imaginármelos montados en sus Ferraris con placas de Envigado, decorando nuestras vías. No importa que nunca puedan pasar de los 30 kms/h a causa de los tacos; eso es secundario.
En todo caso, a última hora me convencieron de ir a ver el tal “Bicis por la vida” en vivo y en directo. Vi pubertos enérgicos como me lo imaginaba, pero me preocupó ver que también había ejecutivos jóvenes y señoritas sexis bien vestidas. Donde ese tipo de gente en serio empiece a montarse a su bicicleta, a movilizarse a pie, ahí si se nos cae todo el sistema adicto al carro. Debo aceptar que me impresionó ver tanta acción alrededor de una idea tan extraña. Miles de activistas, 250 grupos en 45 países, haciendo la misma cosa. ¿En serio? ¿Para qué? Si ninguno de nuestros políticos se moviliza en bicicleta, ¿por qué siguen insistiendo en que esa es una opción para nuestras ciudades? Yo obviamente sigo el ejemplo de nuestros grandes líderes, ni bobo que fuera.
Se usaron diferentes moldes. Aquí Cuautitlán Izcalli, México
Esta semana, por ejemplo, se me hinchó el corazón de orgullo al ver la caravana del presidente Santos pasando por el CAN. Ahí en la 50 con 45 nos pararon a todos, y pudimos ver con alegría el desfile de las ocho hermosas camionetas 4x4, la tanqueta y la ambulancia que componen esa procesión simbólica. Así, exactamente así, es como yo me quiero movilizar en cualquier ciudad de Colombia. Nada de bicicleticas ni tacos; eso es para gente que no tenga apellido de alta alcurnia. ¿O acaso se imaginan que pueda existir un presidente —a ver, en Uruguay por ejemplo— que se movilice a pie y sin grandes caravanas petroleras? No, no creo que exista, y mucho menos en este continente.
La idea de esta gente se regó como un virus respiratorio, entonces muchos medios del mundo lo cubrieron. El New York Times armó un escándalo haciendo énfasis en la naturaleza falsa de esas ciclorrutas pintadas en la Avenida Sexta de Manhattan. “¿Cómo se les ocurre quitarle espacio al carro en esa vía tan importante Cadena?”, me decían mis amigos de la SAI. “Totalmente de acuerdo amigos” les dije; yo también creo que la congestión vehicular solo se cura con más vías, así como la obesidad mía la estoy logrando curar comprando pantalones más anchos. The Guardian de Londres incluyó comentarios más positivos de la acción, seguro porque nunca habían visto que un grupo de la sociedad civil de un país pobre, lograra resonar en los cinco continentes, sin que el tema fuera violencia o narcotráfico; toda una novedad para ellos. Sin embargo, el cubrimiento que más me gustó fue el de la cadena favorita de los gringos Republicanos: FOX. Esos presentadores de FOX si logran manipular a la gente con talento y gracia.
Se suscitaron diversas reacciones desde grandes medios en muchas capitales del mundo.
Quiero enviarle un mensaje honesto a mis amigos activistas urbanos. Muchachos: no importa que en Twitter hayan logrado permanecer unas horas en la lista de trending topics por encima de Beyoncé, quien cantaba ese mismo día en Colombia. No importa que en París, Melbourne, Osaka y Bucaramanga se haya unido la ciudadanía para promover la bicicleta simbólicamente. Les pregunto: ¿ya se dieron cuenta que nosotros preferimos montarnos en nuestro carro y hacernos los bobos sobre los problemas de la ciudad? ¿Ya cayeron en cuenta que preferimos criticar venenosamente todo lo que ustedes hacen, por pura envidia e indiferencia? Es bueno que lo sepan.
Activistas celebrando el evento ‘Bicis por la vida’ en el Canal San Martín de París, Francia.
