Trataremos de responder a esta pregunta teniendo en cuenta las circunstancias y condiciones político-electorales de la región de Antioquia, concretamente la experiencia del Distrito Medellín y del área metropolitana, especialmente el municipio de Bello, único territorio donde hay una curul de la UP en todo el departamento de Antioquia.
¿Cuál es la misión de la UP dentro del Pacto Histórico? Solo teniendo conocimiento de la realidad política de la región podemos tener una respuesta objetiva y coherente con nuestros principios programáticos, nuestra línea política, y nuestra política de alianzas para la etapa que estamos viviendo del gobierno popular.
La primera tarea tiene que ver con el perfil político de la UP, y el trabajo de unir las diferentes opciones democráticas de sindicalistas, movimientos sociales y políticos, poblaciones étnicas, ambientalistas, animalistas, LGBTIQ+, feministas, campesinos y trabajadores del arte y la cultura.
Si no aprovechamos este momento para tender lazos de unidad con estos sectores a través de consignas, programas y formas de organización y de movilización, pues estamos propensos a quedar aislados de la corriente de oposición democrática que está creciendo como tendencia real en el escenario de la coyuntura política nacional.
En estas condiciones la UP no puede diluirse en el PH aceptando pasivamente los últimos renglones de la lista cerrada al concejo o a la asamblea, donde no tiene opción de llegar a las corporaciones públicas ni espacio para el protagonismo político; no puede desdibujarse en medio de las corrientes oportunistas que se adaptan al estado de inercia del sistema dominante tradicional, sino que tiene que conservar su independencia, su organización amplia y democrática y su programa de reformas estructurales emanadas del séptimo congreso de 2020, que recogen la esencia del programa de gobierno, además de mantener la defensa del Presidente Gustavo Petro sin hacer concesiones esenciales a la derecha reaccionaria.
La UP no debe ayudar a elegir concejales o diputados cercanos a las corrientes conservadoras que militan dentro del PH vestidos con piel de oveja, oportunistas de los partidos tradicionales que ahora se unen para impedir el avance de las reformas democráticas, recuperar las grandes capitales y preparar el terreno para la campaña política del 2026.
Es preferible sacar pocos votos para concejos y asambleas en alianza con sectores democráticos consecuentes y en forma independiente, si no se tiene un aliado de confianza que asegure un trabajo legislativo de proyección unitaria hacia la construcción del Frente Amplio, con un programa claro para los trabajadores y con permanencia en el tiempo; es preferible sacar pocos votos que diluirse en los partidos de garaje y en la fábrica de avales de la pequeña burguesía vacilante que conforma una parte del liberalismo reaccionario.
Por eso en aquellas regiones donde la UP no tenga acceso a renglones efectivos en la lista a las corporaciones públicas, ni aliados firmes en la defensa de la democracia y en la construcción de la unidad popular, pues es mejor defender la lista con voto preferente que ayudar a elegir a los oportunistas de siempre, buscando la participación independiente con un mensaje claro a los trabajadores y con consignas que serán confirmadas por los desarrollos de la situación política.
No puede ser que en las elecciones locales y regionales, la UP siga cargando ladrillos para las corrientes reaccionarias y oportunistas que se aprovechan del momento político para pescar en rio revuelto, bajo el influjo de la ingenuidad de muchos sectores realmente democráticos pero que objetivamente le prestan el servicio a la ultraderecha, ante la falta de un sujeto político claramente definido en sus consignas y en su fisonomía política; sectores que se quieren aprovechar del nombre del PH para usufructuar sus espacios de poder en beneficio personal y de grupo, pero sin la consistencia política, programática y organizativa que permita una lucha democrática de largo aliento.
La UP tiene que consolidar la alianza con el partido Comunes, entre otros aliados del llamado bloque histórico popular, como uno de los aliados más firmes y seguros para presentar una lista con voto preferente dentro del PH en caso de que no le den el espacio que se merece en el ámbito político regional; y si no es posible acudir a la lista abierta pues tocará buscar los avales y los caminos más expeditos para presentar una lista independiente que le asegure su perfil político, programático y organizativo, y además que le abra espacio a otras opciones de alianzas democráticas para no quedarse aislada en las elecciones de octubre.
El PCC, Comunes y la UP deben de andar juntos en las elecciones de octubre para construir un movimiento electoral y candidaturas que se opongan a la ola de los conservadores, que vienen unidos por la reconquista del poder; así no se ganan concejales o diputados pero que se deje la constancia de un mensaje independiente para los trabajadores; una orientación política programática en unidad de acción con otros sectores democráticos del espectro político regional, que haga posible la diferencia y la distinción con otros sectores de corrientes oportunistas de los partidos tradicionales, mostrando nuestro sello de clase, nuestra historia de lucha, nuestros elementos programáticos y nuestra política de alianzas para esta etapa de la lucha democrática.
El peor error que se podría cometer sería diluir la UP en el PH, ocupando renglones de las listas al concejo o a la asamblea que no tengan ninguna opción real de espacios de poder, a no ser que se encuentren aliados firmes y consecuentes con opciones reales de curules en el concejo y en la asamblea, que permitan desplegar la lucha unitaria por las reivindicaciones de los sectores populares excluidos y marginados, y que permitan desplegar la unidad de acción para la construcción del Frente Amplio democrático y popular.
En estos momentos de crisis del PH, cuando soplan los vientos huracanados de la reacción política, la UP no puede perder la brújula de su orientación política independiente, teniendo presente su papel dirigente de los sectores de oposición democrática y progresista, manejando el programa y las consignas de la coyuntura política, sin dejar que el desarrollo de la situación paralice su iniciativa y creatividad sino por el contrario, dispuesta a enfrentar la situación que se presente en la coyuntura política del momento.
Si no tenemos clara la situación en las elecciones de octubre; sino comprendemos la estrategia del enemigo para manejar las elecciones de octubre con base en las mentiras de los medios de comunicación, entonces estaremos al vaivén de los acontecimientos, perdidos en un laberinto por el desconocimiento de la situación política concreta.
No puede ser que con el prurito de la defensa de la unidad contra la reacción conservadora, la UP se disuelva en la descomposición del PH, tratando de justificar la unidad con los oportunistas en las trapisondas de los partidos tradicionales.
Todo lo contrario, en estos momentos de crisis la UP tiene que reafirmar su independencia política de clase, y tener la fuerza para presentarse por fuera de los oportunistas, y para dirigir el proceso con los aliados más seguros en el desarrollo de la campaña electoral.
No se puede olvidar que la participación electoral es una de las múltiples formas de la lucha de masas y que dependiendo de la situación política, un partido revolucionario tiene que dominar la forma de lucha prevaleciente en un momento determinado para no caer en el cretinismo parlamentario.
Si no determinamos cuales son las tendencias dominantes que se mueven al interior del PH y del enemigo de clase, no vamos a poder dirigir a los sectores democráticos en la lucha por las reformas estructurales que necesita el país.
En caso de que Bogotá no consiga el primer renglón para la UP en la lista para el concejo de Bello, pues se tendrá que buscar una alianza con los Independientes para una lista abierta conformada por UP-Comunes-PCC, con posibilidades de una curul en el concejo municipal.
En todo caso la curul de la UP no se puede perder por la decisión personalista y sectaria de un grupito que piensa la política desde sus propios intereses individuales, o por una decisión incorrecta del comité nacional electoral del PH en Bogotá, y mucho menos por la falta de un aval para los voceros oficiales y legítimos de la UP de Bello por causa de una fracción anticomunista, divisionista y saboteadora en la UP de Medellín.
La política de la UP-Comunes- PCC, consiste en no dejarse aislar en las elecciones de octubre sin perder su independencia y su perfil político, y además para cobrarles factura a los señores del oportunismo.
La decisión hay que tomarla para determinar las condiciones de una lista unitaria al concejo municipal, definir las líneas del programa mínimo a la alcaldía y las consignas centrales de la campaña electoral.